viernes, 23 de septiembre de 2011

Asalto a la Patronal y a las Juventudes Católicas


El día 20 de marzo de 1936 continuaron las expansiones con motivo de la victoria del Frente Popular. En esta ocasión le toca a la sede de la Asociación General Patronal y a la de las Juventudes Católicas. Esa misma mañana recordaréis que cayó muerto con una pistola y una porra con punta de plomo en la mano, el anarquista Luis Amboage Mato, que había perseguido a unos obreros del puerto que no estaban afiliados a la U.G.T. ni a sindicatos tributarios de la C.N.T. Disparó y le dispararon. Como quiera que tras la victoria del Frente Popular las labores de contratación de personal en el muelle por parte de la Patronal, estaban intervenidas por un inspector de policía designado por el gobernador civil que por orden de éste excluía de la contratación a unos 90 obreros no afiliados a estos sindicatos, la Patronal para evitar que se muriesen de hambre, los atendía con un subsidio de 25 pts. semanales. Con lo cual se tuvo una disculpa para seguir haciendo el bestia, con la complicidad por inhibición, de las autoridades, que aquí también y en el caso del asalto a la Asociación General Patronal, podemos documentar que mostraron pasividad pese a las reiteradas llamadas al Gobierno Civil, Comisaría o Guardia de Asalto. Sólo cuando salió la Guardia Civil se terminaron los disturbios.

Del asalto al local de las Juventudes Católicas poco más puedo decir sino que se produjo el mismo 20 de marzo de 1936. Como estos temas se silencian por la investigación políticamente correcta, nadie tuvo interés en escribir sobre ellos; en buscar testimonios de los asaltantes o de los dirigentes que organizaron los desmanes, o de las autoridades que se inhibieron. La sede de la Juventud Católica en 1934 estaba en la calle de San Andrés.

Por lo que atañe al asalto al edificio social de la Asociación General Patronal, este se encontraba en el número 18 de la calle Real, en el inmueble que veis en la imagen. Ocupaban con sus oficinas el primer piso. El segundo lo tenían alquilado al notario Pascual Lahoz de Val y el tercero a una señora. Conviene destacar que el día 19 la Patronal ya había oído rumores sobre un posible asalto a su sede, y envió un oficio al gobernador civil solicitando protección. Esta si se aumentó no sirvió de nada porque los miembros de esta asociación, propietarios de comercios y pequeños industriales, se quejaron de la inhibición de los tres o cuatro guardias de Asalto que había en el portal. Incluso con motivo de una visita a la ciudad del coronel jefe la Guardia de Asalto, estudiaron la posibilidad de entrevistarse con él para protestar por la inactividad de sus subordinados el día del asalto. Agradecieron, entrevistándose con el primer jefe de la Guardia Civil, la actividad que desplegó esta para restablecer el orden.

Parece que los empleados de la Patronal se defendieron produciéndose un tiroteo en el que resultaron heridas seis personas: Enrique Pérez Méndez, Agustín Fernández Flores, Argentina García, José Ramón Lamas, Enrique López y Ramón Patiño. El presidente, José Luis Pérez Cepeda fue desterrado por orden gubernativa y no pudo regresar a La Coruña hasta que comenzó el Movimiento. Ni se identificó a los autores del asalto ni a los que participaron en el tiroteo, así que la causa se sobresee por auto de 28 de julio de 1936. Se reabre en diciembre de 1937 al presentar la Policía a dos individuos a los que acusa de haber participado en los hechos. Las pruebas debieron ser insuficientes porque la Audiencia de nuevo sobresee en enero de 1938. Se reabre el sumario una vez más en abril del 38 como consecuencia de un testimonio deducido de un expediente por el que se aplicaba la ley de vagos y maleantes a un tal Manuel Edreira Amor, al que se acusaba de haber participado en el asalto al Náutico, al local de la Patronal y al de las Juventudes Católicas. Una vez más las pruebas debieron ser insuficientes porque la Audiencia Provincial sobresee en este asunto y archiva definitivamente las actuaciones. Os dejo mis notas.

Los daños fueron cuantiosos. El seguro que tenían contratado en previsión de disturbios y motines, abonó a la Asociación General Patronal 70.256,20 pts. La Alcaldía se negó en un principio a testimoniar su condolencia a la Asociación por el asalto, lo que lleva a los comerciantes a romper relaciones con el Ayuntamiento. A los quince días, una vez que se supo que las elecciones municipales quedaban aplazadas sine die, se decide a condenar los hechos, a los que califica de expansiones político-sociales de los primeros días de la victoria popular electoral. Como ya comenté, republicanos y galleguistas carecían en realidad de bases sociales. No podían, si querían mantenerse en el cargo, si querían ser bien vistos por las bases socialistas y sindicales, condenar con firmeza los desmanes; y lo que es peor, tampoco podían reprimirlos. Con lo cual, cabalgando a lomos de los revolucionarios hacían del respeto a la ley y a los derechos de los demás mero papel mojado contribuyendo a deslegitimar en el ejercicio del poder la escasa legitimidad que pudo tener el régimen salido de las elecciones del 16 de febrero de 1936.




1 comentario:

LA NIÑA DEL EXORCISTA dijo...

Según el P. Silva Ferreiro:

"Después del asalto a la "Patronal", salió a la calle la Guardia Civil, haciéndose cargo del O[rden] P[úblico] el Teniente Coronel de esta fuerza D. Benito de Haro que actuó estupendamente, así como el Teniente de Asalto Sr. Miranda que, personalmente, arrebató la bandera comunista de manos de los manifestantes."