miércoles, 31 de octubre de 2012

Asalto a la rectoral de Vilaboa: cuidadores y fariseos

La parroquia de Santa María de Rutis se encuentra en el término municipal de Culleredo, sin salir del partido judicial de La Coruña. En el lugar de Vilaboa, en el solar que ocupa esa casa, aquí, se encontraba la casa rectoral de esta parroquia. Tenía su frente, como la actual, a la carretera nacional 550 de La Coruña a Tuy, y contaba con una buena huerta por su parte posterior. Aún hoy la parroquia de Santa María de Rutis cuenta con locales en los bajos del nuevo edificio. De acuerdo con los informes que exhumó J. Ramón Hernández Figueiredo del Archivo Secreto Vaticano:

6 de mayo [de 1936] – Vilaboa – Rutis: un grupo de unos trescientos obreros asaltó la casa rectoral, que ha sido convertida en Casa del Pueblo, y así continúa en la actualidad. Informe del Arzobispado de Santiago al nuncio, cardenal Tedeschini. Santiago, 8 de junio de 1936.

Por su parte, el Boletín Oficial del Arzobispado de Santiago indica que el 1 de mayo de 1936 se produjo la incautación de la casa parroquial de Santa María de Vilaboa. En el mismo Resumen de los desmanes y atropellos de carácter antirreligioso cometidos en esta Diócesis desde el 16 de febrero hasta el 28 de julio de 1936, consta que el 25 de mayo prohibieron al párroco de Santa María de Vilaboa celebrar la misa. Y finalmente el 30 de mayo, prohibieron la celebración de todo culto en la iglesia. Si la incautación de la casa se produjo el uno o el seis de mayo es algo que no he podido precisar. La prensa, como no podía ser menos, no dice ni mu. Me comentan que en el archivo parroquial no hay la menor mención a lo ocurrido, que todo lo que se sabe en el lugar es por tradición oral. Si tuviese que mojarme, apostaría por el primero de mayo, ya no sólo por su simbolismo, sino porque el Resumen de los desmanes... es un trabajo concienzudo y creo que preciso. Además, en el informe del Arzobispado de Santiago a Tedeschini hay un desorden cronológico llamativo: en primer lugar aparecen desmanes producidos el 5 de mayo, a continuación el 2, luego el 6 de mayo a los que siguen los del 4 del mismo mes. Si en el informe del Arzobispado a Tedeschini se indica al final que los titulares de varias parroquias tuvieron que salir de ellas debido a las coacciones de elementos extremistas, sin indicar cuándo se produjo la expulsión, el Resumen indica las fechas de forma precisa.

Sea como fuere, lo cierto es que el 1 o el 6 de mayo de 1936 se produjo el asalto. Tuve ocasión de entrevistar a un abuelo entrañable, de 91 años, que conserva una mente lúcida, humilde labrador que compaginó las tareas agrícolas con un trabajo como cobrador de recibos de una compañía de seguros. A lo largo de la charla, en la marquesina de una parada de autobús :) me dijo que no había nadie en la parroquia que pudiese contarme lo que me contaba él, y que además lo que él decía lo sabía seguro, que era cierto. No lo pongo en duda. Señalaba con toda naturalidad que a los cuatro años sus padres lo llevaron por primera vez a misa, y desde entonces le gusta ir cuando puede.

Según este hombre la iglesia parroquial de Santa María de Rutis --conocida hoy como la capilla de A Laxe y empleada como templo que da servicio al cementerio para funerales-- fue objeto de tres intentos de quema; que antes lo habían hecho con las iglesias de Elviña, Perillo (sic) y Almeiras ¿Quiénes fueron? Para él unos fariseos. Le pregunté si se trataba de socialistas, comunistas o anarquistas y me respondió que no lo sabía, que eran sólo unos fariseos. Los intentos de quema siempre se impidieron por los cuidadores, vecinos de la parroquia que hacían guardia en torno a su iglesia para que no se la quemasen. Ya vimos un caso en Santa María de Cambre en donde también consta que al menos un vecino hacía guardia para evitar que incendiasen la iglesia. Uno de los cuidadores de Santa María de Rutis era el padre de mi entrevistado. La última vez que lo intentaron, ya estaban los fariseos a punto de quemar la puerta pero les hicieron frente los cuidadores, llegaron a desafiarse, y hubo bastonazos fuertes.

