lunes, 17 de diciembre de 2012

Hasta quisieron profanar una tumba

Ocurrió en la parroquia de Santa María de Loureda, dentro del término municipal de Arteixo, sin salir del partido judicial de La Coruña. Al tiempo de haberse comunicado por el alcalde Martís a los párrocos de Arteixo que concurriesen al ayuntamiento a presentarle los títulos de propiedad de los bienes que administraban, apareció en una pared de la casa rectoral de Loureda una pintada que decía: Viva el cumunismo (sic) con la hoz y el martillo.Lo que lleva a pensar en la posibilidad de que los comunistas --que por estos pagos como en el resto de España, antes de la guerra no eran nada-- tuviesen alguna implantación, y por lo que veremos, si se recuerda la carta amenazadora al cura de Viós (Abegondo) a la que aludí en otra anotación, la posibilidad de que fuesen comunistas quienes, al menos en parte, impulsaban desde El Comité Revolucionario los atropellos antireligiosos que se daban por esas fechas, al menos los de Arteixo, si es cierto que la bandera que portaba el maestro de Sorrizo era comunista.

De acuerdo con el Resumen de los desmanes y atropellos de carácter antirreligioso cometidos en esta diócesis desde el 16 de febrero hasta el 28 de julio de 1936, el 21 de mayo conminaron al párroco de Loureda a que abandonase la parroquia. El párroco, José Castro Castaño, era al parecer --sigo al P. Blanco Rey (pp. 1150-1156)-- amigo del marqués de Figueroa, entonces de Renovación Española, aunque se trataba de una persona que por su carácter tímido estaba alejada de luchas políticas y se dedicaba a su ministerio sacerdotal. Para el P. Blanco Rey el origen de la persecución al párroco de Santa María de Loureda se encuentra tan sólo en la perversidad del alcalde. Me parece muy probable, pero lo que más intriga es la influencia que pudo tener sobre un alcalde de Izquierda Republicana como Martís, El Comité Revolucionario que firmaba la carta al párroco del Divino Salvador de Viós (Abegondo) al que amenazaron con sus bandas de acción "al igual que se ha procedido contra otros curas de esta provincia"; o la posibilidad de que los atropellos estuviesen inspirados por un comité revolucionario, total o parcialmente comunista y de cuyas bandas de acción formaban parte individuos de Izquierda Republicana. Germán Álvarez de Sotomayor en sus Relatos apasionados de un tiempo de guerra, menciona de forma muy gráfica a aquellos burgueses de izquierdas, que cabalgaban a lomos de los revolucionarios, sin considerar que los revolucionarios también los arrollarían a ellos.

El 21 de mayo de 1936, jueves de la Ascensión, a la salida de la misa parroquial, se presentó al P. Castro Castaño, Manuel Rumbo Lafuente acompañado de unos cuantos mozalbetes del Frente Popular. El primero dijo al sacerdote:

Dalle lustre ós botíns que che queda pouco de estar aquí. Tes corenta e oito horas para salir da parroquia.

El cura respondió señalando que pondría esos hechos en conocimiento de su superior, y añadió: sepan todos que el que protesta es Manuel Rumbo. Este repuso: somos todos; algunos dijeron: yo no soy; otros callaron; las mujeres y otros feligreses se pusieron en contra de Rumbo con palabras de reproche.

Al domingo siguiente, 24 de mayo, a la media hora de haber salido de la misa parroquial, coacciona al párroco un tropel de individuos de nuevo capitaneados por Manuel Rumbo Lafuente, del lugar de Marciñado, carpintero de 60 años, casado, analfabeto, y que estuvo vinculado a la Sociedad de labradores agrarios 'La Defensa', de orientación abiertamente izquierdista. Llevaban, según el párroco, intención de echarlo y asaltar la casa rectoral. El día 21 no había reunido a muchos vecinos de Loureda, así que vino esta vez acompañado con refuerzos procedentes de la parroquia inmediata de Santiago de Arteixo, capital del municipio. Lo más llamativo, por si en Cambre o Culleredo no estuviese suficientemente clara la relación entre revolucionarios y burgueses de Izquierda Republicana, o la política revolucionaria que desarrollaban estos ayuntamientos, aquí nos encontramos a dos concejales de este partido y otros dos significados peones del mismo que poco después serían nombrados por la Corporación, portero y alguacil del ayuntamiento tras la sesión extraordinaria de 26 de junio de 1936 en la que se suspende de empleo y sueldo por dos meses al alguacil-portero municipal, José Suárez Calvete, @ Petila, del que no se sabe que participase en estas ilegalidades.  Los cuatro, tomando parte en el intento de atropello.

Acompañaban a Rumbo Lafuente su yerno, Venancio María Marán Bertoa, y José Mañana Rodríguez, @ Pepe o Fabeiro, al mes y pocos días, alguacil y portero municipal, respectivamente; también formaban parte de la comitiva el concejal Baldomero Maceiras Martínez, @ O Peludo, y su hermano Fortunato; el también concejal Manuel Abeleira Castro @ O Corgo, y Miguel García Rey, @ O Xastre da Baiuca, todos vecinos de la parroquia de Santiago de Arteixo. De Loureda participaron, entre otros, Manuel Aldado Rey, que estuvo vinculado a La Defensa; Antonio Calvete Arcas, @ O Inverno; José Iglesias Calvete, @ O Pechencho; los hermanos José y Jesús Díaz Rodríguez; Manuel Mañana González, @ Madrid do Foxo, presidente en estas fechas de La Defensa; Jesús García Díaz, @ O Cubano; Jesús García Canedo @ Ourense; José Calvete Souto, @ Che de Calvete; o José Golán Grela. Antonio Mallo Boedo, @ Romanó, más tarde se haría muy amigo del párroco. En esta ocasión emprende camino desde su domicilio en el lugar do Foxo pasando por la Rapa, y en Cancelo de Arriba se encuentra con los dos hijos varones de Juan Antonio, que por esas fechas habitaba aquí y les dice:

--Rapaces ¿vistes pasar por acolá, polas Viñas, a D. José Castro Castaño, que hai que botalo fóra da parroquia?

A lo que los muchachos respondieron con un non señor. Romanó, con entusiasmo y vehemencia exclamó:  

--A por él.

En este contexto, el día 21 o tal vez el 24, un grupo de exaltados se dirigen a la sepultura en la que estaba enterrada la madre del cura. En aquel tiempo las sepulturas solían delimitarse con unos varales entre los que se entrelazaban unas enredaderas. Parece que cuando menos quisieron derribar el entramado. Pastor Queijeiro Fariña, que observaba el asunto desde su casa, no sabe el P. Blanco Rey si con cierta complacencia, al percatarse de que iban a profanar una tumba tomó el revólver que le había proporcionado, por cierto, el alcalde, y se acercó al grupo para decirles que allá ellos con lo que hiciesen, pero profanar una tumba ¡eso sí que no! Que si lo hacían, se los llevaba por delante... La sepultura fue respetada.

El intento de echar al cura de su casa a la media hora de haber acabado la misa de aquel domingo 24 de mayo de 1936, se frustró por la presencia de tres parejas de la Guardia Civil, puesto de Arteixo, que disolvieron a los revolucionarios. La misma Benemérita estuvo vigilando la iglesia y casa rectoral de Santa María de Loureda hasta que comenzó la guerra, y pese a que había amenazas  de quemar la iglesia, no se atrevieron. El párroco de esta iglesia no se refiere como yo al "comienzo de la guerra", sino al momento en que "vino el movimiento militar salvador" ¿Cómo no iba a percibirlo él sino como una salvación? ¿Se le puede censurar por percibir como amigos a quienes defendían su integridad física, su derecho a vivir en SU casa, a ejercer libremente el culto católico que profesaba? Un poquito de porfavor...

UN DOCUMENTO

La tradición oral que recoge el P. Blanco Rey se completa con un interesante documento perteneciente al Archivo Parroquial de Sta. María de Loureda, que publica como ilustración a su trabajo y que transcribo a continuación. Se trata de la minuta de una comunicación que envió el párroco de Loureda al arcipreste de Faro --de acuerdo con el modelo en que se había solicitado a los párrocos que diesen cuenta de los desmanes ocurridos en su parroquia-- para que lo cursase a la Cancillería del Arzobispado, al objeto de formar con él el Resumen de los desmanes... que publicaría más tarde el Boletín Oficial del Arzobispado de Santiago:

Atropellos (1936)

Arciprestazgo de Faro. Parroquia de Sta. María de Loureda.

I.- Contra las personas.

Mayo 21.-- A la salida de la Misa parroquial por ser día festivo (Ascensión del Señor) se me presentó Manuel Rumbo de la Fuente acompañado de unos mozalbetes del Frente Popular diciéndome que en el término de 48 horas tenía que dejar la parroquia y le contesté que lo pondría en conocimiento de mi Superior y dije: Sepan todos que el que protesta es Manuel Rumbo, y dijo él: somos todos. Algunos dijeron: yo no soy. Otros callaron, y las mujeres se pusieron en contra de Rumbo con palabras, y lo mismo otros feligreses.

Mayo 24.-- Como el día festivo anterior le habían venido pocos de ésta, el citado Rumbo los trajo de la inmediata de Arteijo, y de ésta los mozalbetes que habían venido el día festivo anterior con intención de echarme y asaltar la casa, siendo esto media hora después de la salida de la Misa parroquial; pero 3 parejas de la Guardia civil que de orden superior se hallaban vigilando la iglesia y rectoral, disolvieron el grupo, cuya Guardia civil continuó vigilando hasta que vino el movimiento militar salvador.

Mayo 28.-- Puse personalmente en conocimiento del Sr. Arzobispo los hechos anteriores.

II.-- Contra los lugares sagrados.--

Junio 8.-- Incautación del cementerio parroquial por el Ayuntamiento de Arteijo, (habiendo devuelto las llaves el 30 de julio) y continuaban las amenazas de quemar la iglesia; pero como estaba vigilada por la Guardia civil de Arteijo no se atrevieron.

III.-- Contra las cosas.

Marzo 8.-- Recibimos todos los párrocos del distrito municipal un oficio del alcalde de Arteijo para que en el término de 15 días presentásemos los títulos de los bienes que poseíamos los párrocos por tener sospecha de que eran bienes comunales y habiendo enviado el citado oficio a nuestro Superior en 21 de marzo el Sr. Alcalde de Arteijo recibió un oficio del Sr. Administrador de propiedades de la Delegación de Hacienda de la Coruña, un oficio en que le decía que los bienes que poseen los párrocos no son de carácter comunal, sino que en virtud de la Ley de Congregaciones y confesiones religiosas de 2 de junio de 1933 han quedado bajo la salvaguardia del Estado y en poder de la Iglesia para su conservación y administración según oficio del Provisorato que obra en el Archivo parroquial de Arteijo.

Por aquellos días apareció un letrero en una pared de esta rectoral que decía "Viva el Cumunismo" [sic] y la hoz y el martillo y lo hemos borrado y no volvieron a reproducirlo.

Loureda 28 de septiembre de 1936

El Párroco

José Castro Castaño [rubricado]


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