lunes, 7 de mayo de 2012

De lo que entiendo por falta de rigor (ampliado)

 En la anotación anterior me refería a una más o menos habitual falta de rigor en el proyecto interuniversitario Nomes e voces. Y como no es cuestión de tirar la piedra y esconder la mano y tampoco voy de árbitro del rigor, sino que simplemente no trago con milongas, baso mi opinión en un nuevo ejemplo. Este proyecto es absolutamente fiable en los fusilados, aunque se engorda con los que murieron si se me apura en la Cochinchina durante y después de la guerra, pero en lo que a paseados se refiere, en mi opinión no es fiable. Y lo digo después de haber consultado una publicación reciente y haberme salido un ¡y dale!

Una de las personas que se da por paseada, ¡con 74 años!, es Teresa Varela Calviño, de la que se dice que era empacadora del muelle y que fue muy activa en una huelga que hubo en el puerto en 1935 convocada por el sindicato del gremio, afecto a la CNT. Se ha delirado dedicándole poemas, que si la balearon... Pues no.

Teresa Varela Calviño vivía en el número 8 de la calle de Damas, en donde había una tienda. El 13 de septiembre de 1936 iba con una nieta al lavadero del Parrote, bajo el jardín de San Carlos, cuando se acercó demasiado al borde y cayó a la playa homónima, falleciendo a las dos de la madrugada del día 14 en el Hospital Municipal como consecuencia del shock traumático que le produjo la caída. Se comenzó a instruir un sumario el mismo día 14. Tratándose de un hecho fortuito y desgraciado, la Audiencia Provincial dictó un auto de sobreseimiento.

Con mis mayores respetos para la difunta, no sé de donde se saca que era anarquista, porque perfil, no lo tiene, y tendría que ser suficiente para sospechar que ese shock traumático como otras hemorragias internas se deben a accidentes fortuitos y desgraciados. Sus deudos están en condiciones de pagarle sendas esquelas en La Voz de Galicia y El Ideal Gallego(en la imagen), en ambas se dice que recibió los auxilios espirituales; sus hijas son "doña Consuelo y doña Dolores"; sus hijos políticos también son "don" Juan y "don" Isidro, ambos "del comercio de esta plaza"; sus hermanos políticos son "doña" Josefa y "don Ramón Casete", que tiene toda la pinta de ser el propietario y fundador de Calzados Casete en la plaza de España esquina Mercado. No se diga que por esos días ya todas las esquelas eran católicas porque se distinguen las auténticamente católicas de las que no lo son en que en estas últimas no se hace misa al difunto, y a esta señora se le hizo en la iglesia de Santa María del Campo. Quiero decir, en definitiva, que el perfil es de un entorno burgués, de pequeños comerciantes en el que no me encaja el anarquismo.

Por si lo anterior no fuese suficiente, resulta que La Voz de Galicia da noticia del hecho --aunque no de la defunción que se conoce en esquela de la misma pagina en donde se aclara que falleció "a las dos de la madrugada"--, y sería la primera vez que un paseo es noticia en la prensa. En fin, que aquella guerra de retaguardia tenía como objetivo controlar el orden público y no cargarse señoras de 72 o 74 años, tirándolas a la arena de la playa del Parrote, a ver si las mataban o las dejaban malheridas trasladándolas luego al hospital para que pudiesen contar por el camino y en la institución que las habían "paseado", y además por la tarde. En el monumento que levantaron los señores de la memoria histórica aparece el nombre de esta pobre difunta también como represaliada, cuando ya vemos que no no hay tal.

Noticia que publica La Voz de Galicia correspondiente al 15 de septiembre de 1936:

En el paseo del Parrote la anciana de setenta y cuatro años Teresa Varela Calviño, viuda, vecina de la calle de Damas, 8, bajo, que iba en compañía de una nietecita suya, tuvo la desgracia, al acercarse demasiado a la orilla del muro del puerto, de resbalar, cayendo a un pequeño arenal que allí existe.

Quedó maltrecha  y pasó asimismo al Hospital.

AMPLIACIÓN (8/5/2012)

Hoy conseguí un artículo que nos puede aclarar o explicar el origen de este fake. En el trabajo se hace hagiografía de las libertarias supuestamente represaliadas. De hecho, indican al final que el Franquismo y los míseros (sic) pactos de la transición les negaron la memoria de su sacrificio (sic). Ya se ve que los mismos autores ponen de manifiesto que  el objetivo que persiguen es hagiográfico. El trabajo carece de notas suficientes que permitan el debate pero conociendo algo las fuentes se puede obviar este inconveniente con algo de suerte. En el artículo, se incluye un repertorio biográfico, reseñas, y con pocas notas para mi gusto. Cuando se ocupan de Teresa Varela Calviño (tres líneas más dos del título), indican que en julio de 1935 era una empacadora en huelga en La Coruña que recibía ayuda de la Federación Local Obrera (FLO). Como no aparecen notas te preguntas de dónde rayos habrían sacado la información ¿Sería en Solidaridad que citan de forma genérica en el repertorio de fuentes? De casualidad me voy al Soli, pensando en que sólo es el principio y va a tocar rastrear fuentes diversas, cuando aparece lo que buscamos. El dato lo obtuvieron del nº 4 de Solidaridad correspondiente al 20 de julio de 1935, aquí. En este número se publican las "listas de solidaridad pro-huelguistas empacadoras", apareciendo como beneficiaria una tal Teresa Varela, con la cantidad de 41 pesetas el 27 de abril, 26,85 el 4 de mayo, etc.

Si lo único que saben de esta Teresa Varela es que recibía ayuda de la FLO, me parece un poquito fuerte o falto de rigor considerar que es Teresa Varela Calviño, de la que sabemos que murió como consecuencia de una caída desde el paseo del Parrote a la playa homónima. Es decir, en julio del 35 les aparece una empacadora del muelle en el Soli que recibió ayuda; de esta señora no saben el segundo apellido, no saben los años ni nada más, y como en septiembre de 1936 se encuentran en los libros del Registro Civil a una señora de nombre Teresa Varela Calviño, de 74 años, que fallece como consecuencia de shock traumático, aprovechan para endosarle a la primera unos cuantos datos biográficos de la segunda... Ni que el apellido Varela en Galicia fuese infrecuente ¿Pero qué "chambonada" es esta?

Por cierto, que en la calle de Damas nº 8, donde vivía Teresa Varela Calviño había una tienda de comestibles (sería una tienda con vivienda de las habituales) y que era propiedad de Juan Gómez Chas, --nombre y apellidos que aparecen en las esquelas como hijo político de la difunta y "del comercio de esta plaza"--, se puede documentar en estas notas.





No hay comentarios: