lunes, 18 de junio de 2012

¿Y aquí qué pasó?

El panadero Antonio Vieitez Loureda denunció en Comisaría que el 4 de febrero de 1936 un chico que estaba al frente de la panadería de Vaquero (o tal vez de la Vda. de Vaquero), en la calle de Sinforiano López, lo amenazó de muerte con una pistola. La Audiencia sobreseyó. Si no hubo testigos de lo ocurrido difícilmente se iba a probar el hecho. Parece que estamos ante un lío entre panaderos y encontrándose el país en determinados aspectos como este del pistolerismo, como el salvaje Oeste, ya vemos que se esgrimían armas con una ligereza inaceptable. 

Al comenzar la guerra todos estos episodios de atracos a mano armada inaugurados en el año 34, o de exhibir un arma por cualquier discusión, o portarla sin licencia por ser más chulo que un ocho, se acabaron. Los que lo intentaban eran reos del delito de rebelión militar, castigado en el Código de Justicia Militar de 1895 con penas que iban de la reclusión perpetua a muerte. Y como dicen que el miedo guarda la viña, puede decirse que desaparecieron.

Cuando volvía algún emigrante que había estado en algún país americano --pongámonos en los años 50-60-- y contaba a sus amistades que allí había muertos por disparos con mucha frecuencia, que los atracos a mano armada estaban a la orden del día, o que no se podía sacar una mano por la ventanilla en un semáforo porque te cortaban el dedo si llevabas un anillo, o que allí la gente guardaba las joyas en las macetas, entre la tierra, etcétera, cuando esos emigrantes retornados relataban estos episodios aquí, sus amistades se quedaban asombradas y hasta sentían lástima por aquellos países que percibían como subdesarrollados en el control del orden público. Aquí en España, había carencias de libertad, pero en lo que a orden público se refiere, puede decirse que era casi total. Algo que me dicen para dar a entender la sensación que tenían de tranquilidad: podías ir por la calle a cualquier sitio y a cualquier hora con toda tranquilidad. Tú no te salías de lo legal y sabías que nadie se iba a meter contigo.



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