domingo, 27 de octubre de 2013

Agresión de socialistas a un falangista: ¡Arriba! y ¡abajo!

Con ocasión del mitin que celebró la JAP en el teatro Rosalía de Castro, que según ya vimos, se celebró el domingo 12 de enero de 1936, el conserje de Falange y vendedor del semanario ¡Arriba! se acercó a las inmediaciones del teatro para pregonarlo y venderlo. Esto dio pie a que se produjese una agresión que da idea tanto del sectarismo de las Juventudes Socialistas, como de la politización de la guardia de Asalto.

El vendedor se llamaba Avelino Méndez Núñez, tenía 22 años, y se debió situar en las inmediaciones de la Casa de Agar (nº 1 de la calle Real) por donde también se encontraba un grupo de maleantes informativos de las JJ SS. Cuando Avelino voceaba ¡ARRIBA! los socialistas levantaban el puño y gritaban ¡ABAJO! Se debieron cruzar insultos y dos de los socialistas se acercaron al vendedor propinándole unas bofetadas de las que se defendió. Se acercaron también dos sargentos del Ejército que los separaron. No conformes los de izquierdas volvieron a echarse sobre el vendedor, interviniendo un cabo de Asalto que deshizo el lío. Llegó entonces el capitán, también de Asalto, Manuel Patiño Porto --paseado en Sevilla al comienzo de la guerra-- que trató de hacer mover al muchacho, pero ante la indicación de los izquierdistas de que lo cachease, lo pasaron al portal de la Casa de Agar en donde se le registró y demostró que estaba autorizado por el Gobierno Civil para vocear y vender el ¡Arriba! Al salir del portal, el capitán Patiño le indicó que se marchase de allí; como parece que no se fue, el teniente Moinelo, también de Asalto, le pegó un porrazo. Esto dio pie a que los socialistas se envalentonasen y al grito de ¡HAY QUE MATARLOS! acorralasen al vendedor que fue arrollado hacia ese local de la imagen que ocupaba entonces El Capricho, un bazar en el que era común comprar regalos de boda y vajillas, loza, porcelana, objetos de cristal de Bohemia, etc. En la refriega que se produjo parece que Avelino empujó a uno de los socialistas, Constantino Abelenda Catoira, contra el escaparate, resultando rota una luna curva, otra recta, y objetos expuestos ocasionándose daños por valor de algo más de dos mil pesetas. Constantino huyó pero Avelino fue tras él y le dio alcance. Denunciados los dos contendientes, fueron procesados aunque se beneficiaron de la amnistía que promulgó el Frente Popular en cuanto llegó al poder.

En mi opinión, Avelino no estaba solo. En el sumario deponen varios falangistas, algunos tan conocidos como Diego Salas Pombo, que tenía 17 añitos; Antonio Naya Veira, que contaba 17; Francisco Fernández Fernández, también de 17; Raúl Boo Franco, de 33; Antonio Roldán Martínez, de 22 años; Antonio Martínez Almoyna, de 19; Antonio Canalejo Castells, de 30; José Luis Mariño Cea, con sólo 16 años; o José María Velasco Calvo, conocido por Chemari o Chemaría, de 19 años. Todos vienen a decir que pasaban por allí. Yo creo que en absoluto pasaban por allí. En mi opinión estaban protegiendo al vendedor de ¡Arriba! de la acometividad de los socialistas, que en lo que se conocía como lucha por la calle, no estaban dispuestos a que en los lugares de tránsito público se oyese otra voz distinta a la suya.

La Voz de Galicia correspondiente al martes 14 de enero de 1936, en su línea de restar importancia a cualquier desorden público, dio cuenta de lo ocurrido en la noticia que dedicó al mitin de la JAP:

A la salida se produjeron diversas colisiones y algún revuelo, aunque sin mayor importancia, por fortuna.

El hecho de pregonarse simultáneamente "El Socialista" y el órgano fascista "Arriba" determinó uno de los choques, siendo maltratado el segundo de los vendedores, Avelino Méndez.

Varios jóvenes, estudiantes o no, que la cosa no está muy clara, riñeron y forcejearon también a la entrada de la calle Real. En el belén que se produjo fueron a chocar contra uno de los amplios escaparates de "El Capricho", rompiéndose una de las lunas y una preciosa vajilla de porcelana. Un accidente puramente fortuito.

