sábado, 11 de septiembre de 2010

Incendios de los que la concejala no dice ni mu: San Pedro de Visma


Leo en un autor (p. 213 n. 77), al que tengo por tan afable y ameno como requeterrojísimo, que con ocasión de la Revolución de Octubre del 34, -que se suele disfrazar como los sucesos del 34, la huelga revolucionaria del 34 y demás eufemismos- "se intentó incendiar la iglesia de San Pedro de Visma". La imagen que acompaña a esta anotación procedente del ABC me parece elocuente a la hora de comprobar que la cosa no se quedó en un mero intento. Tienes otras fotos de mayor calidad aquí, y de menor también aquí. El templo fue al parecer incendiado por socialistas ¿Lo quemarían mis amigos los Hermanos de la Lejía? No lo sé, pero entiendo que es perfectamente posible.

De acuerdo con La Vanguardia, da la impresión que el incendio se produjo el día 12 de octubre de 1934:

Unos desconocidos arrojaron botellas con liquido inflamable contra la iglesia parroquial de San Pedro, situada en el extrarradio de La Coruña. Los bomberos acudieron rápidamente y localizaron el fuego, pero la iglesia fue destruida. Sólo quedaron en pie las paredes [y techumbre que era de granito, salvo la de la sacristía]. Se practicaron muchas detenciones.

Como hasta se llega a negar el incendio, comprenderéis que la historiografía, o bien lo calla, o se ocupa de este hecho tratándolo de forma telegráfica, o lo relega a las notas e intenta restarle importancia, así que la información con que contamos es bien escasa. Por otra parte, no conozco ninguna novela con pretensiones propagandísticas que se titule: La iglesia de San Pedro de Visma arde mal.

Estamos en lo de siempre: cuando la violencia procede de las derechas, son unos fascistas, es gravísimo y tal; si procede de las izquierdas, hay que comprenderlos, el fin justifica los medios, y tal y tal y tal. Carlos Fernández Santander ya había señalado en 1988 que "la iglesia de San Pedro de Visma fue incendiada", y que la sacristía quedó totalmente destruida. No sólo la sacristía sino que las fotografías evidencian que no quedó un solo retablo, imagen, banco, confesionario, y demás susceptible de arder. Me permito recordar que con los retablos, imágenes, pinturas, tallas y demás objetos artísticos ocurre, salvo excepciones, lo que sucede con los documentos de archivo: son piezas únicas, no hay dos iguales, no se tiran en serie como los libros de biblioteca. Sé por tradición oral que otros templos cedieron o vendieron algunos de sus altares y retablos para que en San Pedro de Visma se pudiese restablecer el culto, caso de la parroquia castrense de Umbilicus mundi.

De todo esto, los de la media memoria, Manolito Rivas y la concejala que se da tanto tormento por la quema de libros de las sociedades obreras, no dicen ni mu, pero lo digo yo, que no trago con milongas maniqueas y soy de los que creen con Santa Teresa que la verdad padece, pero no perece.



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