martes, 10 de enero de 2012

Dio trabajo a un obrero no sindicado y le colocaron un petardo


Vamos con un ejemplo de lo que era un petardo y los daños que ocasionaba. La calle de Vera desapareció con la construcción del viaducto de la avenida de Alfonso Molina en San Pedro de Mezonzo debido a la necesidad de anchear la calle en ese tramo. Comenzaba en la travesía de Vera y concluía en la calle de Castro Chané. Como veis, la nueva construcción de la antigua calle de Vera --hoy un tramo más de Caballeros-- no está en línea con el edificio de la Escuela del Trabajo, sino algo más retrasada. La travesía de Vera se llama hoy calle del alcalde Puga y Parga y descendía desde esa esquina de la imagen hasta Cuatro Caminos.

Precisamente en esa esquina que ocupa hoy Casa Cuba tenía un modesto inmueble Enrique Longueira Pérez, de 81 años, que tampoco parece un potentado porque vivía en un bajo del entonces humilde lugar del Borrallón. Estaba reformando una casa de dos alturas y había empleado a un obrero que no estaba afiliado a la UGT ni a la CNT, así que sobre las once y media de la noche del 6 de mayo de 1936 le lanzaron un petardo por una ventana del edificio que ocasionó escasos desperfectos. Los petardos generaban alarma social, llamaban la atención y constituían un violento aviso de males mayores en caso de que la víctima no se plegase a las exigencias sindicales. Es de suponer que el propietario del inmueble habría sido primero amenazado, no atendió a los requerimientos de las organizaciones sindicales y sufrió las consecuencias de los que hoy venden como defensores de la libertad, la república, la democracia, y no sé qué más. Los daños fueron pericialmente valorados en 145 pts. de la época y tan sólo parece que ocasionaron la apertura de un boquete de unos 20 cm en el suelo y el resquebrajamiento de algún tabique.

Como quiera que, para variar, el hecho quedó impune, el sumario se expurgó, así que de este atentado sólo conocemos el auto de sobreseimiento y unas cuantas noticias de la prensa local.

Dice La Voz de Galicia correspondiente al 7 de mayo de 1936, en un suelto que parece querer hacer énfasis en minimizar el hecho (destaco en negrita ese énfasis):

UN PETARDO

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A las once y media de la noche de ayer estalló un petardo en una casa deshabitada, en la cual se realizan al presente algunas obras de reparación, situada en la calle de Vera número 1, de la que es propietario D. Enrique Longueira.

La casa consta de dos cuerpos.

Los daños causados por la explosión carecieron de importancia. Sólo se resquebrajó el tabique de una de las habitaciones y se abrió en el suelo un pequeño agujero.

Se desconoce a que obedece la colocación del pequeño artefacto.

Por su parte, El Ideal Gallego también de 7 de mayo de 1936 ofrece una información más neutra:

Estalla un petardo en una casa en reformas de la calle de Vera

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Cerca de las doce de la noche de ayer estalló un petardo que había sido colocado en el piso bajo de la casa número 1 de la calle de Vera, propiedad de don Enrique Longueira.

El artefacto al hacer explosión causó ligeros desperfectos en uno de los tabiques del inmueble, cuyos pisos están deshabitados por las obras de reparación que en él se están realizando desde hace escaso tiempo.

Al estallar el petardo se produjo alguna alarma entre el vecindario. Acudieron varias personas al lugar del suceso, donde se encontraban ya los agentes de la autoridad instruyendo las oportunas diligencias.

Se ignora quien fue el autor del atentado al que busca la policía.

Si La Voz de Galicia pecaba a la hora de minusvalorar el hecho, El Ideal Gallego al ampliar la información el 8 de mayo de 1936, parece destacarlo, aunque no emplea el sibilino énfasis de La Voz, al menos en esta ocasión:

Detalles del atentado a una casa en reparación de la calle de Vera

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El artefacto que estalló anteanoche en la casa número 1 de la calle de Vera, esquina a la travesía del mismo nombre, cuyo inmueble es propiedad del vecino del lugar del Borrallón, letra C, bajo, Enrique Longueira Pérez, de 81 años, fue arrojado al interior del edificio por una ventana y además de hacer en el piso un hoyo de unos 20 centímetros, causó desperfectos en dos tabiques y en la pared que separa la casa contigua, valorándose los daños que produjo el atentado en más de mil pesetas.

La casa está en reparación y por lo tanto no habita nadie en ninguno de los pisos.

Las obras las está efectuando un obrero que no está sindicado.


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