martes, 16 de noviembre de 2010

Una de socialistas, que dicen que eran demócratas y pacifistas


Yo creo que esta fijación que hay en el P$O€ con la memoria histórica, tiene su origen en algo así como una mala conciencia. Como ellos y la izquierda en general fueron quienes comenzaron los actos violentos durante la Segunda República, actúan con aquello de que la mejor defensa es un buen ataque, a ver si impresionan y se hace silencio sobre su pasado, escasamente democrático por otra parte. Durante la II República se intentó asaltar a tiro limpio y en tres o cuatro ocasiones, la Prisión Provincial de Umbilicus mundi -hoy abandonada ¿Eran los católicos o los de derechas quienes asaltaban la cárcel? Evidentemente, no :-)

Como sigo con mi campaña particular pro conservación de diligencias previas y sumarios -también para salvar mi conciencia particular, porque creo que son documentos de interés para la investigación y me parece un error su eliminación- vamos con una causa en la que es una puñeta que el sumario se devolviese al juzgado de procedencia, porque se expurgó; y con él, perdimos no sólo una hoja clandestina que a saber qué diría, como lo expresaría, qué composición tendría, etcétera, sino información difícilmente recuperable a través de otras fuentes.

Con fecha 18 de septiembre de 1935 el Juzgado de Instrucción del Distrito del Instituto (hoy nº 2) participa al presidente de la Audiencia Provincial que da comienzo a la incoación de un sumario sobre excitación a la sedición en virtud de oficio del fiscal. Como la causa se sobreseyó, el sumario se devolvió al juzgado de procedencia, así que sobre lo sucedido tan sólo contamos con un resultando del telegrama auto de sobreseimiento que dicta la Sección 2ª de la Audiencia:

Resultando que el día 16 de septiembre del corriente año de 1935 y desde el exterior de la Prisión Provincial de esta capital fue arrojada al patio del almacén y locutorio de la misma una hoja impresa, sin pie de imprenta, que contiene frases ofensivas para la autoridad judicial, terminando con la frase "armaos y uníos" y las iniciales J.S.O. - P. S. O. E. - y U. G. T., sin que de lo actuado aparezcan motivos bastantes para acusar a determinada persona como autor, cómplice o encubridor de tales hechos, se sobresee la causa criminal. Las negritas son mías. [ARG, AT (Causas), 2.823-23].

Ahora en televisión y papeles tipo Público, (o El País desde que les salió Público, que también se ha apuntado a hacer AgitProp para ganarse a sus lectores), se transmite la idea de que los socialistas en la Segunda República luchaban por las libertades y la democracia, que no les iba para nada la violencia ni tenían previsto implantar una dictadura de izquierdas ¡No, que va!

Se habían levantado contra la república en octubre del 34; y en septiembre del 35 ya supondréis por lo que sabemos sobre esa hoja clandestina, que iban a por lo mismo... No es de extrañar así que tras la victoria (de hecho) del (funesto) F. P. en febrero del 36, las gentes que sólo querían vivir en paz y tranquilidad se alarmasen al ver que los mismos que por ejemplo seis meses antes llamaban a armarse y unirse, incluso dentro de las prisiones, no es de extrañar que se alarmase la población, digo, al ver que ocupaban el poder los presidiarios, o los que habían estado fuera de la cárcel y no dejaron de conspirar contra aquella república.

Por contextualizar un poco esta excitación a la sedición de los socialistas, transcurre sólo un mes y medio, y el 28 de octubre de 1935:

CRUZAN MÁS DE CINCUENTA DISPAROS CON LA GUARDIA DE LA CÁRCEL EN LA CORUÑA

LA CORUÑA, 28.- Un grupo de desconocidos en la madrugada última tiroteó el edificio de la cárcel, cruzándose con un grupo de centinelas más de cincuenta disparos. Con dirección al lugar del suceso salió un camión de Asalto y Guardia civil. Estas fuerzas recorrieron los alrededores poniendo en fuga al grupo de revoltosos. La Guardia civil detuvo después, en la plaza de Pontevedra, a dos sujetos teniendo que hacer antes algunos disparos para intimidarlos, porque huían sin hacer caso al alto que les dieron las fuerzas. Por el camino que seguían los revoltosos parece ser que venían del lugar donde está enclavada la cárcel. De momento, faltan más detalles. Mencheta.

No estoy del todo seguro que estos pistoleros fuesen socialistas, pero me parece perfectamente posible. Estaban de aniversario de aquel Octubre del 34, y además a los pocos días, el 3 de noviembre, celebraban un mitin. Dice La Vanguardia:

Mitin socialista

LA CORUNÁ, 4 Ayer se celebró un mitin socialista en el teatro Linares Rivas. Hablaron, además del presidente de la organización local [Ramón Maseda Reinante], don Carlos Ruibiera y el señor Alvarez del Vayo, que se pronunciaron en tonos muy violentos. No hubo incidente alguno.

Por la tarde, cuando se dirigían a la estación los organizadores, un grupo de socialistas entonó «La Internacional», levantando los puños en alto, y por creer que un militar retirado saludaba al modo fascista, se produjo un incidente que motivó algunas detenciones de socialistas.

El incidente, es de suponer que consistiría en que zurrarían al militar retirado. Pero tal vez hubo otro incidente más, si es que La Vanguardia no se equivoca y se refiere al mismo hecho. Aún a riesgo de hacer interminable esta anotación, no me resisto a dejaros con el relato que nos hace Germán Álvarez de Sotomayor (Relatos apasionados de un tiempo de guerra, p. 46-47) de otro o el mismo incidente ocurrido, no en el camino, sino en la propia estación de ferrocarril. Se confunde en la fecha que le parece la última semana de octubre de 1935 cuando es la primera de noviembre, y también al designar a los socialistas como comunistas, pero tal vez lo hace porque poca diferencia se advertía... Andan por medio, ¡como no! mis amigos los Hermanos de la Lejía:

Al fin, un día de la última semana de octubre, Laly y yo salimos con destino a Madrid. Hicimos el viaje en tren, en el "expreso" de Galicia que salía de La Coruña en aquella época, a media tarde. A la estación fueron a despedirnos mi padre y mis hermanos Perico y Manolo. En el andén y junto a ellos había otro grupo de cinco o seis personas que, sin duda, despedían a alguien que también salía para Madrid. Cuando Laly y yo estábamos ya en nuestro coche-cama asomados a una ventanilla, en el pasillo del vagón, me di cuenta, por ciertos gestos de mis hermanos, de que algunos del grupo que mencioné eran bien conocidos de ellos, pero, en absoluto amigos.

En efecto, en el momento de iniciar el tren su marcha subió el viajero al que aquel grupo despedía y que se asomó, como nosotros, a otra ventanilla del pasillo para hacer el último saludo a sus amigos. Cuando vi de cerca a este compañero de viaje, le reconocí en el acto. Era Álvarez del Vayo, conocido prohombre del partido comunista. Su saludo fue con el puño cerrado y en alto, correspondiendo al mismo saludo de los que se quedaban en el andén, que eran los "de la lejía", tres hermanos y alguien más que los acompañaba, que constituían la "flor y nata" bien ácida y corrosiva, como su mote ya anunciaba, del comunismo militante y revolucionario de La Coruña y de toda Galicia.

A este saludo con el puño cerrado contestaron mis hermanos con el saludo de la Falange, brazo en alto, que fue, asimismo, con el que Laly y yo nos despedimos de los nuestros y retábamos a los que ya eran nuestros enemigos. La reacción que siguió fue ésta: Álvarez del Vayo, al descubrir a quienes tenía como compañeros de viaje, se metió inmediatamente en su compartimento y ya no se le volvió a ver, ni siquiera al llegar a la estación de Madrid, pues debió esperar a que nosotros nos alejáramos del vagón.

En cuanto a los grupos que quedaban en el andén, les vimos agitarse, como si fueran a llegar a las manos, pero pronto nos tranquilizamos pues antes de perderlos de vista vimos que una pareja, por lo menos, de guardias de asalto intervenían y separaban a ambos grupos.

Un conato de guerra civil estaba declarada o anunciada desde octubre de 1934 -un año atrás justamente-, de la cual este incidente que acababa de ocurrir en el andén de la estación de La Coruña, no era sino uno más entre los centenares de ellos -algunos muy graves- que se venían produciendo en toda España en los últimos meses, sin la menor conexión, aún, con el actual y tan repetidamente mencionado "levantamiento o sublevación militar". Así es como los rojos de ahora -1987- les gusta llamar al Alzamiento Nacional de 1936, por si alguien se cree, en estos tiempos, que la nación, el pueblo, nada tuvo que ver con aquél, el de los "militares", atribuyendo a éstos una irrupción brutal en la vida política española, en "solitario", como un pronunciamiento decimonónico, dejando al pueblo, a las gentes no marxistas, pasivos y como anonadados, sin poder "disfrutar de la prometedora paz" a punto de ser lograda merced al triunfo electoral del "Frente Popular", ocurrido en febrero de 1936. Así se está escribiendo la Historia.

Y para terminar con el incidente del andén de la estación de La Coruña entre los míos y "los de la lejía" que despedían a Álvarez del Vayo, diré que al llegar a Madrid, Laly y yo hablamos por teléfono con mis padres y supimos que, de la estación, los dos grupos fueron conducidos a la comisaría, pero de allí salieron, primero unos y luego otros, a sus casas sin novedad, salvo que desde entonces mi hermano Perico, al menos, quedó fichado como peligroso extremista de Falange. Y por esto, sin duda, cuando ocurrió el triunfo del "frente popular" volvió a ser detenido y pasó una temporada en la cárcel. Como es natural, recuperó la libertad sin llegar a ser procesado, pues no pudo ser acusado de ningún delito.





En fin, que hace falta tener un morro como un piano, para que ahora los socialistas se dediquen a dar lecciones de democracia, o a rasgarse las vestiduras por el que denominan golpe de Estado del 18 de julio ¿Pero qué hicieron ellos en octubre del 34? ¿No demuestra la hoja clandestina que lanzaron a un patio de la prisión umbiliqueña, que siguieron conspirando contra la república en 1935? El embudo, que tiene dos lados, y ya sabéis que por uno no es lo mismo que por el otro...



No hay comentarios: