sábado, 8 de enero de 2011

Mitin de Renovación Española: tratan de incendiar y asaltan el local de Falange


Una semana después del mitin de la JAP, el domingo 19 de enero de 1936 se celebra el mitin de Renovación Española. De nuevo, son las izquierdas las que pretenden reventar el acto, y de nuevo las izquierdas intentan incendiar y al final asaltan el local de Falange Española.

Sobre estos incidentes, se lee en El Sol el 21 de enero de 1936:

Desde el patio de butacas un muchacho dio un “¡Viva la República!”, y fue apaleado por los concurrentes. Medio magullado se le sacó por una puerta excusada. Mientras tanto, en los alrededores del teatro se concentraron grupos de jóvenes en actitud provocadora.

Costó gran trabajo a la fuerza pública evitar que los grupos fascistas chocaran con otros de contraria ideología.

Al salir del teatro los oradores se produjo una ligera colisión y se oyeron varios disparos, sin consecuencias. Los guardias de asalto lograron despejar simulando algunas cargas.

Amplía información El Siglo Futuro sobre el asalto e intento de incendio del local de Falange:

Después del mitin y cuando ya la gente había salido del Teatro, se produjeron algunos incidentes y colisiones entre fascistas y socialistas, provocadas por estos, a los cuales había sentado muy mal el éxito enorme del acto.

Antes del mitin habían dejado en la puerta del local de los fascistas, y con ánimo de prenderle fuego, un bidón de 25 litros de gasolina con mecha sin encender, pero fue retirado a tiempo. Más tarde, aprovechando que no había más que tres socios en el local, una turba de revoltosos lo asaltó y destrozó el mobiliario. Al enterarse algunos elementos se dirigieron al local, y en el trayecto fueron perseguidos por los revoltosos, los cuales tiraron piedras e hicieron varios disparos, a los cuales contestó el jefe de los fascistas, sin que hubiese heridos por parte alguna. Sin embargo, fueron detenidos los elementos fascistas, que habían sido molestados.

El jefe de los falangistas podría ser perfectamente Juan Canalejo, jefe de Primera Línea. Éste ha sido demonizado hasta la nausea, llegándose incluso a manifestar en sede parlamentaria que era un asesino, por supuesto sin dar un solo nombre, entre otras cosas porque Juan Canalejo, que se sepa, no mató a nadie. Era falangista, de Primera Línea, es decir, los que desarrollaban sus actividades en la calle: repartiendo hojas lícitas o clandestinas; pegando carteles; se podían subir a un local e izar la bandera de Falange, o proteger a los vendedores de Arriba produciéndose colisiones con los socialistas, pero que se sepa Juan Canalejo no mató a nadie, sino que en la primera de las sacas que se hicieron de la Cárcel Modelo de Madrid, fue fusilado sin formación de causa el 6 de noviembre de 1936 en Paracuellos del Jarama, y en la fosa común en la que le echaron tierra, sigue.

Los falangistas se pueden parangonar en mi opinión a los esquiroles. Constituían una minoría perseguida, e iban armados, en ocasiones con licencia de armas, pero es de suponer que en otras, no. Por ejemplo, unos meses más tarde, a finales de abril, La Vanguardia publica una noticia que da idea de la persecución a la que podían estar sometidos los falangistas:

La Coruña, 24.- Anoche, un agente de la Tabacalera pretendió detener a un individuo que llevaba tabaco de contrabando. Para evitar su detención, el contrabandista empezó a dar gritos llamando fascista al agente. El público se abalanzó sobre éste, quien se refugió en un establecimiento. Gracias a la intervención de unos soldados se evitó ocurriera algo grave.

Es evidente que si admitimos que Juan Canalejo fue el jefe de los fascistas que repelió las agresiones, producidas al parecer con piedras y disparos, si no acertó y no hirió a nadie fue porque no quiso. Era un teniente de Intendencia retirado con la ley Azaña, así que puntería y licencia de armas, se le suponen. Los falangistas se defendían disparando al aire para evitar a sus acosadores. Ya los veremos cuando sea Falange quien tome la iniciativa en lo que a violencia se refiere, que tampoco eran modelo de ese franciscanismo del que los acusó no recuerdo que diario, porque no paraban de recibir bofetadas, y siempre salían perdiendo.

Repito imagen. En ella podéis ver cómo quedó tras un bombazo el kiosco de venta de pan que poseía el patrono Juan Canalejo en la calle de San Andrés... en 1932 (sic) ¿Quién comenzó con la violencia? ¿Se conocen en Umbilicus mundi asaltos, incendios de sedes de izquierdas por parte de los falangistas, o boicots de mítines de izquierdas? Autorrespuesta: no.




4 comentarios:

LA NIÑA DEL EXORCISTA dijo...