Con respecto al asalto a la casa rectoral de Rutis en Vilaboa, cuenta que llegaron los fariseos ante el inmueble y dijeron que querían quemar la casa con el cura dentro, pero se presentaron los cuidadores que al ser menos tan sólo pudieron sacar al cura por la parte posterior del edificio y ponerlo a salvo. Entraron luego los fariseos que rompieron tabiques, que robaron todo lo que pudieron, hasta las gallinas de la huerta. Para dar a entender la clase de gente que asaltó la rectoral comenta que el cura tenía un banco de carpintero, que no robaron por lo que pesaba pero de las herramientas no quedó ni una; también le robaron la ropa al sacerdote y para este hombre lo más triste era recordar que ¡algunos de los fariseos eran vecinos!, que incluso uno de una casa cercana a donde estábamos iba calzado con los zapatos del cura, que se llamaba D. Faustino. Este estuvo viviendo un tiempo en casa de una familia en una parroquia inmediata pero luego se trasladó a la parroquia de San Nicolás de La Coruña y ya nunca más ejerció su ministerio en Rutis. Esto lo sabía porque su madre cuando iba a La Coruña solía visitarlo. Vino a sustituirle para el culto dominical, entierros y demás atenciones, el párroco de San Esteban de Culleredo, pero un día se presentaron de nuevo los fariseos y dijeron que no querían cura allí, ocasión en la que se les enfrentó la madre de mi informante diciéndoles que si en todo el mundo había curas, a ver porqué en Rutis no iban a tener cura.

No volvieron a tener cura hasta que comenzó la guerra en que vino destinado D. José Acuña Fandiño, que procedía de Betanzos y años después fue párroco de San Vicente de Elviña. El nuevo cura tuvo que hacer grandes reparaciones en la casa rectoral y en el tejado de la iglesia parroquial, dañado por las pedradas, porque también tiraban piedras contra las campanas.

A modo de conclusiones. El uno o seis de mayo de 1936 un grupo de unos 300 animalitos asaltan y se incautan de la casa rectoral de Santa María de Rutis. El párroco se aloja en la vivienda de unos vecinos en una parroquia inmediata aunque sigue acudiendo a su templo; el día 25 de mayo le impiden celebrar la misa y sale de Rutis de forma definitiva. Lo sustituye el párroco de San Esteban de Culleredo al que también expulsan el día 30 de mayo y quedan los 3.000 feligreses sin sacerdote.

¿Democracia? El gobernador civil podía haber enviado a la Guardia Civil para desalojar a los revolucionarios de la casa rectoral y devolver al cura a SU casa. Pudo evitar los incendios o que los vecinos tuviesen que hacer de cuidadores, con elementos de la Guardia Civil, de Asalto o en su caso del Ejército. Pudo hacer cumplir la Ley para no deslegitimarse en el ejercicio del poder al mirar para otro lado ante las ilegalidades y atropellos que cometían quienes se creían los amos de la calle; lo cual supondría enemistarse con los extremistas que habían votado al Frente Popular y no convenía desde un punto de vista electorero.

Me cuentan también, en este caso fuentes eclesiásticas, que al comenzar la guerra fueron detenidos muchos de los extremistas que habían expulsado al cura de su rectoral y la habían usado como casa del pueblo. El cura que echaron se enorgullecía de haberlos sacado de la cárcel; que a él lo habían echado de SU casa, pero él movió todas sus influencias y consiguió sacarlos de la cárcel: los saqué yo --decía.


lunes, 29 de octubre de 2012

Otra agresión a un 'esquirol'

Soy de los que creen que partidos y sindicatos debían autofinanciarse. Si quieren liberados y mantenidos, o subvencionar periódicos digitales de agitación que no declaran su vínculo y van de altermundistas, que se los paguen los militantes; o que les pongan una casilla en el IRPF, que además estaría bien para conocer cuántos pánfilos hay en este país que aún piensan que los sindicatos defienden a los trabajadores y no su estructura como grupo clientelar y de poder.

La llegada al Gobierno Civil de La Coruña de Francisco Pérez Carballo, de Izquierda Republicana, a mediados de abril de 1936, conllevó un patente incremento en el rigor de la censura de prensa. En ocasiones una noticia que no salía en los periódicos de La Coruña, colaba en otros de fuera, como la que vimos en el caso del atentado al general Bosch o la que veremos hoy. Los sindicatos anarquistas seguían haciendo el chulo con toda impunidad. Lo que sigue fue publicado por El Pueblo Gallego (Vigo) correspondiente al 3 de mayo de 1936, sin que haya localizado menciones en La Voz de Galicia o El Ideal Gallego. Es cierto que estos sindicatos tenían detrás a una parte del "pueblo", bien por convicción, ignorancia o por miedo, pero muchos otros se sentían tiranizados por ellos. No sólo por no poder encontrar trabajo si no estaban sindicados; si tampoco seguían sus consignas en lo que a huelgas o boicots se refiere se arriesgaban a una agresión porque como vemos pretendían controlar a la sociedad con violencia física, a través del miedo. 

Si los sindicatos de ahora son pseudodemocráticos, al menos si consideramos que aún conservan para días de huelga a maleantes informativos que ejercen brutales coacciones contra los que quieren trabajar; si ocasionan daños en las cerraduras a los comerciantes, si cortan el tráfico, queman neumáticos o cierran los accesos a polígonos industriales ¿qué no ocurriría con los sindicatos totalitarios de 1936? ¿Que luego pusieron de vuelta y media a sus dirigentes y hombres violentos? No haber empezado y no los habrían calentado, y punto.

UN GRUPO ACOMETE A UN HOMBRE

La Coruña.-- José Lorenzo Quelle, de 42 años, natural de El Ferrol, domiciliado en la plazuela del Vista, 8, primero, fué agredido ayer mañana en la calle de Panaderas por un grupo de individuos al grito de "a ese esquirol".




viernes, 26 de octubre de 2012

Arrancando patatas en San Roque de Afuera

Ya no queda nada del pueblecito de San Roque de Afuera, entre rural, urbano y marinero. Creo que comenté en alguna ocasión que la II República quedó fijada en la memoria del campesino gallego como una época de caos en la que, si no pasaban por el aro que marcase el correspondiente sindicato o grupo de izquierdas, les podían cortar los pinos jóvenes, les quemaban los pajares y alpendres, les derribaban los muros de mampostería que delimitaban las fincas, o bien, como en el caso de hoy, les ocasionaban daños en las cosechas.

El 1º de mayo de 1936 no sólo se festejó por aquellas buenas gentes de izquierdas quemando la iglesia de Iñás. Enrique Alvedro Maceiras contaba con varias fincas sitas en San Roque de Afuera que había plantado con patatas. En la tarde de ese día varios individuos le arrancaron la plantación ocasionándole daños tasados en 25 pts. Como me dicen que por esas fechas un saco de 50 kg de patatas costaba en torno a una peseta, el roto que le hicieron al agricultor pudo ascender a algo más de una tonelada de mercancía.

Se acusó en un primer momento a un tal José Rocha y otros, aunque no se pudo probar su participación y la Audiencia sobreseyó. No identifiqué los nombres del agricultor y acusado en las listas de represaliados, falangistas, etc. Podemos estar ante un conflicto relacionado con venganzas entre vecinos, pero tratándose del 1º de mayo y al haberse ocasionado los daños por la tarde, a plena luz del día, me parece más probable que se trate de un ataque por parte un grupo sindical o de izquierdas; que el agricultor no quisiese pasar por el aro que le marcaba algún sindicato o grupo de izquierdas y le levantasen la plantación. Por otra parte, el silencio de la prensa sobre este hecho tanto en La Voz de Galicia, El Ideal Gallego, o El Pueblo Gallego, que publican sucesos muy menudos, hace pensar en un ataque con motivación política o social, que no lo reflejó la prensa por censura o autocensura. El gobierno imponía a los medios una imagen de normalidad, no pasaba nada, pero pasaba.

Leía hace poco que el ejército nacional movilizó durante la guerra a 14 reemplazos, de 1939 a 1926; mientras los rojos tuvieron que hacerlo con 27, de 1941 a 1915, casi el doble. Los nacionales movilizaron a menos soldados forzosos porque tuvieron más voluntarios, que siempre salen del pueblo, como podría ser este agricultor, sus hijos o parientes.



