miércoles, 3 de abril de 2013

De los hermanos Freire y su asesinato (III)

JOSÉ MARÍA ESMORÍS ESMORÍS, @ ABELEIRAS

En mi modestísima opinión, está por estudiar en profundidad la presencia anarquista en Bergantiños que en mi opinión también, tenía su centro, no en Carballo, sino en la parroquia de San Román de Cabovilaño, en Laracha, en donde destaca el Sindicato de profesiones varias de Cabovilaño que en 1935 contaba con unos 200 afiliados, probablemente trabajadores de los aserraderos y en menor medida de los contratistas que construían carreteras o caminos vecinales en la comarca. Según González Probados y Dionisio Pereira, en los ayuntamientos de Carballo y Laracha funcionaban unos 25 aserraderos en los años 30, orientados a la producción de tablilla para envases de la Fábrica de Tabacos de Sevilla y de los cítricos del Levante.

En Cabovilaño destaca la figura de José María (sic) Esmorís Esmorís, @ Abeleiras (1899-1936), que estuvo muy vinculado a otros sindicatos como el de Monteagudo en Arteixo participando en su organización (Blanco Rey, p. 229); o que participó de algún modo en la creación de la Federación comarcal de Bergantiños con los sindicatos de Carballo, Sofán-Artes, Vilaño y Cabovilaño; de hecho, representó a los 650 afiliados de esta federación en el II Congreso extraordinario de la CNT celebrado en Zaragoza entre el 1 y 10 de mayo de 1936. José Esmorís se carteaba con José Moreno Torres, panadero, secretario de la Confederación Regional Galaica de la CNT (lo nombraron comandante en zona roja durante la guerra, como si lo nombran capitán general); tal vez se carteó con Francisco Llerena --extremista muerto en el asalto al cuartel de la Guardia Civil de Oleiros en diciembre de 1933-- según veremos en la causa que enlazo más abajo Se carteaba en definitiva con dirigentes de la Confederación Regional Galaica de la CNT, que por esas fechas ya eran de la línea dura. Dime con quien andas... Según Eliseo Fernández, militaba en la FAI pero no lo justifica con una nota. Abeleiras también publica algún que otro artículo en Solidaridad Obrera, semanario anarquista partidario de la acción directa o terrorismo, y en donde se ponía en solfa a quienes no consideraban adecuada la violencia para ese momento, hasta con una cierta gracia:

¿Que se nos aclare este galimatías?

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Copiamos de el órgano del Partido --y bien partido-- Sindicalista coruñés Trabajo.
"El empleo exclusivo de la acción directa supone --implícitamente-- un reconocimiento de insuficiencia intelectual". (¡Oh los intelectuales!).
Y más abajo, en el mismo artículo de presentación:
"Mas el Partido Sindicalista no renunciará a la acción directa cuando de ella haya menester. Para el logro de nuestros postulados estamos dispuestos a no renunciar a nada".
Sí, lo creemos. Ni a la pesebrera municipal. ¿Verdad?
Son muy intelectuales estos sindicalistas pestañistas de nuevo cuño, tanto que ya se imaginaban concejales y diputados algunos...
¡Están frescos!
Pero, por favor, que se nos aclare lo de la acción directa.

Solidaridad Obrera, nº 172, 22 de agosto de 1934.

En 1934 la Guardia Civil consideraba a Abeleiras, según manifestaciones de varios vecinos, como alguien de conducta peligrosísima, teniendo un carácter altanero e ideas avanzadísimas, constando en los registros de sospechosos del Cuerpo, como indeseable. Este informe que emplea la jerga oficial propia de los cuerpos de seguridad de la época, parece congruente con lo demás que conocemos.

José María Esmorís Esmorís, @ Abeleiras, fue detenido en diciembre de 1933, señalándolo la Guardia Civil como dirigente en Cabovilaño del movimiento revolucionario anarquista desarrollado en ese mes, esta vez por la victoria del centro derecha en las elecciones. Se le había practicado un registro en su vivienda y encontraron cartas de Moreno Torres y tal vez de Llerena; y documentos relacionados con el movimiento revolucionario, que no lo debían implicar mucho --como no lo complicó en nada el folleto que adjunta al atestado la Guardia Civil en las notas que enlazo más abajo-- cuando no sirvieron para encausarlo por este motivo. Sea por el registro que le practicaron o por otro motivo, lo cierto es que el jueves 28 de diciembre de 1933, Abeleiras se traslada a ocupar una casa en el lugar do Formigueiro, en la parroquia de Santiago de Vilaño, sin salir del término municipal de Laracha. Lo ayudaron en la mudanza --hecha en un carro del país-- Eduardo Pedreira, vecino do Formigueiro, y un tal Viñán, vecino de Nogán, de donde también eran los hermanos Freire Caamaño.

Lo cierto es que el 30 de diciembre la Guardia Civil vio a Abeleiras merodeando por Carballo y procedió a su detención al considerarlo complicado en el movimiento revolucionario, pero al hacerle un registro en su casa en presencia de varios vecinos do Formigueiro, uno encontró a los pies de la cama, sobre la sabana bajera, un revólver de ocho tiros cargado con dos cápsulas, lo que motivó su procesamiento por tenencia ilícita de armas. Abeleiras (el Abelairas que se lee por ahí es invento que tampoco he visto nunca justificado con una nota) da su versión sobre lo ocurrido en una carta que escribe desde la Prisión Provincial de La Coruña: Las Tinieblas Resistiéndose a la Luz. Comienza aquí, y termina aquí. La segunda parte sobre todo puede dar idea del nivel cultural del sujeto. Se despacha a gusto con los Tri.. cornios que lo detuvieron, y señaló que la Guardia Civil, aprovechando que había entregado la llave de su casa cuando lo detuvieron, fue a esta e introdujo el revólver en la cama. En sus declaraciones sumariales ratificadas en el juicio oral, indicó que habían sido los vecinos que efectuaban el registro o los guardias quienes habían metido el arma en su vivienda. Nada de eso declararon los vecinos do Formigueiro que participaron en el registro, que desmintieron la acusación de haber introducido alguno de ellos o la Guardia Civil el arma en la vivienda de Esmorís; y ya sería extraño en una aldea gallega que ningún vecino avisado por los perros se despertase aquella noche y viese llegar a los guardias para meterle el revólver en la casa y cama de Abeleiras de forma subrepticia; y hasta me parece extraño que un anarquista de la línea dura no tuviese armas en su casa. El tribunal consideró probada la tenencia ilícita del arma y acabó condenándolo a sufrir cuatro meses y un día de arresto mayor. Se benefició de la amnistía que promulgó el gobierno del segundo bienio y salió de prisión el 27 de abril de 1934, a cuatro días de tener extinguida la pena impuesta. Por cierto, y al margen, esa ley de amnistía que acabo de enlazar no comprende delitos "de publicaciones inmorales y pornográficas". Luego las publicaciones de este tipo no comenzaron a ser ilegales durante el franquismo como refiere una milonga al uso. Ya lo eran en la II República. Era otra sociedad, peor que la nuestra aunque todavía haya quien nos quiera vender los años 30 como un referente al que aproximarnos ¡Por favor...!

Mis notas.



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