Fue Wenceslao Fernández Flórez quien aludió al franciscanismo de la Falange y a un "joven" y "candoroso" José Antonio, en un artículo publicado en ABC de 18 de noviembre de 1933, en este párrafo:

"Para que todo sea incongruente, aquí le hacen tragar ricino al fascismo. La principal figura del Teatro de las Cortes, de San Fernando, era el joven organizador del fascio español. Hay que suponer que habría allí fascistas. Y es sabido que los fascistas, en Italia y Alemania, no era precisamente con razones con lo que reducían la irascibilidad de sus enemigos. Pues bien, un criminal dispara su cargador sobre los espectadores. Y se marcha impune y tranquilamente, mientras el candoroso líder pide que conste su protesta verbal. Si el fascismo paga dos cadáveres con unas protestas verbales, no es fascismo: es franciscanismo. Y hay que felicitarse de que sea así. Pero no creemos que el espíritu laico de la España actual permita desenvolverse y afirmarse una Orden religiosa más".

LA NIÑA DEL EXORCISTA dijo...

Al hilo de lo anterior, de la pasividad con la que soportaba Falange el asesinato de sus militantes, el 10 de febrero de 1934 ABC publicó un artículo de Antonio Alcalá Galiano, que dio que hablar y humilló a los falangistas, sobre todo porque esa mañana los socialistas habían asesinado al falangista Matías Montero. En el artículo, se ocupa de las "agresiones del socialismo, embravecido por la vergonzosa impunidad de que gozan sus jefes". Añade que "el órgano del partido, F. E., se dejó de publicar después del primer número, y al reanudarse aparece una interesante exposición del ideario fascista y del Estado corporativo, pero en modo alguno un órgano de combate (...) Sin milicias dispuestas a la defensiva y sin violencia el fascismo renuncia de antemano a los métodos que en otros países le dieron el triunfo (...) Este contraste resalta más desfavorablemente respecto al platónico fascismo español cuando se recuerdan tantas agresiones y asesinatos entre los que simpatizan con sus ideas o militan en sus filas. En casos como el del tranviario de Bilbao, el crimen de la calle de Alcalá, el del estudiante de Zaragoza, la opinión pública esperaba más que la "enérgica protesta" de rigor en los periódicos; unas represalias inmediatas... Y nada... Por eso mucha gente ya empieza a considerarlo más bien como otra forma de vanguardismo literario, sin riesgo alguno para sus adversarios ni peligro para las instituciones".

LA NIÑA DEL EXORCISTA dijo...

José Antonio, el día 13, se vio obligado a contestar y envió una nota a la prensa que decía:

"En el tercer número de F. E. se dijo: "Falange Española aceptará y presentará siempre combate en el terreno en que le convenga, no en el terreno que convenga a los adversarios. Entre los adversarios hay que incluir a los que, fingiendo acucioso afecto, la apremian para que tome las iniciativas que a ellos les parecen mejores".

Por otra parte, Falange Española no se parece en nada a una organización de delincuentes, ni piensa copiar los métodos de tales organizaciones, por muchos estímulos oficiosos que reciba.

Lo que hace Falange Española, entre el derrotismo y el asesinato, es seguir impasible su ruta de servicio de España".

LA NIÑA DEL EXORCISTA dijo...

Coincide el mismo día 13 con una réplica de Antonio Alcalá Galiano, también en ABC, a las palabras de José Antonio ante la tumba de Matías Montero:

"Otros nos aconsejan desde sus casas ser más animosos, más combativos, más duros en las represalias. Es muy fácil aconsejar".

Y Alcalá Galiano le responde que en su primer artículo sólo se permitió "opinar acerca de la pasividad con que Falange Española ha soportado los atentados y las agresiones de sus adversarios sin otra forma de protesta que la indignación verbal (...) Allá cada cual con su conciencia. Pero a muchos les parecerá acaso excesivo el exponer las vidas de sus afiliados sin otra forma de actividad ciudadana que la venta de un semanario, ni otro consuelo a las familias que una conmovedora oración fúnebre (...) Lo que sí decía yo, y repito, es que un fascismo teórico, sin violencia como medio táctico, será lo que se quiera, pero no es fascismo (...) Pero ahora sin duda imperan otros modos, y se prefiere la resignación cristiana ante la hostilidad, actitud loable para ganar el cielo, aunque quizá no sea la mejor para lograr la conquista del Estado".

Estamos en febrero de 1934. Habrá que esperar a junio del mismo año para que los falangistas cometan su primer asesinato en la persona de Juanita Rico. Esta había orinado sobre el cadáver de José Cuellar un falangista de 18 años, linchado. Durante siete meses desde su fundación (29/10/1933), Falange sólo recibió bofetadas, que se traducen en unos doce muertos, por ninguno socialista, y en vista de que el Estado no los protegía o no se hacía justicia con sus agresores, emplearon las mismas armas que los socialistas. Y volvemos a donde nos encontrábamos ¿quién empezó con los episodios de violencia?