martes, 20 de diciembre de 2011

Más sobre el mitin comunista suspendido con la Pasionaria detenida


Ya me ocupé en otra anotación del mitin comunista que se celebró el 1 de enero de 1936 que resultó suspendido por el delegado del gobernador civil en vista de los disturbios producidos, y del que también resultó la Pasionaria detenida. Se celebró en el antiguo Palacio Provincial, sede entonces del Gobierno Civil, Diputación Provincial, Comisaría de Investigación y Vigilancia, y teatro Rosalía de Castro, siendo este último el lugar del edificio en donde se desarrolló el acto. Ese escudo que veis sobre el frontón triangular poseía una corona, que se eliminó durante la II República, y ni durante el Franquismo ni en Democracia se repuso.

Al suspenderse el acto por el delegado de la autoridad, entraron los de Asalto en el teatro y se les lanzó un madero desde las localidades altas que no alcanzó a ningún agente. Pese no tener obligación, al haber sido atacada la fuerza, el jefe de las mismas dio tres toques de atención para que se desalojase el lugar, pero como el público seguía en la misma actitud insultante y amenazadora, ordenó que la fuerza despejase el coliseo. Como consecuencia de lo anterior y de los incidentes que se produjeron en el desfile --que así denominaban a la salida por parte del público de un acto--, se presentó en Comisaría a Tomás Baños Ordóñez, estudiante de 23 años, porque al disolver los de Asalto el mitin se dirigió a ellos acordándose de sus progenitoras y dando vivas al proletariado. Al tratar de detenerlo en vista de las injurias proferidas, se dio a la fuga persiguiéndolo la Policía que lo detuvo en las inmediaciones del edificio de Correos, entonces en construcción.

También se detuvo a Luis Peña Pérez, de 35 años, oficial de Correos, que al suspenderse el acto comenzó a entonar la Internacional, coreada por el público; prorrumpió en gritos insultantes para la fuerza, que si desgraciados (insulto casi perdido hoy pero muy grave en la época), que si hijos de tal, que si cabrones, que si brutos, y ofreció resistencia a los agentes de la autoridad para ser conducido a Comisaría.

Se detuvo igualmente a Severino López López, de 32 años, jornalero, porque era uno de los que más se distinguían en los grupos, y después de llamarle la atención, lanzó gritos de arenga al público, levantó el puño en alto contra la fuerza en actitud amenazante y manifestó que tomarían venganza.

Del mismo modo se detuvo a Niceto Sanjosé Aguilera, de 40 años, fotógrafo, que también se resistió a la fuerza cuando se le detuvo, y por prorrumpir en gritos insultantes hacia esta mientras se dirigía a los grupos.

Asimismo resultó detenido José López Castiñeiras, de 35 años, jornalero, que daba vivas al comunismo mientras arengaba a la turba y dirigía insultos a los policías.

Por último, se detuvo a Dolores Ibarruri Gómez, de 40 años, "sus labores", porque durante el mitin invitó a hacer la revolución y también injurió a los agentes de la autoridad al pedir al público que no tomasen los colchones con los que se decía que la derecha compraba votos, porque esos colchones no sirven más que para descansar los cuerpos deshechos de nuestros maridos e hijos maltratados en las comisarías y cuarteles.

Todos salvo la Pasionaria fueron procesados, pero se salieron de rositas con la amnistía que promulgó el Frente Popular en cuanto llegó al poder. Los procesados, salvo Tomás Baños Ordóñez --según informe del alcalde luego fusilado, Alfredo Suárez Ferrín--, observaban mala conducta.

La versión anterior está basada en las declaraciones de la Policía. Los detenidos eran comunistas y como los comunistas descafeinados de ahora o los señores de la memoria histórica, no dicen una verdad, u ofrecen una versión manipulada. En este sentido uno de los elementos de mayor interés en este sumario se encuentra en varias hojas clandestinas de propaganda comunista, que son un ejemplo de agitación que cuajaba en aquellas masas analfabetas y por lo tanto sin criterio. Os invito a comparar estos textos con otros de agitación actuales como pueden ser los que aparecen en el diario Público o en los textos propagandísticos de los señores de la memoria histórica. Por ejemplo: realizan un trabajo de zapa en los cuarteles empleando la demagogia más pedestre, indicándose por ejemplo que los reclutas eran "arrancados" del campo, que el reclutamiento llevaba el hambre a las familias (mencionan explícitamente madres, hermanos, compañeras, novias, con lo cual el efecto demagógico se agudizaba) como si el ejercito soviético que tanto admiraban no tuviese reclutamiento forzoso; los mismos comunistas que ahora venden como defensores de la democracia (será la popular), animan a los soldados a aprender el manejo de armas para poner esos conocimientos al servicio de la revolución; los mismos demócratas comunistas y socialistas califican a la revolución de octubre del 34 como glorioso movimiento de octubre, o gloriosa epopeya, vamos, que de arrepentimiento nada de nada, todo ello en medio de la misma demagogia y disparates sobre no sé qué movimiento que preparaba Gil Robles, por supuesto sin aportar prueba alguna; eso sí, estaban dispuestos a completar el trabajo de los heroicos mineros Asturias, pues lo suyo era ir a un triunfo amplio y definitivo de los trabajadores, que la sangre vertida por los que denominan caídos, no había sido en vano.

Comentario aparte merece una publicación que también pretende hacer una labor de zapa en los cuarteles y se titula El soldado rojo. Ni soldado comunista, de izquierdas o republicano. Ellos se consideraban soldados rojos, como los del ejército soviético al que se idealiza, y por este y otros motivos los nacionales denominaron al ejército del Frente Popular, ejército rojo. Claro que al comenzar la guerra, cuando se quiso dar una apariencia de democracia al bando "republicano" a nivel internacional, se abandonó el término rojo, pero ya vemos que era una pura apariencia. En El soldado rojo también se da rienda suelta a la agitación y a la demagogia en otros temas. Se habla por ejemplo de los muertos que hubo en unas maniobras, o de las vejaciones que sufrían algunos soldados, como siempre, sin dar los nombres de los fallecidos o vejados, etc.

Lamentablemente se aprovechaban de la ignorancia de la gente para manipularla. Como el nivel cultural de la población actual no es el de aquella sociedad, en nuestros días las políticas de agitación por antonomasia, las de memoria histórica, sólo recibieron la indiferencia de la gente. Es evidente que hay una minoría, que puede ser la misma que ve programas basura, que consulta blogs de agitación, que lee Público, o que acude a las puertas de unos juzgados cuando hay un crimen famoso o cuando declara una folklórica, en la que la basurilla puede cuajar, pero entiendo que es una minoría, gritona, amplificada por los medios, pero minoría en definitiva.

Os invito a leer los impresos clandestinos en mis notas.



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