miércoles, 15 de febrero de 2012

Atentados contra un panadero del Portazgo


Estamos en la carretera nacional de La Coruña a Tuy, que se conoció posteriormente como N-550. Frente a este soportal del Portazgo me dicen que se encontraba la panadería de Gerardo Blanco Villar, con el que cometieron el último atentado de la temporada el 22 de marzo de 1936. Le colocaron una bomba en un balcón que tenía (me dicen que de madera). Pese a la distancia, el estruendo se oyó perfectamente en La Coruña. Cerca del balcón dormían los tres hijos del tahonero que salieron ilesos. Los daños ocasionados en la casa --que sería una modesta edificación de bajo y piso-- además de otros causados en inmuebles inmediatos, fueron tasados por peritos en más de mil pesetas. Para variar, la causa abierta se cerró con un auto de sobreseimiento. Una vez más estamos ante un atentado que queda impune.

La Voz de Galicia correspondiente al 24 de marzo de 1936 da cuenta del hecho:

Un atentado

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En una tahona sita en la Corbeira [en realidad en el Portazgo], propiedad de un vecino de aquella localidad que abastece de pan a muchas casas de La Coruña, se produjo a las once y media de la noche del sábado último la explosión de un petardo o de una bomba.

El artefacto fué colocado en un balcón de la vivienda, cerca de una habitación donde estaban durmiendo tres hijos del tahonero. La explosión causó el destrozo de la ventana y dos tabiques del susodicho dormitorio, sin que por fortuna causase daño alguno a quienes allí estaban.

El mentado tahonero hace tiempo que tiene pendiente cierto pleito de carácter social.

Los desperfectos son de relativa consideración.

La explosión pudo oírse perfectamente en La Coruña, a pesar de la distancia.


Gerardo Blanco Villar venía siendo objeto de atentados, cuando menos desde el año 1934. Tras la revolución de octubre de 1934 parece que sufrió coacciones por parte trabajadores de su gremio. Al estar declarado el estado de Guerra, de las diligencias judiciales iniciadas con este motivo, se encargó en un primer momento la jurisdicción de que Guerra, que se inhibió en favor de la ordinaria. La causa fue vista en la Audiencia que no apreció pruebas suficientes del delito denunciado y sobreseyó.

A principios de abril de 1935 debió denunciar que otra vez sufría coacciones. Estas consistieron en rociarle con petróleo el pan que transportaba un hijo suyo en un carrillo. Si tenía a su hijo --y como veremos a otros familiares-- trabajando en su obrador y encomendándoles trabajos como el transporte de pan, no estamos ante un potentado... También se incóo sumario por las pérdidas que le originó la inutilización del pan, que una vez más fue sobreseído sin encontrar y castigar a los culpables.

El 24 de mayo de 1935 estaba despachando el pan uno de sus familiares y tuvo que pasar al interior. En ese momento, varios individuos que no pudieron ser identificados, arrojaron dos botellas conteniendo líquidos inflamables que al romper provocaron un incendio que afectó a parte del pan y estantería, ocasionando daños por valor de 200 pts. Como el país estaba como el salvaje Oeste, los animalitos se dan a la fuga haciendo disparos para evitar ser perseguidos. De nuevo se instruyó sumario por el suceso, que también fue sobreseído. En el auto de sobreseimiento se dice que la persecución a este modesto panadero obedecía a que estaba boicoteado como consecuencia de no dar trabajo al número de obreros panaderos que la CNT le "sugería" ¿Le "sugería"? ¿Como este panadero no iba a ver con buenos ojos el Alzamiento? ¿Es que alguien le podría pedir otra cosa? Vamos, hombre, vamos...

La Voz de Galicia, en su número de 25 de mayo de 1935, lo cuenta así:

En una tahona del Portazgo

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LO OCURRIDO ANOCHE

Ayer, poco después de anochecer, ocurrió un suceso que hay quienes suponen se trata de un acto de "sabotage" en la tahona que tiene en el cercano lugar del Portazgo don Gerardo Blanco Villar.

Este, aun cuando se hallaba allí, no estaba en la parte dedicada al despacho del público, sino en el interior de la tahona.

En la tienda donde se vende el pan se encontraba uno de sus familiares y aprovechando el momento en que hubo de dejarla sola, por tener necesidad de ir a otro local de la tahona, sin que por ahora se pueda saber, ni aún sospechar, quienes arrojaron desde la puerta al interior del mencionado establecimiento dos botellas conteniendo un líquido inflamable.

Al romperse las dos botellas se produjo un incendio.

Acudieron entonces rápidamente a sofocarlo el señor Blanco, sus familiares y algunos vecinos de las casas contiguas quienes, en poco tiempo, lo consiguieron.

Se quemaron algunas piezas de pan, y parte de la estantería.

Se calculan los daños en doscientas cincuenta pesetas.

Han sido detenidos, por sospechas, dos individuos; pero niegan la menor participación en el hecho.

No sé si visteis J. Edgar. En esta película dice el protagonista que la gente se olvida muy pronto de las bombas, de los incendios, de los asesinatos, etc. En USA controlaron la violencia anarquista y de izquierdas porque los gobiernos estaban decididos a hacerlo. Aquí el Gobierno del Frente Popular dejó hacer a los violentos, de izquierdas claro está --mientras ilegalizaba Falange, ilegalización anulada meses después por los tribunales-- y tuvieron que ser los militares quienes les parasen los pies. No digo que no se pasasen de frenada, pero supongo también que cualquiera concederá que si se llega a una guerra, en donde quien se alza se juega el cuello, es que los métodos pacíficos, proporcionados y flower power no son de aplicación, vamos, digo yo.


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