domingo, 14 de diciembre de 2008

"Expediente informativo de los sucesos desarrollados en San Martín Pinario el 23 de abril (1846)"


Hace unos días me ocupaba de los desastres de la guerra en lo que a archivos se refiere. Por ampliar un poco la información en detalles, copio más abajo un expediente que "transcribe" Couselo Bouzas sobre lo ocurrido en el ex monasterio de San Martín Pinario con ocasión de los enfrentamientos habidos durante la Revolución gallega de 1846. De él resulta que bastantes libros quedaron desencuadernados, rasgadas las hojas, e incluso, que fueron usados como camas y combustible de cocina. El reconocimiento practicado permitió estantear los documentos, ponerlos a buen recaudo sellando las habitaciones y establcer la correspondiente vigilancia. No parece, pues, que los funcionarios de Hacienda despreciasen estos fondos, sino que los tenían instalados en estanterías, ordenados, y al practicar el reconocimiento, hicieron todo lo posible por salvaguardarlos.

El mismo Couselo Bouzas indica que el expediente consta de dos partes. En la primera se refiere la destrucción del archivo y otra se centra en los daños materiales causados en el edificio.

Me llama la atención que, al parecer, muchos libros se encontraron sin pastas o cubiertas de pergamino ¿Para qué querrían los soldados estas pastas y cubiertas? ¿Para hacer cartuchos de pólvora? ¿Para que el cuerpo de los libros hiciese las camas más mullidas? ¿Para facilitar la combustión de los volúmenes en las cocinas? Vamos con el expediente prometido.

"En 24 de abril de 1846, se reunieron dentro de San Martín [Pinario] el regidor del Ayuntamiento de Santiago en representación del alcalde, otro representante del comisario de Guerra, el administrador Bienes Nacionales, un maestro de obras, escribano y testigos, etc. Procedieron al reconocimiento del edificio: en la oficina de despacho en la dependencia de Bienes Nacionales, hallaron abierta y destruida la primera puerta de su entrada, notando que la segunda o principal había sufrido enormes golpes; esta oficina nada más ha padecido".

"En el segundo piso y en la puerta que da comunicación a las habitaciones de dicha oficina, donde estaban colocados los archivos de la suprimida comunidad religiosa y de varias corporaciones eclesiásticas, notaron que había sido forzada a grandes golpes, de resulta de los cuales quedó separada de los batientes sin que hubiesen conseguido franquearla. Habiendo entrado por el lienzo del claustro nuevo y lado derecho que camina al salón titulado de la Biblioteca, cuyas dos puertas estaban abiertas, se encontraron tendidos por el piso los restos de muchos documentos que han sido desencuadernados y rasgados, pertenecientes a los indicados archivos, según el espreso de sus trizas. Así mismo, hallaron abiertas y sin cerradura dos puertas, que la primera ofrece su comunicación para el claustro nuevo a las expresadas habitaciones donde estaban colocados los archivos, y a seguida es la entrada de una oficina en la cual el Ayuntamiento recogía efectos de su pertenencia: reconocidas ambas advirtieron desalojados de las estanterías los libros y mazos que las llenaban, existiendo sólo algunos colocados en desorden".

"Por los pisos se hallaron tendidos a granel diferentes libros y legajos de las referidas comunidades religiosas y corporaciones en la forma más irregular que puede imaginarse, extraídas las cubiertas de pasta y pergamino, las hojas de unos instrumentos revueltos con las de otros distintos a discrepción [sic], y rasgadas la mayor parte, entre las cuales se distinguen retazos de pergamino de libros de coro. Hallaron así bien colocados con igual desorden en las ventanas y en un balcón que dice a la plazuela principal del edificio porción de volúmenes colocados unos encima de otros y formando como una paredilla, los que se conoce sirvieron de parapeto a la fuerza que desde allí se defendía, después de apoderarse del expresado edificio en la tarde del día de ayer. Igualmente se notó que pudieron ser entregados a las llamas muchos papeles por los vestigios que se hallaron sobre el piso de la habitación inmediata a la puerta principal de junto a la escalera que fue forzada y no abierta: también se notaron destruidos algunos efectos como bancos de respaldo cubiertos de terciopelo, mesas, sillas, candeleros de metal que desaparecieron (eran docena y media) que eran para el servicio del administrador de Bienes Nacionales, y así mismo 24 cortinas viejas de damasco de colores, dos flecos pertenecientes a ellas y otros efectos".

"En el salón que fue Biblioteca, cuya puerta se halló abierta y medio desecha, y por todo el espacio de dicho local se encontraron tendidos haciendo de camas considerable porción de documentos de los expresados archivos y del de la suprimida Inquisición, desencuadernados y las hojas rasgadas y otras medio quemadas, todo ello revuelto con pedazos de capotes, restos de prendas de militares y con restos de las cortinas de que se hizo mérito, que se conoce sirvieron para arroparse de noche los soldados inutilizándolas después: finalmente fuera del salón por todo el espacio libre del indicado claustro nuevo se encontraron rotas diferentes escrituras y expedientes. Saliendo de aquel lugar y entrando por las habitaciones que se denominan Comisaría [de Guerra], cuya puerta estaba destrozada, en la estantería de los primeros, donde existía el Archivo de la extinguida Inquisición, nada se encontró, y sólo por el piso considerable porción de hojas sueltas. En las ventanas había porción de legajos y papeles sueltos amalgamados, que indudablemente hicieran de parapeto a la fuerza referida en el acto de la acción".

"Las demás oficinas de dicha Comisaría están ocupadas de libros deshechos, pedazos de marcos de vidrieras y ventanas destrozadas y papeles inutilizados, que todo ello se reconoce por los pocos volúmenes que nada sufrieron, etc. En los balcones y huecos de las ventanas de estas oficinas, que también dicen a la fachada principal del edificio, estaban también amontonados porción de libros, de los cuales gran parte se hallan sin pasta ni cubierta. Al tratar de retirarse los referidos señores y presente escribano repararon que hacia la entrada de la Cámara u oficinas, que antes de ahora se destinaron para la Capitanía General, según espuso el señor administrador de Bienes Nacionales existen a cargo de la autoridad militar, se hallaban tirados algunos papeles, y acordado en el acto el reconocimiento de las mismas piezas, procediose a él sin ningún obstáculo por estar abiertas todas sus puertas, encontrándose el piso cubierto de restos de libros de Bibliotecas de conventos y de protocolos de instrumentos públicos procedentes de los archivos de que se hizo mención; así como en las ventanas porción de libros y legajos destrozados, que también pudieron servir de parapeto. Se recogieron los libros y papeles y se acordó componer las puertas y ventanas, etc. con lo qual se dio por terminado el reconocimiento etc. y todos firman".

Sigue la segunda parte del expediente con una "información" acerca de los destrozos causados en el edificio durante el combate, y de esta "resulta que fueron destrozados a balazos, ventanas, balcones y puertas, etc. En una de las habitaciones fue destruido el Archivo de la Mitra Arzobispal y el del Cabildo de Padrón y los libros de los monasterios. En otra habitación fue destruido con ella las bibliotecas de San Agustín, Santo Domingo y San Francisco y otros efectos (1)".

"(1) Expediente de los sucesos y daños causados en San Martín Pinario el 23 de abril de 1846, (Arch. Municipal). Papeles varios".

Couselo Bouzas, José: Fray Rafael de Vélez y el Seminario de Santiago. Santiago : Tipografía del Seminario Conciliar Central, 1927, pp. 71-73.

No hay comentarios: