miércoles, 16 de marzo de 2011

Falangistas dando ricino a un falangista-socialista


Uno de los lápices a los que más punta han sacado los señores de la media memoria es el ricinado de Emilio Veiras Astray, ocurrido el 15 de febrero de 1936. Como creo que lo que se cuenta es AgitProp en estado puro, pues llegan a deturpar las fuentes, os ofrezco mi versión.

Ya nos ocupamos de Emilio Veiras con ocasión de la huelga de estudiantes antimarxistas y monárquicos, detenido cuando pretendía enarbolar una bandera roja. Lo vimos también en 1970 cuando se fingía inspector de Industria, y según La Vanguardia, con más de 30 años de actividades delictivas a sus espaldas...

Los falangistas no reaccionaban si una acción no los obligaba a ello. En este caso, y con las fuentes que cito, yo diría que el 15 de febrero de 1936 Emilio Veiras Astray, de 14 años, iba por la calle en compañía de otros socialistas, José María Rey González de 19, y Antonio Rosende Calvo, de 17, cuando se encontraron con el falangista Luis Caamiña Canosa, de 18 años. Según este último, Emilio Veiras estaba afiliado tanto a Falange como a la Juventud Socialista... El servicio de información de Falange era envidiado (Cf. Fernando Meleiro en su Anecdotario de la Falange de Orense), pero en esta ocasión, tal vez el topo era un socialista que se fingía falangista, y estos últimos le aplicaron el castigo que los falangistas daban a los chicos malos.

Al encontrarse Emilio Veiras con Luis Caamiña, le reclamó una fotografía a éste, el cual le manifestó que la tenía en el local de Falange Española, y que podía ir allí a buscarla. Allá se fue Emilio, y al llegar se encontró, según algunos medios, con Juan Canalejo y con el conserje de Falange Española, Avelino Méndez Núñez, del que también nos ocupamos, que le hicieron beber ricino a punta de la pistola de Canalejo. La madre de Emilio declara a La Voz de Galicia que también le dieron gasolina, e incluso otros medios añaden a lo anterior polvos de jalapa (usado como purgante para bebés), pero estos datos no aparecen en el rollo de la Audiencia que os adjunto en mis notas y me parece más fiable que una noticia de prensa. Las mismas noticias que emplean estos señores que tienen media memoria, indican que tras el ricinado el muchacho se encontraba muy grave en el Hospital, cosa escasamente creíble tanto porque los efectos de una intoxicación por purgantes difícilmente generan un cuadro muy grave, como porque el sumario se declara concluso el día 24 de febrero, y en caso de estar muy grave el bueno de Emilio, ni hubiese sido alta en el Hospital Municipal en fecha anterior, ni el juez de instrucción habría declarado concluso el sumario en cuestión sin esperar a que el lesionado recuperase la sanidad, o falleciese.

El hecho es una burrada sin paliativos para una mentalidad como la nuestra, pero es propio de una época y una sociedad violenta, en la que los niños, por ejemplo, jugaban a apedrearse o se retaban en temibles pedreas en las que hubo algún lesionado de mucha mayor consideración que la que puede ocasionar una purga con ricino; por otra parte, si me dan a escoger entre que me me den ricino unos falangistas y que me apuñalen por la espalda unos socialistas, o que me den un palizón estos últimos, creo que me quedo con el ricino. Más se quedaría un muchacho de los años 30 que tomaba ricino por cualquier cosa: que estaba empachado, ricino; que se encontraba inapetente, ricino; que se quería prevenir un catarro (sic!), una buena dosis de ricino, etc. Aquella generación tenía especial querencia a purgarse. De hecho, aún recuerdo yo de mi adolescencia ver en algún cuarto de baño algo así como una esfera de caucho de la que salía un largo tubo del mismo material. Pregunté, y resultó que era para darse una irrigación. Al parecer hervían agua, la dejaban templar y le añadían según recomendación de no sé qué médico, unas escamas de jabón del más ordinario. Introducían el líquido en el irrigador, se enchufaban el tubo por salva sea la parte, apretaban la esfera, y no hay que explicar mucho más...

Vamos con las fuentes para que cada cual se forme su propia opinión. Noticia de La Voz de Galicia, publicada el 16 de febrero de 1936, que una vez contrastada con las demás, me parece la más verosímil:

Un suceso extraño

Aproximadamente a las siete y cuarto de la tarde de ayer un muchacho de catorce años llamado Emilio Veiras, que pregonaba a voces "El Socialista" y "El Mundo Obrero" fue llevado según se dice, con un pretexto, a un piso de cierta casa de la calle de la Barrera.

Y allí, como vino a manifestarnos de madrugada la dolorida madre del citado joven, doña Esperanza Astray, acompañada de una numerosa comisión de vecinos suyos del Campo de la Leña y de la calle de San Juan, le obligó alguien, amenazándole con un arma, a beber cierta cantidad de aceite de ricino y aún gasolina.

Fue llevado a la Casa de Socorro, donde, después de dejar transcurrir cierto tiempo, le hicieron un lavado de estómago, pasando después en observación a una sala del Hospital.

Interrogado el chico por sus parientes y por algunos policías, acusó como una de las personas que le forzaron a tomar la pócima a Avelino Méndez Núñez, vendedor profesional de "Arriba" y otros semanarios.

Avelino niega que esto sea cierto. Pasó al cuartelillo de Seguridad a disposición de la autoridad judicial.

Emilio Veiras es hijo del camarero marítimo Enrique Veiras, que al presente se halla de viaje. La madre del rapaz estuvo a formular su protesta y su queja en el Gobierno civil, y el señor Cobreros prometió enterarse debidamente y proceder con energía en cuanto le competa para castigar el hecho.

Versión de El Heraldo de Madrid, de 17 de febrero de 1936 (que coincide con lo que publica el día 18 El Pueblo Gallego):

Emilio Veira, vendedor de "El Socialista" y "Mundo Obrero", fue llevado con argucias a una casa de la calle de la Barrera, donde está instalado el centro de Falange. Otro muchacho llamado Avelino Méndez Núñez, le llevó a un piso, donde un oficial de la reserva, llamado José Canalejo, le amenazó con una pistola y le obligó a tomar una gran porción de aceite de ricino y gasolina con polvos de jalapa. El infeliz muchacho se encuentra muy grave en el Hospital.

Me he permitido poner en rojo encarnado José Canalejo, porque si hacéis una búsqueda por la red de esta noticia, comprobaréis que deturpan el documento escribiendo en su lugar Juan Canalejo. Y los medios de los que toman la información no dicen eso, que se lee estupendamente José Canalejo. Este personaje es desconocido. Podría ser Juan o Antonio Canalejo, si bien la mención a un oficial retirado apunta a Juan Canalejo, pero no es algo que esté del todo claro como pretenden. En la causa criminal resuelta por la Audiencia Provincial, instruida por el Juzgado de Instrucción del Distrito de la Audiencia, aparece como acusado sólo Avelino Méndez Núñez, y no se cita a Juan Canalejo por parte alguna, ni como acusado, ni menos como procesado.

Avelino Méndez Núñez, en prisión atenuada, es detenido en la estación del Norte el día 19 también de febrero, con un puñal... y una pistola, así que pudo ser éste el que amenazó y obligó a punta de ídem a Emilio Veiras a ricinarse. Lo detienen en la estación, y con armas, así que muy seguro no debía encontrarse en la ciudad cuando parece que pretende irse... y con esas alforjas. De Juan Canalejo no se sabe que por esas fechas pusiese tierra por medio para evitar a sus acosadores.



No hay comentarios: