martes, 23 de diciembre de 2008

Sic vos non vobis


Para quien esté o se pase estos días por Madrid, tengo el gusto de recomendar esta exposición que se celebra en la Biblioteca Nacional. No es una muestra espectacular, con un gran despliegue de medios como su vecina dedicada a Amadis de Gaula y los libros de caballería, pero se deja ver muy bien. Creo que está orientada al gran público y a éste le ofrece una visión de conjunto sobre la evolución del Cuerpo Facultativo de archiveros-bibliotecarios, luego Cuerpo Facultativo de archiveros, bibliotecarios y anticuarios, y hoy, Cuerpo Facultativo de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos.

En cualquier caso, para quien esté más familiarizado con la historia de este cuerpo, o con la de los archivos, bibliotecas y museos que sirven o sirvieron, la exposición ofrece unos cuantos guiños, algunos impagables. Por ejemplo, aparecen varios retratos de archiveros muy conocidos, caso de Vicente Vignau Ballester [casi me da un pasmo al verlo ;-) ], caso de Tomás Muñoz Romero o de Francisco González Vera. Tal vez la pieza más llamativa sea un precioso plano a dos tintas que recoge la fachada del desaparecido Archivo General Central, sin que me hubiesen pasado desapercibidos algunos interesantes documentos, como un recuento de la documentación eclesíastica.

Uno de los guiños me hizo hilar, no sé si muy fino, pero desde luego hilé. Al ver uno de los retratos de lejos, me pareció el de Wenceslao Fernández Flórez. Inmediatamente me acerqué a la cartela y vi que no era él, sino ¡Miguel Gómez del Campillo! Como muchos sabréis, este archivero, director del AHN al concluir la Guerra Civil, fue instructor de muchos expedientes de depuración del Cuerpo Facultativo. Pero la sorpresa o el guiño subió de punto. Frente al retrato de Gómez del Campillo aparecía en una vitrina un pliego de descargos de... María del Carmen Pescador del Hoyo. No tenía ni idea que esta archivera tan conocida fuese depurada, pero vaya si lo fue. Haciendo ahora una búsqueda en el BOE, en el de 24-V-1941 se le impone:

-Prohibición de solicitar cargos vacantes durante cinco años.
-Postergación durante cinco años.

-Inhabilitación para el desempeño de puestos de mando o de confianza y especial prohibición de servir en bibliotecas donde pueda tener comunicación con el público juvenil.

En consecuencia, se dispone su traslado desde la Biblioteca Pública de Zamora al Archivo Provincial de Hacienda en la misma ciudad. Debió recurrir, pero en el BOE de 7 de abril de 1942 se hace firme la sanción. El guiño seguía dando vueltas. Como muchos recordarán, esta autora en un artículo, tal vez La documentación de la Administración Central y sus vicisitudes, critica con dureza el edificio que ocupa el AHN y a quien impulsó su construcción. Por esas fechas ejercía la dirección del centro Gómez del Campillo, y tal vez este tuviese algo o mucho que ver con esas obras.

Y sigo con el juego que dan las piezas alusivas a Gómez del Campillo y Pescador del Hoyo, Si el primero fue instructor del expediente de depuración de la segunda, o actuó en la revisión del mismo, no es de extrañar que ésta se despachase a gusto, entre líneas, contra alguien que le había fastidiado la vida. En fin, un guiño realizado con elegancia y sin estridencias, que ya se pelearon ellos y bastante mal lo debieron pasar (a Gómez del Campillo creo que estuvieron a punto de fusilarlo), como para que ahora nosotros tengamos que repetir o interiorizar sus experiencias.

Con vuestro permiso, me voy a cenar el catálogo, que está bien de precio (30 €) y se imprimió para ser leído.

PD: Hace no muchos días mi otro yo se pasó por el AHN. El trato fue exquisito. Iba junto a un amigo, para más señas arquitecto, que con indisimulado hastío me suele acompañar en excursiones varias por archivos, aunque no entre -yo también transijo y acudo a museos y exposiciones de pintura que con demasiada frecuencia no me dicen absolutamente nada. Esta vez entró, aunque salió pronto. Le pregunté al irnos qué impresión había sacado del edificio, y me dijo que era cutre-cutre, que no se esperaba algo así, y tampoco se correspondía con el nombre que lleva la institución; vamos, que a nadie se le escapa que al AHN le hace falta un nuevo edificio...

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