martes, 23 de octubre de 2012

Incendio de la iglesia de Iñás

San Jorge de Iñás es un anejo de parroquia de su matriz, San Pedro de Nos, ambas en el término municipal de Oleiros, partido judicial de La Coruña. En la noche del 30 de abril al 1 de mayo de 1936 el templo de San Jorge de Iñás fue objeto de un incendio. Según los informes que exhumó del Archivo Secreto Vaticano, J. Ramón Hernández Figueiredo, quedó completamente destruida la sacristía, ornamentos, varios bancos e imágenes, y con desperfectos toda la iglesia. Del hecho debió tomar conocimiento en unas primeras diligencias sumariales el Juzgado Municipal de Oleiros, quien las remitiría posteriormente al Juzgado de instrucción del distrito de la Audiencia, que a su vez envió el sumario a la Audiencia quien finalmente sobreseyó al no haberse averiguado quienes fueron los animalitos autores del hecho. Los daños descritos serían compatibles con haber rociado con gasolina la sacristía, retablos, imágenes y bancos, prendiéndoles fuego a continuación. El incendio, al parecer completo en la sacristía e incompleto en el templo, pudo deberse a la baja altura de la techumbre en aquella, su reducido espacio en el que se suelen almacenar muebles donde se guardar ropas y ornamentos susceptibles de arder con facilidad. Como el sumario se expurgó --como se van a expurgar ahora los fondos judiciales gallegos desde 1940, conservando los de las audiencias y poco más ¿los de contemporánea no tienen nada que objetar?-- no voy a añadir mucho más. El archivo parroquial no fue fructífero, ya no lo había sido para Cardeso Liñares, y en mi caso la fortuna tampoco me acompañó.

En vista de lo anterior me interno en el proceloso mar de la tradición oral, en el que creo haber entrevistado a un incendiario, venerable anciano hoy, cuyo hecho repudia y hasta me pareció que se veía algo contrariado porque después de tantos años alguien le preguntase por lo que pudo ser un error de juventud, perfectamente prescrito de acuerdo con la legislación, y en mi opinión absuelto por la Iglesia que los católicos a diferencia de los comunistas no guardan rencor eterno sino que tienen a gala perdonar.

Mantuve tres entrevistas, no necesariamente todas en Iñás, pero sí todas en Oleiros. Uno de los entrevistados, que en mi opinión por su edad y otras circunstancias debía poseer información sobre lo ocurrido, me dijo que no sabía nada. Me temo que sabe lo suyo, pero no quiere rememorar unos hechos vergonzosos en los que pudieron participar amigos o personas cercanas, la mayor parte fallecidas. Otro de los entrevistados fue el más fructífero. En cuanto comencé a preguntar me llamó la atención la cara de sorpresa y hasta de susto que puso :) Las evasivas iniciales y actitud a la defensiva aún me sorprendieron más, así que sospeché que podía estar implicado en el incendio, cosa que más tarde me confirmaba entre risas mutuas una tercera persona. Cuando el segundo vio que mi interés era puramente histórico y en absoluto ajustar cuentas sobre hechos de un pasado que se debe conocer para no repetirlo, o para no dejarse colar milongas de los señores de la memoria histórica, comenzó a soltarse. Según este hombre, durante la II República había partidos, pero eran partidos que no iban a ningún sitio; para que entiendas como eran, eran como la ETA y desaparecieron al comenzar la guerra. Estaban contra las iglesias, dijeron que había que quemar la nuestra y se quemó.

Le pregunté también por los autores y recordó que habían sitiado e incendiado la casa del comandante Molina al comenzar la guerra. Lo más llamativo para mí fue que según él, eran los mismos que habían quemado el ayuntamiento de Abegondo a mediados de los 40, que se marcharon después a Buenos Aires. Si esto fuese cierto, que será algo a confirmar, los autores podrían ser comunistas; o tal vez en 1936 eran anarquistas que se hicieron comunistas con la guerra. No sería el primer caso y recuerdo a Luis Ardao, anarquista que devino en comunista. La hipótesis de alguna presencia comunista en Iñás o de su relación con los comunistas del Burgo no me parece descabellada porque en Culleredo el comunismo tenía una cierta actividad, y en este sentido ya vimos que el párroco de Almeiras relaciona la quema de su iglesia con comunistas del Burgo, que previamente le habían registrado su casa en busca de armas. Los menos de diez kilómetros que separan el Burgo de Iñás y la cercanía temporal con lo ocurrido en Almeiras podrían abonar esta hipótesis, pero a saber. La inmediatez con San Pedro de Nos, en donde se encontraba el núcleo anarquista tal vez más importante de la comarca, hace pensar en un ataque anarquista, pero la presencia comunista tampoco me parece improbable. A saber.