martes, 2 de agosto de 2011

Millán Astray: hijo predilecto de La Coruña


Con motivo de una reciente sentencia en la que se reconoce que no es de aplicación la ley de memoria histórica a la hora de retirar el título de hijo predilecto que su ciudad natal había concedido a Millán-Astray en 1922, tal vez convenga dedicar una anotación al contexto en que se consideró que José Millán-Astray Terreros era merecedor de gloria inmarcesible como héroe popular que era.

Es sabido que la guerra de Marruecos constituyó una sangría de soldados de reemplazo, que llegaban al frente y eran masacrados de forma sistemática. Millán-Astray consideró que España precisaba de un cuerpo de élite que pudiese sustituir a los soldados de reemplazo y se creó la Legión en 1920. En ella no sólo supo incardinar a muchachos que procedían de los estratos más humildes de la población, sino que los dignificó y los convirtió en los héroes que habían parado la sangría que había sufrido la sociedad española hasta entonces, de la que pocas familias se habían librado. Si esos soldados se habían convertido en héroes, no hay para que decir que el organizador del cuerpo alcanzó una popularidad inusitada.

En julio de 1922 Millán-Astray emprendió viaje a Galicia para descansar unos días en el balneario de Mondariz, y también para incrementar el reclutamiento de voluntarios para la Legión. Llegó a Orense el 16 de julio siendo obsequiado con un banquete y pronunciando el consabido discurso. Tras el descanso en Mondariz, se desplazó a Vigo el 27 de julio en donde fue de nuevo homenajeado pronunciando una conferencia en el Teatro Odeón, abarrotado de público. El día 28 emprendió camino a La Coruña. A Santiago fue a esperarlo el popular escritor Alejandro Pérez Lugín acompañado de varios periodistas, diputados y amigos. En los pueblos del trayecto fue objeto de manifestaciones de afecto. Los ayuntamientos de Enfesta de Oroso (hoy absorbido por Santiago), Ordes y Culleredo, salieron a la carretera deteniéndose el entonces teniente coronel en estos puntos para corresponder al homenaje.

En La Coruña el recibimiento fue multitudinario. Se organizó una caravana de 33 automóviles que lo espero en Alvedro, en la propia finca de Pérez Lugín en donde se sirvió un lunch. Precisamente la imagen tal vez esté tomada en esta finca de Pérez Lugín, en Alvedro. Más tarde partieron para la ciudad en donde fue objeto de un entusiasta recibimiento. Entró en La Coruña a las siete y media de la tarde, coincidiendo con la salida del trabajo de las cigarreras de la Fábrica de Tabacos, que en tanto que mujeres humildes y madres agradecidas, se unieron a los manifestantes y acompañaron a Millán Astray hasta el Ayuntamiento a cuyo balcón se vio obligado a salir para agradecer a la población el homenaje, que algunos medios califican como delirante. En el propio ayuntamiento, se produjo en términos de gran modestia y dijo que en África sólo se portó como un coruñés.

El sábado 29 Millán Astray visitó la Fábrica de Tabacos para agradecer a las cigarreras su gesto. A las dos de la tarde visitó la redacción del diario El Orzán, en donde fue obsequiado con un vino. Ya a las siete pronunció una conferencia en el teatro Rosalía de Castro. Al salir y en la propia calle fue de nuevo objeto de grandes manifestaciones de simpatía. También se celebró en su honor un banquete en el popular Circo de Artesanos en el que por unanimidad se acordó su nombramiento como socio de honor de la entidad, solicitando a la vez del Ayuntamiento que se le otorgase el título de hijo predilecto de la ciudad. Salió de La Coruña en tren el domingo 31 con destino Santander, y fue muy comentado el hecho de que la oficialidad de Infantería --cuerpo al que pertenecía el fundador de la Legión-- no acudió a despedirlo pese a haber sido invitada; también lo recibieron de paisano sus integrantes y con gesto hosco ante la adhesión popular. Este desaire produjo cierto desagrado e incluso se barajó la posibilidad de recoger firmas para que el ministro de la Guerra sustituyese el Regimiento de Infantería Isabel la Católica por otro cuerpo.

Por último, el Ayuntamiento, de mayoría republicana como siempre, haciéndose eco de la petición unánime del Circo de Artesanos, acordó el día 3 de agosto nombrar a Millán Astray hijo predilecto de La Coruña, título que revocó un acuerdo de la comisión que depuró los nombres de las calles y que una jueza acaba de anular.

Me comentaba hace tiempo un militar que retirar la estatua de Millán-Astray, el nombre de su plaza o el título de hijo predilecto resultaba absurdo porque Millán-Astray podía parangonarse a nivel internacional con un general Patton. Pero vivimos una etapa bochornosa que parece llegar a su fin en donde el partido del gobierno por echárselas de izquierdista, cuando su política económica no distribuía de forma más equitativa la riqueza, se dedicó a dar alas y a potenciar a los individuos más exaltados de nuestra sociedad: desde señores que tienen un odio visceral al Ejército, que no sabían donde meterse de la rabia que les entró cuando España ganó el mundial de fútbol, hasta comunistas trasnochados que sólo aspiran a tener un protagonismo personal que la sociedad no les otorga en las urnas o es minoritario una y otra vez.



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