jueves, 28 de febrero de 2013

Cristales rotos

En el día de hoy... 10 de marzo de 1936 2013, amplío esta anotación con varias referencias de prensa.

Contaban los viejos para dar a entender el grado de degradación social a que se había llegado en aquella república, que una de las acciones que llevaban adelante aquellas buenas gentes anarquistas y de izquierdas, era la rotura de lunas de escaparates. Al parecer terminaba un mitin en el teatro Rosalía de Castro y los comerciantes cerraban sus persianas para evitar que la concurrencia hiciese el bestia rompiéndoles las lunas de los escaparates. Contaban también que le tenían particular afición a romper la luna del Anglo-South American Bank, situado en donde hoy está el edificio de Banesto en el Cantón Pequeño y que contaba con un cristal de grandes dimensiones. No pude documentar esto último aunque me suena haber leído en prensa algún incidente, al que respondió el guarda jurado del banco disparando contra el agresor, que huyó por los jardines de Méndez Núñez. Si llega el caso, ya lo documentaremos en forma.

No pretendo hacer un repertorio exhaustivo de lunas rotas, en primer lugar porque si para los años 1934 a 1936 pocas causas se me habrán pasado sin vaciar, para años anteriores puede decirse que casi no empecé. Por otra parte, es de suponer que algunos de los daños no constituirían delito sino falta, ventilándose las responsabilidades ante el juzgado municipal correspondiente en el oportuno juicio verbal de faltas. Como quiera que desde mediados del siglo XIX --y siguen-- los miembros de la carrera judicial no se caracterizaron precisamente por el aprecio de sus riquísimos archivos, por ponerlos en valor, sino más bien por destruirlos, las actas de los juicios verbales de faltas se expurgaron, así que difícilmente se va a lograr esa exhaustividad.

Año 1933

Sólo puedo documentar dos casos, relacionados con el terrorismo anarquista y sus movimientos revolucionarios, aunque repito que puede haber otros. El 14 de noviembre de 1933 rompieron la luna al escaparate de la librería de Manuela Pérez Rodríguez, tal vez la librería de Lino Pérez en la calle Real. Mis notas; también la prensa informa de la rotura de lunas en el ultramarinos Casa Cabanela, en General Mola, en el actual edificio de La Base. También se documenta el rayado de lunas en La Villa de París y El Bebé Ideal, ambos comercios de San Andrés.

Lo cuenta La Voz de Galicia correspondiente al 15 de noviembre de 1933:

El suceso de anoche

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Acto seguido de oírse anoche en la ciudad --entre ocho y nueve-- una  sorda detonación lejana, se apagó parte del alumbrado público y faltó la corriente para los tranvías.

Se oyeron aún tres o cuatro estampidos más, también a distancia. Pudo colegirse que los petardos, ya que de bombas o petardos se trataba, habían sido colocados en algún transformador eléctrico o al pie de los cables de alta tensión hacia San Cristóbal o Vioño.

La luz volvió enseguida. Las Fábricas Coruñesas de Gas y Electricidad, utilizando sus propios e importantes medios supletorios para casos de avería restableció la normalidad a los pocos minutos. Sin perjuicio, claro es, de que operarios adecuados saliesen a recorrer la línea para ver donde se produjo el daño.

El apagón --a medias-- fué, pues, brevísimo, pero lo aprovecharon sin embargo algunos malintencionados que se situaron estratégicamente en las bocacalles para arrojar dos gruesas piedras contra los escaparates de la librería y centro de periódicos de la simpática y laboriosa Manolita Pérez --"Casa de Lino"--, en la calle Real, y del comercio de ultramarinos de don Juan Antonio Cabanelas, en la Fuente de San Andrés, 21. Rompieron las lunas, causando un daño que nada justifica.

En otros escaparates de la calle de San Andrés --como del elegante comercio del señor Boedo "La Villa de París", "El Bebé Ideal" y acaso algún otro-- las lunas fueron rayadas con un diamante o un instrumento adecuado.

Anoche lució "agiorno" el alumbrado público, hasta el amanecer. Y se adoptaron medidas y precauciones.

Año 1934

Puedo documentar un sólo caso, relacionado en principio con terrorismo socialista. El 25 de septiembre de 1934 se tiró una piedra contra la luna del escaparate de la librería de Lino Pérez porque al parecer tenía expuesto el periódico Manos limpias, radical socialista, en el que se hacía campaña contra los núcleos de izquierda, que frente a la razón, responde con violencia. Fue acusado del hecho, aunque salió absuelto, France García García, uno de los más peligrosos hermanos de la Lejía, que fue fusilado al poco de comenzar la guerra según ya vimos. Lo afianzó Antonio Naya López, chocolatero de Santa Catalina, destacado socialista, al que no debieron considerar con dignidad suficiente para pasar ante un consejo de guerra y fue fusilado sin formación de causa. Mis notas.

Versión de La Voz de Galicia correspondiente al 26 de septiembre de 1934:

Rotura de un escaparate

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En la noche de ayer, una mano desconocida lanzó una piedra contra el cristal del escaparate de la popular librería "Casa de Lino Pérez", de la calle del Capitán Galán, rompiendo la luna.

Al señor Pueyo, gerente de la casa, le habían dirigido un anónimo, que presentó en la Comisaría de Policía, en el que le amenazaban, indicándole que retirase del escaparate el periódico titulado "Manos limpias", órgano del diputado a Cortes radical señor Pérez Madrigal, en el que se viene haciendo una campaña contra los núcleos de izquierda.

La Policía realiza pesquisas para descubrir a los autores del hecho.

En marzo se rompe una luna en el establecimiento de Álvaro Crego Hermida, en la calle de los Olmos, aunque el hecho no parece tener un matiz político o social, y sí un despiste a la hora de dar un puntapié al balón. Mis notas.Versión de La Voz de Galicia correspondiente al 20 de marzo de 1934:

El industrial de la calle de los Olmos, 4, don Álvaro Crego Hermida, denunció en la Comisaría de policía, que con un balón de fútbol le han roto la luna del escaparate de su establecimiento valorada en 125 pesetas.

El perjudicados señala como presuntos autores del hecho a varios individuos, que niegan el hecho.

Año 1935

En este años se pueden documentar otro episodio. En la tarde del 21 de mayo fue rota al haberle lanzado una piedra la luna del escaparate de la Cooperativa Cívico Militar, no aclara el documento si en el despacho de la estrecha de San Andrés, en el conocido como palacio de la Cooperativa, o en María Pita. Mis notas.

Versión de La Voz de Galicia para este último suceso en su número de 22 de mayo de 1935:

Como presunto autor de la rotura de una de las lunas de los escaparates de la Mercantil Cívico Militar, fué detenido y denunciado el rapaz de 14 años, Víctor Pedreira Raimúndez, que se hallaba en unión de otros muchachos que se dieron a la fuga.

Del hecho dio conocimiento en la Comisaría de Policía en representación de dicha entidad comercial don Francisco Cuba Martínez, que calculó el valor de la luna rota de 400 a 500 pesetas.

El muchacho detenido niega el hecho que se le atribuye.

Año 1936

Llegamos al año en el que todo se desborda. El 1 de enero se celebró aquel mitin comunista que acabó como el rosario de la aurora, con el acto suspendido por el delegado del gobernador y los oradores detenidos. En las primeras horas del día 2 rompieron de una pedrada la luna del escaparate de la farmacia de Vigil, entonces en el Cantón Grande. Mis notas.

Versión de La Voz de Galicia el 3 de enero de 1936:

En la madrugada del miércoles al jueves, dos sujetos que se ocultaban tras un macizo del Parque de Méndez Núñez, lanzaron una piedra que fue a romper la luna de la farmacia de don Víctor Vigil, situada en el Cantón Grande. La valora en unas 300 pesetas.

Como presenciase el hecho el sereno de comercio de aquella demarcación Luis Brey Rey, salió en persecución de los dos aludidos sujetos e hizo sonar el silbato de alarma para intimidarlos.

Como no se detuviesen tampoco, disparó un tiro al aire; mas también sin éxito.

Lo autores de la hazaña acabaron por desaparecer.

Es muy lamentable lo sucedido y ayer se censuró vivamente el hecho, ya que el señor Vigil, nuestro particular amigo, no tiene ni tuvo ningún conflicto social de que pudiera derivarse lo ocurrido.

El 12 del mismo mes surge una colisión entre falangistas y socialistas, que meten en el escaparate del bazar El Capricho, de la calle Real, al conserje de Falange y vendedor de ¡Arriba! Avelino Méndez Núñez, según vimos.

En la madrugada del 20 de marzo rompieron la luna del escaparate al comercio de Manuel Boedo Yáñez, tal vez un hecho relacionado con el estado de subversión que provocó la muerte que se buscó el anarquista Luis Ambogage. Mis notas.

El mes de julio resulta ser algo así como el mes de los cristales rotos en La Coruña, con la particularidad que aquí los agresores debían ser anarquistas o de izquierdas, y que los comerciantes, para los primeros unos burgueses, enemigos del proletariado, hacían el papel de judíos. En la noche del tres de julio arrojan un fragmento de plomo contra el escaparate del establecimiento que Javier Freijido García tenía al principio de la calle Real. Mis notas.

Versión de El Ideal Gallego correspondiente al 5 de julio de 1936:

Ayer tarde, y con un pedazo de plomo, fue rota la luna del escaparate del comercio establecido en la calle del Capitán Galán, número 4, propiedad de D. Javier Freijido García.

Se ignora quien haya podido ser el autor. El dueño, por su parte, no puede tampoco precisar la causa origen del suceso, pues no tiene ningún conflicto pendiente, si bien sospecha que haya podido ser por tener abierto por la tarde, siendo sábado.

El día 6 revientan a pedradas las lunas del escaparate y puertas del bajo que ocupaba la Casa Singer en el Cantón Grande. Mis notas.

 En la noche del 10 al 11 de julio rompen una luna del comercio que tenía Dolores Gómez Segura en la calle de San Andrés. Mis notas. También apedrean la casa de una vecina, perseguida por hacer demostración sus ideas católicas. Si vivía en el Recodo del Hospital y eran jóvenes, sería extraño que no anduviesen por medio las Juventudes Socialistas y los de Lejía en particular que vivían a dos pasos. Lo cuenta El Ideal Gallego correspondiente al 12 de julio de 1936:

Una persecución que no se puede tolerar

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Le apedrean la casa por hacer demostración de sus ideas católicas

Desde hace algún tiempo un grupo de jovenzuelos viene haciendo objeto de tenaz persecución a la vecina de Recodo del Hospital, doña Josefa Róo Vargo, de 40 años, a la que insultan groseramente y arrojan piedras

Estos hechos tuvieron repetición ayer, y los cascotes alcanzaron a Josefa, aunque, por fortuna, no le causaron lesiones de importancia.

Ante la pedrea de que era víctima la perseguida tuvo que guarecerse en su casa, hasta donde la siguieron los agresivos rapaces.

Los perseguidores apedrearon el domicilio de Josefa y rompieron los cristales de las ventanas.

En un momento en que pudo salir de su casa, la mujer se encaminó a la Comisaría de Vigilancia y allí presentó la consiguiente denuncia.

Las diligencias instruidas se cursaron al Juzgado municipal del distrito de la Audiencia.

Josefa cree que se le hace víctima de tal persecución por los chicos del barrio, por hacer pública demostración de fe católica.

En la del 11 al 12 rompen la luna de un escaparate en el comercio que tenía Jaime Suárez Noya en la Estrecha de San Andrés. Mis notas.

Versión de El Ideal Gallego del 14 de julio de 1936:

 ROMPEN LAS LUNAS DE DOS ESCAPARATE

Estos días, han sido rotas a pedradas las lunas de los escaparates de los comercios que en la calle de San Andrés, número 17, y Estrecha de San Andrés, número 5, poseen, respectivamente, doña Dolores Gómez Segura y don Jaime Suárez Noya.

Los desperfectos ocasionados en el establecimiento primeramente citado, han sido valorados en 550 pesetas, y los del segundo, en 400.

Se ignoran quienes fueron los autores de ambos atentados, de los que se dio cuenta a la policía.

Los industriales perjudicados atribuyen el hecho al conflicto planteado en torno a la jornada de cuarenta horas.

La policía busca a los autores de la rotura de las indicadas lunas.

En la noche del 14 de julio, ni que festejasen el asesinado de Calvo Sotelo, rompen lunas en cuatro establecimientos: en la sombrerería Dandy, propiedad de José Piñón; en el Fénix, comercio de Faustino Fernández Manzano situado en San Andrés; en Casa Boedo y en la confitería La Española, nombre este que no debía resultar muy agradable para quienes por esas fechas daban mueras a España y vivas a Rusia en plena vía pública. Versión de El Ideal Gallego de 15 de julio de 1936:


ROTURA DE LUNAS

En las últimas horas de la tarde de ayer, unos individuos arrojaron varias piedras contra dos comercios establecidos en la calle de San Andrés, frente a la calle de Santa Catalina. En uno de ellos rompieron las dos lunas y, en el otro, una luna.
Las piedras, de regular tamaño, atravesaron el cristal y quedaron en el interior de los escaparates de los comercios objeto del atentado.

No obstante la hora en que se cometió el hecho, propicia a la gran circulación por la calle de referencia, los autores pudieron huir y desaparecieron sin que nadie los detuviese.

Los daños causados son de bastante importancia, pues las lunas rotas, además de su tamaño, son de las curvadas.

Los propietarios de los comercios apedreados atribuyen el hecho al conflicto de la jornada de 44 horas.

Excusamos decir que la policía realiza gestiones para dar con los autores de la rotura de las lunas antedichas.

Versión de El Ideal Gallego sobre las otras dos lunas rotas, correspondiente al 16 de julio de 1936:

SON ROTAS LAS LUNAS DE OTROS DOS COMERCIOS

Después de las doce de la noche de ayer, fueron rotas a pedradas las lunas de los establecimientos existentes en las casas número 15 y 25, de la calle de San Andrés, sin que se sepa quien o quienes fueron los autores de los atentados.

En la casa número 15, se halla el comercio del señor Boedo, que ya en otras ocasiones fué objeto de hechos análogos, y en la casa número 25 hay una confitería. Al ruido ocasionado por la rotura de ambos escaparates, acudió al lugar del suceso el sereno de aquella vía, Antonio Blanco Marzoa, pero no pudo ver a los autores del hecho, porque éstos ya habían huido.

El sereno se limitó a denunciar el caso en la Comisaría de Vigilancia.

Los daños causados en ambos establecimientos, son de bastante importancia.

En la noche del 18 al 19 de julio rompen dos lunas en el café Galicia que se encontraba en el Cantón Grande esquina Santa Catalina; el 19 de julio ya vimos que se rompió una luna en el café Rosalía; y por último, por si tuviese relación con alguno de los focos revolucionarios que podían resistir, el 22 de julio se rompió una luna en el café Marineda de la calle Real --hoy el Vecchio-- robando fiambres. A la altura del 22 de julio dudo que se pudiese salir con normalidad a la calle, que se estaban terminando de batir los últimos focos de resistencia en el exterior de la ciudad. No creo que los soldados que patrullaban la ciudad se hiciesen con provisiones a través de un método tan burdo cuando las tenían en el cuartel; un robo común parece un poco osado para perpetrarlo en una ciudad militarizada. Por eso planteo la posibilidad de relacionarlo con algún grupo de huidos, que se escondían en ese entorno y se hicieron con víveres rompiendo una luna del Marineda.

En resumen dos lunas rotas en 1933, otras dos en 1934; una en 1935; y quince en 1936, doce en julio. Cualquiera puede comprender la alarma social que esto podía generar en una ciudad de 81.000 habitantes, de ahí que muchos años más tarde quienes vivieron aquellos días los recordasen por hechos como estos, como una época de caos, de desorden, de vergüenza, o de descontrol del orden público si se quiere.



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