martes, 20 de septiembre de 2011

Asalto al Club Nautico


El Club Nautico fue creado en 1926 para la práctica y fomento de todos los deportes de mar. Pasó a ser Real Club Náutico, tratamiento que perdió con la llegada de la II República. No fue en un principio la entidad que aglutina a las viejas clases altas, sino que era un club eminentemente burgués. Como tal los obreros lo consideraban enemigo del proletariado y fue objeto de sus expansiones a las pocas horas de haberse asaltado los locales de la Unión Regional de Derechas y Renovación Española, en la noche del 18 al 19 de marzo de 1936. En realidad yo diría que en las primeras horas del día 19, aunque la información es contradictoria y pudo ser en la tarde del 18. Una copla popular de la época, medio en gallego medio en castellano, denosta a los socios del Náutico como larpeiros, algo así como glotones, comilones, tragones:

Dicen que Betanzos tiene
la ría de los Caneiros.
También La Coruña tiene
a sociedá dos larpeiros.

Si a ría dos Caneiros
levara coñac,
mais de catro larpeiros
irían alá.
Irían alá,
irían alá.
Si a ría dos Caneiros,
levara coñac.

El caso es que según resulta de la causa unos treinta y tantos proletarios asaltaron parece que en las primeras horas de ese 19 de julio de 1936 las instalaciones del Club Náutico arrojando el mobiliario a la bahía, que fue valorado en 20.000 pesetas. El sumario se sobresee pese a que como vimos, una parte se recuperó por la Guardia Civil en Serantes (Oleiros) a finales de marzo:

La Guardia Civil de Oleiros practicó un registro en los domicilios de los marineros de Serantes, en aquel distrito, Manuel Meirás, José María Frascaso y Abelardo Portela, habiendo recuperado un piano, muy deteriorado, un tablero, dos sillas y un sofá, todo ello perteneciente al "Club Náutico" de esta capital. [La Voz de Galicia, 1/04/1936].

Con la llegada del Alzamiento, a juzgar por los procesados en la pieza separada de responsabilidad civil, parece que Eduardo Patiño y Manuel Bueno denuncian a los mismos que habían relacionado con el asalto al local de la Unión Regional de Derechas, pero la Audiencia sobresee. El sumario se reabre en abril de 1938 al aplicar la Ley de vagos y maleantes a un tal Manuel Edreira Amor, al que se acusa de haber tomado parte en el asalto al Náutico. Las pruebas presentadas debieron ser de nuevo insuficientes porque la Audiencia Provincial sobresee definitivamente en esta causa.

Como los asaltos son continuos --seguiremos con alguno más-- no creo que nadie pueda poner en duda que la autoridad se inhibía y dejaba que una parte de las bases del Frente Popular se expansionasen, si es que no fomentaba estos disturbios para amedrentar a las derechas y echarlas de la vida pública. En realidad aquella república se había planteado como una república de izquierdas y estas consideraban a las derechas como unas comparsas que poco tenían que hacer sino someterse mansamente a la izquierda. Cuando las derechas tuvieron algo que hacer entrando tres ministros de la CEDA en el Gobierno, se tomó lo anterior como disculpa para que socialistas, anarquistas y nacionalistas catalanes se alzasen contra el poder público en octubre de 1934, lo que acabo de fracturar a la sociedad española en dos bandos irreconciliables que desataron iras y odios al comenzar la guerra a los escasos dos años.

Del modo "democrático" en que se había planteado aquella república y de la "tolerancia" de aquellos republicanos, puede dar idea una denuncia que efectúa en mayo de 1934 Amparo López Jean, que fue presidenta y secretaria de la Agrupación Femenina Republicana de La Coruña. Casada con el periodista de Unión Republicana, César Alvajar, al salir de un baile que se celebraba en el Club Náutico denunció a un chico que repartía hojas de Renovación Española por dar vivas al rey y por suponer que las hojas eran clandestinas. Por suerte para el muchacho, Eduardo Somoza del Río, tanto la causa sobre infracción de la Ley de imprenta como la otra abierta en la que se perseguía un delito contra la forma de gobierno, fueron sobreseídas.



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