martes, 24 de agosto de 2010

Hermanos de la Lejía y Santiago de Compostela


Parece que no todos se creen que esto de los Hermanos de la Lejía es manía particular mía, sino que tampoco entienden que Juan Canalejo se quede impurificado, pero los de la Lejía, purificados con todos los pronunciamientos favorables of course.

Para sorpresa de algunos, no tengo por costumbre inventarme documentos, así que vamos con la causa completa en la que aparece el informe policial de la anterior anotación. Os adjunto un resumen de la causa criminal instruida contra dos de los hermanos de la Lejía y Enrique de Miguel Moscoso, por tenencia ilícita de armas. Son simples notas, como las que podría tomar cualquiera, que incluyen todos los documentos con valor informativo, que transcribo en su literalidad (s.e.u.o.). En general, no transcribo diligencias o providencias del tipo, únase este documento al sumario/rollo/pieza separada de lo que sea. En definitiva, no incluyo aquellos documentos de puro trámite, que formando parte de la causa, no aportan valor informativo para el caso que nos ocupa. Si yo pude consultar este documento y subir mis notas a la web, entiendo que es porque cualquiera puede hacerlo, pedir copia, etc. Y a ver si consultándolo otros se siguen teniendo redaños para afirmar que los documentos que aporto y/o su contenido son, lisa y llanamente, falsos. Ese par...

Este caso me parece un ejemplo más de ese compadreo lamentable que mantenían los gobernantes republicanos con los violentos, con aquellos que estaban desestabilizando la propia República. Si esto ocurría con Portela Valladares al frente del Gobierno, ¿qué no ocurriría con el (funesto) Frente Popular en el poder, con los socios de los hermanos de la Lejía en poder? ¿Alguien se imagina que hoy un gobierno facilitase la salida de prisión de dos señores con esos antecedentes policiales de extremismo y peligrosidad?

La actual situación en lo que a memoria histórica se refiere creo que encaja bastante bien en lo que se suele denominar agitprop. Tienen que sosegarse y dejar de colar milongas sobre aquella república que no todos tenemos por un modelo de sociedad, pero ni muchísimo menos, oye. Hace poco leía que el bando republicano perdió la guerra dos veces: una en el 39, y otra ahora dada la indiferencia de la sociedad ante las políticas de memoria histórica. Si esta sociedad fuese la republicana en donde las masas analfabetas eran de consideración, colaría como coló la agitprop sobre la represión en Asturias, ¿pero ahora? Me parece que la sociedad española tiene otra formación y no traga. Aquí nadie se opone a dar un enterramiento digno a quien se encuentra al borde de un camino. En lo demás, esa república perfecta, modélica, supermegademocrática, idílica; o que nos presenten a todos los de un bando como buenos-buenísimos, y a los del otro como lo peor de lo peor, ahí ya no coincidimos. Que se lo cuelen a otro, que en mi caso, tururú.




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