viernes, 22 de junio de 2012

Atentados por medio de zanjas

Una de las peculiaridades que se daban en aquella república eran los atentados por medio de zanjas, que cuando cuento alguno que conozco suelen dejar a la concurrencia, regocijada. Y yo más :) El 11 de diciembre de 1933 se quemó, salvo las paredes, la iglesia románica de San Vicente de Elviña. La Policía se desplazó en una camioneta, pero previamente, aquellas buenas gentes anarquistas y de izquierdas hicieron una zanja en el camino y la cubrieron con ramas, así que cuando llegó la Policía con su camioneta, se cayó a la zanja, ocasión que aprovecharon las mismas buenas gentes para tirarles bombas y dispararles. Algo parecido, pero sin zanja, ocurrió cuando correligionarios de los anteriores decidieron asaltar a bombazo y tiro limpio la casa cuartel de la Guardia Civil de Oleiros. Para reducir el número de efectivos en el inmueble se interceptó un camino cortando varios árboles; cuando la Guardia Civil se desplazó a retirar los troncos y abrir paso --quiero recordar que también hubo un asalto o intento de asalto en la casa de veraneo de Casaritos--, fueron también tiroteados desde un bosque inmediato.

Vuelvo a 1936 y a ver si sigo de un tirón hasta el comienzo de la guerra. El 3 de abril ya vimos que aquellas buenas gentes anarquistas entraron pistola en mano en la panadería de Jesús Beriguiain Vicuña, en la calle de San Roque, y arrojaron unas botellas con líquidos inflamables que provocaron el consiguiente incendio. Al día siguiente, 4 de abril de 1936 se desarrolló un hecho que en mi opinión, probablemente no fue un atentado. En las primeras horas de ese día el coche celular circulaba por la calle de la Torre cuando se precipitó a una zanja. Se abrió una causa por daños que fue sobreseída. En el auto correspondiente se lee que no se justificó la existencia de hecho alguno delictivo, lo cual parece aludir a un suceso fortuito, pero resulta llamativo el silencio de la prensa. Tal y como estaba aquella sociedad, puede tratarse de algo ocultado por la Policía a la prensa o censurado, para evitar un efecto contagio, por ejemplo para liberar mediante una zanja a unos presos que fuesen trasladados en el coche celular.



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