jueves, 14 de junio de 2012

De aquella democracia poco democrática

Ya me ocupé en otra ocasión del mitin que desarrolló en el teatro Rosalía de Castro, Renovación Española, el 19 de enero de 1936, que dio origen a varios incidentes provocados todos por aquellas buenas gentes de izquierdas. Dice Payne con respecto a la II República que "Javier Tusell, el gran maestro de la historia política española contemporánea, ha definido ese régimen como «una democracia poco democrática»". De ello hay una nutrida colección de ejemplos. Ya vimos que a los mítines asistía un delegado de la autoridad, como si aquello fuese una corrida de toros, delegado que podía interrumpir al orador, amonestarlo o suspender el acto como ocurrió cuando días antes había suspendido un mitin comunista del que resultaron detenidos los oradores, incluida la Pasionaria, aunque esta no fue procesada.

Traigo a colación el mitin de Renovación Española para que se vea que si el delegado del gobernador civil no amonestaba, denunciaba o detenía a los oradores, también existía la posibilidad de que fuese el propio gobernador quien los denunciase más tarde ante el fiscal de la Audiencia, que a su vez instaba del juzgado correspondiente la instrucción del consabido sumario. El mitin de Renovación resulta sorprendente en sus discursos. Intervinieron el presidente local, Jorge Bermúdez de Castro, José María Valiente y Antonio Goicoechea. Al parecer, según La Voz de Galicia (21/01/1936), la representación femenina fue nutrida ("entre la concurrencia figuraban numerosas señoras") así que los oradores explotan un populismo ad hoc, de la época, haciendo gala de un catolicismo tradicionalista, preconciliar, que hoy suena a montaraz e intolerante, pero que era muy grato a una parte de aquella sociedad. Durante la intervención de Goicoechea, según El Ideal Gallego:

Se refiere al separatismo regional y dice que éste es un producto de la República, fomentado por la protección oficial, empezando por el cargo más alto que es el Presidente de la República.

En este momento alguien grita, ¡VIVA LA REPÚBLICA! A lo que otro responde: ¡MUERA! El perturbador fue expulsado y seguramente le cayó algún sopapo del público o de los miembros de la comisión de orden, pero el que dio el muera fue denunciado por la Policía al fiscal de la Audiencia y se le siguió un sumario por delito contra la forma de gobierno, que por suerte para el acusado fue sobreseído.

El Ideal Gallego y Goicoechea fueron igualmente denunciados por el gobernador civil al fiscal de la Audiencia por delito de injurias al jefe del Estado. La amnistía  que promulga el Frente Popular en cuanto llega al poder hace que el sumario también se sobresea.

Me parece muy bien que los republicanos ostenten por las calles sus símbolos, pero no me pasa desapercibido que si aquí llega a haber alguna vez una república, estoy convencido de que abuchear al presidente o al Himno de Riego no saldría gratis como sale ahora, y dudo que fuese legal el uso de banderas monárquicas o hacer sonar la Marcha Real. Y conociendo a los republicanos, pues como que no me haría ningún chiste que aquí tuviésemos un régimen como ese. En mi experiencia personal constituyen un grupo clientelar y de poder, suelen ser mucho más intolerantes que los monárquicos, si es que en España hay monárquicos y no gente que sabe cómo son los políticos españoles, republicanos incluidos, que aquí hubo dos repúblicas que acabaron como el rosario de la aurora y dicen que no hay dos sin tres, que una monarquía es más barata, etcétera, digo, si es que en España hay monárquicos y no gentes que se quedan con la monarquía como mal menor, al igual que se acepta la democracia con todas sus lacras e imperfecciones porque lo demás que se conoce es mucho peor.



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