viernes, 9 de noviembre de 2012

Escandalizar dando vivas al fascio

Voy con el último sucedido del mes en el que interviene un señor con una toña de aúpa, que se resiste a los agentes de la autoridad. Constantino Castro Pita tenía un establecimiento en el número 12 de la calle de los Olmos. Allí entró Arturo Figueira Rañó, que procedía de Barcelona y consumió mariscos con un litro de vino. Mientras los consumía daba vivas al fascio, por lo que el propietario le llamó la atención y consiguió que se reportase. Pero cuando llegó el momento de pagar, el cliente que debía estar completamente perjudicado, dijo que lo podían llevar a la cárcel pero que no le daba la gana de pagar. Llamó el hostelero a unos guardias de Asalto, a los que manifestó el Arturo que no pagaba porque era fascista, dando a la vez gritos de viva el fascio. Completamente perjudicado :)

No me resisto a copiar un fragmento del oficio que envió el mismo día de los hechos --9 de mayo de 1936-- el comisario jefe al juez de guardia, que tiene su parte cómica y serviría para hacer algo así como un florilegio de los insultos usados en los años 30, a los que habría que añadir desgraciado --que era gravísimo-- o hijo de la gran siete. También resulta útil para conocer la mentalidad que se tenía sobre la consideración a la mujer, que alguien creerá cosa propia del franquismo --que ya se sabe que es como el papel y todo lo soporta a la hora de demonizar--, o machista. Pues no.

Se detuvo al pretenso fascista por haber consumido:

cuatro pesetas con ochenta céntimos de mariscos y vinos, negándose a pagar la cuenta, llamando la atención y dando voces y vivas al Fascio, pronunciando frases malsonantes e indecorosas, sin hacer caso de los consejos que se le daban para que guardara compostura, pues había allí algunas señoras y no era prudente la forma en que se expresaba. Hacen constar los comparecientes que por el camino continuó llamando la atención insultándoles groseramente, llamándoles hijos de puta y otras lindezas.

También en esta Comisaría continuó dirigiendo insultos a los Guardias y funcionarios que se hallaban en esta Dependencia, dirigiendo frases de canallas, hijos de puta, criminales, parias, dando vivas al Fascio y vivas a la C.N.T. y a continuación dirigía insultos a esta y a los que forman parte de esta organización.

Ha llamado cabrón al Guardia Don Benigno Díaz Fernández, ofendiendo a la madre que le parió y le dio dos puñetazos en la cara al mismo funcionario y le lesionó levemente en el anular de la mano izquierda, al darle un puntapié.

Aunque se justifican las lesiones que padece el detenido relacionándolas con el momento de introducirlo en el calabozo o por golpes que se dio él dentro de la celda intentando salir, yo tengo la convicción moral de que en realidad le sacudieron el polvo que llevaba en la ropa... y añadiría que con la complicidad de un Juzgado que miraba para otro sitio o de la sociedad burguesa que también miraba para otro lugar. Aunque Arturo Figueira daba vivas al fascio, más parece un anarquista (fue expulsado de Nueva York en 1927), enemistado o que tuvo un encontronazo con anarquistas. Desde luego no lo localicé en las listas de falangistas al uso.

Por último, no estoy en absoluto seguro de que si diese vivas al marxismo, al comunismo libertario, o a los grupos violentos que apoyaban al Frente Popular, alguien considerase que escandalizaba o se atreviese a llamarle la atención. Más que nada porque tras el 18 de julio sin duda los perseguidos en zona nacional fueron los de izquierdas; pero es que antes éstos habían perseguido a derechistas, falangistas, católicos, esquiroles; a los que asaltaban sus sedes, les disparaban, quemaban sus templos o los maltrataban.

Mis notas.


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