Acudieron los Guardias y la calma renació pronto, prosiguiendo en paz el paseo por la céntrica vía.

Por suerte todo lo roto estaba asegurado.

En la calle de Bailén, en la contigua de San Nicolás y aún en el Campo de la Leña, hubo todavía algunas peleas individuales entre jóvenes elementos de distintos bandos. Pero también atajó los incidentes una oportuna y sensata intervención.

Ayer al atardecer hubo nuevas bofetadas en el Cantón; pero sin consecuencias.

El Ideal Gallego da su versión sobre lo ocurrido, también en su número de 14 de enero de 1936:

Resulta rota una luna de un comercio de la calle Real

----------

En un incidente provocado por los socialistas

----------------

Un grupo de individuos de filiación socialista, trataron de impedir ayer al mediodía al conserje del centro de Falange Española, Avelino Méndez Núñez, que vendiese al público, en la calle Real, el semanario "Arriba", pertenecientes al movimiento de las J. O. N. S.

El conserje hizo caso omiso a las advertencias de sus provocadores, y continuó en el desempeño de su misión, surgiendo un pequeño incidente.

Intervino entonces un oficial de Asalto y registró al vendedor de "Arriba", al propio tiempo que le exigía la oportuna autorización para la venta del semanario.

Esta fué presentada, y, acto seguido, el oficial maltrató al citado conserje.

Los alborotadores se envalentonaron y acorralaron contra un escaparate de la calle Real, al Avelino, con intención de agredirle.

Mas el vendedor esquivó con astucia los golpes de sus contrincantes, yéndose la avalancha de los agresores contra el escaparate. Cayó éste hecho añicos, y realizada la hazaña se dieron a la fuga los que iniciaron la agresión. Entonces, fue Méndez Núñez nuevamente maltratado por otro oficial de Asalto.

Inmediatamente el conserje de Falange Española fue en persecución de los que huían, y pudo alcanzar a uno de ellos, al que detuvo y pudo entregar a los guardias de Seguridad. El detenido parece ser que es uno de los principales promotores del incidente, y uno de los autores materiales de la rotura de la luna.

Los guardias también detuvieron al vendedor de "Arriba" y a un transeúnte que estaba comprando dicho semanario, y que no había tenido nada que ver con el suceso.

Los tres pasaron ayer mañana a la presencia del juez de instrucción de guardia, y después de prestar declaración fueron puestos en libertad.

Avelino Méndez Núñez debió ser una persona muy popular, querida en La Coruña, y por los falangistas en particular. En 1943 se impuso la medalla de la Vieja Guardia a aquellos falangistas que lo eran antes de la guerra, y por lo tanto habían sufrido persecuciones durante la república, siendo encarcelados con el Frente Popular en el poder. Del afecto que le tenían puede dar idea el hecho de que al llegar el turno de imponer la medalla a Avelino la concurrencia prorrumpió en una ovación prolonga. Lo cuenta la Hoja Oficial del Lunes correspondiente al 18 de enero de 1943:

Al ser colocado el emblema en el pecho de los camaradas, los presentes les tributaron cariñosos aplausos, que se traducen en una gran ovación, prolongada largo rato, cuando es llamado Avelino Méndez Núñez. Se trata de un camarada muy perseguido y maltratado por los marxistas en tiempos del Frente Popular. Se distinguió e hizo popular en La Coruña por su valentía al vocear el periódico "Arriba". El camarada Méndez Núñez fue combatiente en nuestra guerra de liberación, y hace unos meses ha regresado de Rusia, donde ha combatido en las filas de la gloriosa División Azul.

Si algo parece que caracterizaba a Avelino yo diría que era ser un chico valiente. Él fue quien repelió y evitó el asalto al local de Falange que intentaron socialistas y comunistas a los pocos días. Este local era muy humilde. De su pobreza puede dar idea la descripción de Moure Mariño (Galicia en la Guerra, p. 203):

Estaba situado en la calle de la Barrera 28, 2º; a la única habitación con que contaba, daban acceso unas escaleras empinadas y obscuras; la luz era escasa en el cuarto, y, tan bajos los techos, que casi podían ser alcanzados con la mano. Unos toscos bancos de madera, una mesa y una silla, componían la totalidad del mobiliario del primer centro coruñés de Falange. En medio del local, sobre la bandera rojinegra falangista, podía verse un retrato de José Antonio con el yugo y las flechas. Las paredes estaban extrañamente decoradas: había un zócalo en el que se cruzaban ángulos blancos y negros, y, en las partes más elevadas, dibujos de calaveras, inscripciones de "¡Arriba España!" y flechas y yugos que aparecían por todas partes.

Como digo, fue Avelino quien impidió a los pocos días el asalto a este local por parte de socialistas y comunistas. Esto dio pie a que se produjera una nueva colisión en la que sé por tradición oral familiar que los de la Lejía agredieron a tiros a los hermanos Canalejo y a Avelino. Lo cuenta El Ideal Gallego correspondiente al 21 de enero de 1936:

Socialistas y comunistas intentaron asaltar anteayer el local de F.E. de las J.O.N.S.

----------

Poco después agredieron a pedradas y a tiros a los hermanos Canalejo y al conserje de la Falange

----------

Un grupo numeroso de socialistas y comunistas, intentó asaltar anteayer al mediodía, el local social de Falange Española de las Jons, sito en la calle de la Barrera, 28, segundo.

Un afiliado a Falange, que estaba dentro del local, evitó valientemente el asalto y después salió a dar cuenta del suceso al jefe de la organización señor Canalejo Castells (don Juan).

El señor Canalejo, que estaba en su casa, salió acompañado de su hermano don Antonio con intención de dirigirse al local, y cuando pasaban por la calle del Orzán, en la confluencia de esta vía y la del Sol, fueron agredidos por el mismo grupo que intentó asaltar el local de la Falange.

Para repeler la agresión, que los socialistas hacían con piedras y armas cortas de fuego, don Juan Canalejo se vio obligado a hacer uso de la pistola, defendiéndose a sí mismo, a su hermano y al conserje del local, que iba con ellos.

Cuando el señor Canalejo contestó a los dos disparos que se le han hecho huyeron socialistas y comunistas en distintas direcciones, apareciendo momentos después, cuando intervenían tres guardias para detener a los que con decisión repelieron la salvaje agresión que se le hacía.

Estos hechos ya tenían su precedente cuando el domingo por la mañana paseaban tranquilamente los señores Canalejo por la calle Real y Cantones.

A dicha hora se les hizo objeto constante de insultos y amenazas por socialistas y comunistas, insultos y amenazas que desdeñaron los hermanos Canalejo evitando con prudencia un incidente que pudo tener fatales consecuencias.

Del valor de Méndez Núñez me contaron una anécdota. En la posguerra unos niños estaban con él y otros adultos en la cafetería Linar, establecimiento situado en el callejón del Perete o General Mola. De repente alguien montó follón y se puso a acometer a la concurrencia. Avelino dijo a estos niños que se metiesen debajo de la mesa, se levantó, y dirigiéndose al violento le redujo la irascibilidad a base de bofetadas, y ¡como repartía! recordaba quien de niño le vio dar esas bofetadas desde debajo de aquella mesa.

Con lo cual llegamos a lo de siempre. Que tras el 18 de julio los perseguidos en zona nacional fueron los rojos y quienes les dejaban hacer, es algo cierto; como no es menos cierto que antes estos perseguían y maltrataban a falangistas, derechistas, católicos, o a aquellos trabajadores que tenían por esquiroles. No haber empezado y no los habrían calentado, lo cual tampoco creo que les conviniese a los auténticos culpables porque se habría evitado una guerra, con los excesos inherentes a cualquier conflicto bélico; y así sus herederos ideológicos no tendrían como tienen ocasión de dar la murga con sus frustraciones por haber perdido, ni de hacerse las víctimas y dar pena por toda la eternidad.




1 comentario:

Amanro@58gmail.com dijo...

Hola. Siendo un niño conocí personalmente a Avelino Mendez Nuñez, que trabajaba de conserje en el edificio de los sindicatos que había cerca de la plaza de Vigo. Era amigo de mi tío pues habían coincidido en la División Azúl... aún conservo con cariño la placa de herido que me regaló de la Blau.
Gracias por este momento de recuerdos leyendo tú artículo...