martes, 30 de diciembre de 2008

De monumentos al libro y "sus creadores"


En el año 1984, el alcalde Tierno Galván inauguraba en el madrileño paseo de Recoletos un monumento dedicado al libro frente a las instalaciones de la Biblioteca Nacional. Su imagen encabeza estas líneas. Los libreros de España al libro y sus creadores, reza la inscripción. De la pieza fue autor Manuel García Buciños, que ya había realizado otras esculturas dedicadas al libro en A Coruña y Valladolid.

Precisamente la erigida en la ciudad gallega, generó a los pocos años de haberse inaugurado una polémica no exenta de ironía o sorna, que todavía recuerda La Niña del Exorcista. El monumento, levantado en otro paseo, el de Méndez Núñez, también llevaba una inscripción similar, al libro y sus creadores, aunque no recuerdo el principio de la misma y hoy no se puede leer, como muy pronto veremos. Aquí lo tenéis:



Y la polémica tuvo su origen en un magnífico artículo del crítico de Arte, Laureano Álvarez Martínez -al que la tierra sea leve-, que puso de manifiesto las curiosísimas similitudes que tenía el monumento coruñés con otra obra, nada más y nada menos que de Henry Moore, Family group (1950), que se encontraba y se encuentra en el Museum of Modern Art de Nueva York, el MoMA.



Y claro, se armó la de San Quintín. Dejo a la consideración de los lectores la valoración de las similitudes de composición y demás que puede haber entre las tres piezas, o entre la pieza coruñesa y la del MoMA.

Lo curioso del caso es que algún gamberro cultural -por llamarle de algún modo- quiso ver y resaltar la existencia de dos autores en el monumento coruñés, arrancando todas las letras de bronce que componían la inscripción, salvo aquellas en las que se leía sus creadores... El conjunto se limpió y restauró hace pocos años reponiendo la inscripción con el texto completo, pero el mismo vándalo u otro que debía ser consciente de las similitudes, seguro de que la obra era de varios autores, volvió a arrancar las letras de bronce dejando que se leyese con la misma ironía tan sólo eso de... sus creadores.

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