jueves, 24 de diciembre de 2009

Crónica parlamentaria: becas y memoria histórica

El Boletín Oficial de las Cortes Generales. Congreso de los Diputados (Serie D) correspondiente a ayer publica la relación de becarios para la formación práctica de archiveros, bibliotecarios y documentalistas que había convocado con anterioridad la Mesa del Congreso. Quien esté interesado, ya sabe en dónde se encuentra el enlace.

También publica una Proposición no de Ley sobre la firma de un convenio entre el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Centro Documental de la Memoria Histórica, por el que se cree una línea de becas para estudiantes y licenciados en las ramas de conocimiento de Ciencias Humanas y Sociales. El texto recibió dos enmiendas, una del Grupo Popular que no parece que se aceptase, y otra del Socialista que sí prosperó. En cualquier caso, el texto definitivo queda como sigue:

«El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a que firme un convenio entre el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Ministerio de Educación y el Centro Documental de la Memoria Histórica para:

I. Crear una línea de becas y ayudas para estudiantes, licenciados y graduados en las ramas de conocimiento de Ciencias Humanas y Sociales que tenga como objetivos:

1. El fomento del trabajo investigador en el campo de la memoria histórica ligada al conocimiento y publicación de datos que permitan conocer la relación exacta y completa de las personas asesinadas, represaliados, encarceladas y exiliadas durante la Guerra Civil y el franquismo, así como las circunstancias de tales actos y la ubicación, en su caso, de los lugares donde se encuentran los restos mortales.

2. La formación de estudiantes y licenciados en el ámbito de la investigación histórica de la historia contemporánea de España.

II. Contribuir a la publicación y difusión de las investigaciones a través del Centro Documental de la Memoria Histórica.»

A dicha Proposición no de Ley se formularon dos enmiendas, cuyos textos, asimismo, se insertan.
Se ordena su publicación de conformidad con lo previsto en el artículo 97 del Reglamento de la Cámara.

Palacio del Congreso de los Diputados, 15 de diciembre de 2009.—P. D. El Secretario General del Congreso de los Diputados, Manuel Alba Navarro.

La modificación del Grupo Popular, que no prosperó, evita todo lo relacionado con los muertos y represaliados para dejar las cosas en algo genérico:

«El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a que firme un convenio entre el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Centro Documental de la Memoria Histórica para:

1. Crear una línea de becas para licenciados o futuros graduados en Historia, preferentemente Historia Contemporánea, Biblioteconomía o Documentación o Másteres en Archivística, Documentación o Biblioteconomía en las ramas de conocimiento de Ciencias Humanas y Sociales que tenga como objetivos:

a) El fomento del trabajo investigador que permita un conocimiento histórico científico en profundidad de todo lo referente a la guerra civil y el franquismo.

b) La formación de licenciados o futuros graduados en el ámbito de la investigación histórica de la historia contemporánea de España.

2. Contribuir a la publicación y difusión de las investigaciones a través del Centro Documental de la Memoria Histórica.»

Me incluyo entre los que creen que nadie debe estar enterrado al borde de un camino, así que todas las medidas que se adopten para hallar las tumbas de los paseados me parecen perfectas. Cualquiera diría que en este punto, el Grupo Popular se equivoca. O no si se considera que la moción aprobada pide algo absurdo, como es una "relación exacta y completa" de asesinados, represaliados, etcétera, relación que con esa perfección y exactitud difícilmente se podrá confeccionar, y menos usando sólo las fuentes que se conservan en el archivo de Salamanca.

La moción del Grupo Socialista me parece que en principio es válida y positiva si se ve el planteamiento como algo a lo que tender. Otra cosa sería ir más allá de lo que puede ser la identificación de los cadáveres y el darles sepultura digna, porque si nadie merece en mi opinión ser asesinado, sea a través de una ejecución, sea a través de un paseo, estoy convencido de que buen número de los asesinados tampoco eran ciudadanos ejemplares. Quiero decir que alguien durante la Segunda República incendiaba iglesias, coaccionaba, promovía revoluciones como la de Asturias, depuraba a funcionarios por ser de derechas, cerraba periódicos, ponía bombas, etc. No sé si alguien habrá desmentido las famosas cifras que daba Gil Robles en las Cortes sobre lo ocurrido entre el 16 de febrero de 1936 y el 15 de junio del mismo año, que en principio, no me parecen exageradas: 160 iglesias destruidas totalmente, 251 iglesias atacadas e incendiadas, 269 muertos en acciones violentas, 1287 heridos, 450 atracos, 113 huelgas generales, 228 huelgas parciales, 10 periódicos destruidos, 33 periódicos asaltados y 146 bombas.

En el caso de Umbilicus mundi, en el lustro que duró la República están registrados 84 atentados con bombas y resulta llamativo que en el 90% de los casos la fiscalía se inhibía, y cuando había juicio resulta que también de forma llamativa el jurado sobreseía siempre. Si me meto ya en las elecciones de febrero de 1936 en el mismo Umbilicus mundi y su provincia, nos encontramos con que las izquierdas, al ver que perdían las elecciones, invaden el Gobierno Civil, y el gobernador hace dejación de sus funciones en favor de los señores del Frente Popular. Estos nombran un gobernador interino que destituye a varios funcionarios de Correos que recibían las actas electorales de la provincia y los sustituye por otros de confianza que dan el cambiazo. El mismo día, llegan dos diputados de derechas a la institución, y los ocupantes los secuestran haciéndoles ver a lo largo del día que los iban a asesinar. Una vez que dan el cambiazo en las actas, los liberan, se asaltan locales de Acción Católica, el Club Náutico y algún local de un partido de derechas (escribo de memoria). Y para dar idea de la catadura moral de los asaltantes, resulta que cuando desalojaron el Gobierno Civil faltó el sello de tinta de la Secretaría, con lo que hubo de ponerse un anuncio en el Boletín Oficial de la Provincial, faltó también una pluma estilográfica y dinero en metálico. Buen número de los que participaron en estas acciones violentas fueron asesinados tras el 18 de julio.

Podemos recordar también que cuando en junio de 1936 se celebró en Galicia el plebiscito estatutario, el pucherazo fue tan escandaloso que las cifras resultan elocuentes: participó el 74,56% del censo electoral ¡en la Galicia de 1936!, con 993.351 votos a favor, 6.161 en contra y 1.451 papeletas en blanco.

Y con lo anterior no justifico ningún acto de violencia por parte de los sublevados, pero sí los explico y doy mi visión, que no coincide con los que pintan a unos izquierdistas democráticos, respetuosos, y tal y tal y tal. Porque si ahora cualquiera puede usar una bandera republicana, conviene recordar las ensaladas de palos que daban los de izquierdas a quien viesen con una simple corbata VERDE (Viva El Rey De España), que lo tenían por una terrible provocación. En definitiva, averiguar el paradero de los asesinados sí, darles una sepultura digna, también; pero incluirlos a todos, absolutamente todos en el panteón general de los demócratas y de los ciudadanos ejemplares, en mi opinión, no.



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