domingo, 16 de noviembre de 2008

Expurgo



Hace pocos meses, asistí a una merendiña -en fino, unas jornadas técnicas- y una de las participantes no paraba de repetir que "los opus" (caementicium, vittatum, etc.) identificados en el yacimiento habían sido este u otro. A lo cual, una profe estupenda de la Uni de Oviedo que se sentaba entre el público no se cansaba de aclararle que el plural es "opera, se dice opera".

Ayer tuve que hacer un obsequio en forma de libro ¿y qué me piden? El librito de la foto... Y como uno por sus años de juventud tuvo ocasión de conocerlos algo -no a los de la ópera, sino a los de la obra- se me revolvió hasta la última tripa al adquirir un producto así. En primer lugar, porque lo que diga la protagonista (y la autora), sinceramente, no me interesa para nada. Por otra parte, los interesados e interesadas, están al tanto de su vida, obra y milagros a través de la revistas especializadas tipo ¡Hola! y demás. En segundo, porque el libro está escrito por una opusina confesa, y uno tiene la idea de que para los miembros de esa asociación el único pecado con todas sus letras es darle al fornicio, no teniendo la menor importancia cosas como la pena de muerte, la explotación de los trabajadores, el abandono de los sin-techo, la falta de albergues para transeúntes, que la gente se muera de hambre o se contagie de VIH porque los condones sean anatema; esto por no pensar en el machismo ridículo del que hacen gala, etc.

Aún recuerdo a un amigo "con cargo", al que seguía un gilipollas. Era tal el acoso, que mi amigo se vio obligado a ir en coche al trabajo desde su casa -que distaba unos 300 m- porque el gili hacía apostolado con él y no paraba de darle la murga:

-P: Pero hombre, Fulanito, siendo tus hermanos personas tan piadosas, parece mentira que tú sigas alejado...
-R: Pero ¿me dejarás en paz alguna vez?
-P: Fulatino, sólo te pido que acudas a una de las charlas. Esta semana hay una...
-R: Pero vamos a ver, ¿tu eres tonto'lculo o qué? Te estoy diciendo que me dejes en paz, joer...
-P: Insúltame que me mortifico...

Todo este larguísimo preámbulo viene a cuento porque, más pronto que tarde, espero hacer un terrible expurgo en el que incluiré el libro que acabo de comprar, la bibliografía completa de una tal Victoria Holt -que ni que fuese la Espasa, ocupa varios estantes con los libros de tres en fondo-, y por supuesto, por supuestísimo, estoy decidido a darme el gustazo de hacer un expurgo terrible con todos los libros sobre la guerra civil, franquismo y segunda guerra mundial (División Azul incluida), que dejando a un lado el profundo respeto por cuestiones de tipo personal, no me interesan absolutamente para nada.

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