ASESINATOS JUNTO AL SANTIAGO BERNABEU
En el año 1946 se estaba construyendo el estadio Santiago Bernabeu. El 31 de agosto dos trabajadores de la empresa que llevaba adelante las obras transportaban en un coche los jornales con los que pagar a los obreros. Les dio el alto un comando de atracadores comunistas. Como no se detuvieron, los peones de Stalin hicieron fuego contra el vehículo resultando muertos Manuel Catalán Marco y Julián Muguerza. A pesar de las dificultades que ofrecía la falta de testigos, la Brigada de Investigación Criminal supuso que los asesinatos habían sido perpetrados por el Partido Comunista de España que realizaba atracos para obtener recursos económicos. Se realizaron varias detenciones relacionadas con el comunismo. Interrogados con paciencia resultó que cuatro de ellos habían hecho la información previa al atraco para conocer cómo se realizaba el transporte de fondos con los que pagar a los obreros. Tirando del hilo se vino en conocimiento de que el golpe se había preparado por cabecilla comunista José Antonio Llerandi Segura @ el Julián. Tras diversas peripecias se le detuvo y acabó confesando que el autodenominado jefe militar del intitulado Ejército Nacional Guerrillero era José Isasa Olaizola, proporcionando su domicilio. Detenido este último fueron ambos junto con otros sometidos a un consejo de guerra en el que se les exigieron las correspondientes responsabilidades por los asesinatos de los pagadores. El tribunal los condenó a sufrir la pena de muerte siendo pasados por las armas el 14 de enero de 1947.
LA DISCULPA PERFECTA
En el año 1946 se estaba construyendo el estadio Santiago Bernabeu. El 31 de agosto dos trabajadores de la empresa que llevaba adelante las obras transportaban en un coche los jornales con los que pagar a los obreros. Les dio el alto un comando de atracadores comunistas. Como no se detuvieron, los peones de Stalin hicieron fuego contra el vehículo resultando muertos Manuel Catalán Marco y Julián Muguerza. A pesar de las dificultades que ofrecía la falta de testigos, la Brigada de Investigación Criminal supuso que los asesinatos habían sido perpetrados por el Partido Comunista de España que realizaba atracos para obtener recursos económicos. Se realizaron varias detenciones relacionadas con el comunismo. Interrogados con paciencia resultó que cuatro de ellos habían hecho la información previa al atraco para conocer cómo se realizaba el transporte de fondos con los que pagar a los obreros. Tirando del hilo se vino en conocimiento de que el golpe se había preparado por cabecilla comunista José Antonio Llerandi Segura @ el Julián. Tras diversas peripecias se le detuvo y acabó confesando que el autodenominado jefe militar del intitulado Ejército Nacional Guerrillero era José Isasa Olaizola, proporcionando su domicilio. Detenido este último fueron ambos junto con otros sometidos a un consejo de guerra en el que se les exigieron las correspondientes responsabilidades por los asesinatos de los pagadores. El tribunal los condenó a sufrir la pena de muerte siendo pasados por las armas el 14 de enero de 1947.
LA DISCULPA PERFECTA
Con motivo de la ejecución de estos iluminados sus camaradas gallegos encontraron una disculpa para darse tormento y seguir con la campaña de asesinatos, que era lo que perseguían para generar caos, terror, odio, etc. Antonio Seonae Sánchez @ el Julián, publicó un comunicado con el tono altisonante y de darse la importancia habitual en los comunistas --tan ridículo que lo firma "en mi puesto de mando", que era una buhardilla de una casa de galerías en la calle Real--, en el que como jefe de las partidas violentas de los comunistas gallegos exigía a cada comando que antes del 14 de febrero matase a "cuatro asesinos franquistas" (El Guerrillero, 2, 31 de enero de 1947. Un ejemplar en la causa 370/1948 contra Antonio Seoane Sánchez y otros del Tribunal Militar Territorial IV, depositada en el Archivo Intermedio Militar Noroeste de Ferrol).
ASESINATO EN LA TABERNA DE PACO QUIROGA
En el año 1947 era alcalde de Oleiros Francisco Quiroga Fontenla, que vivía en esa casa de la imagen, --lugar de Campamento, parroquia de San Jorge de Iñás, término municipal de Oleiros-- en la que junto con sus hijos explotaba un bar y taberna o cocina. Sería como la una de la madrugada del 14 de febrero de 1947 cuando salía la gente del establecimiento porque era hora de cerrar. Se encontraban en el interior los hermanos Juan, Manuel y José Quiroga Cornes. En el momento que salía el público Juan Quiroga también salió para evacuar una necesidad. Se encontró en la puerta a dos individuos que se quejaban del frío y hacían ademán de entrar a la vez que indicaban su propósito de tomar unas copas. No les dejó pasar dado que no era hora pero uno de los desconocidos le dio un empujón con un hombro a la vez que sacaban pistolas y decían ¡manos arriba! Le preguntaron cómo se llamaba respondiendo que Antonio Casal. A continuación se encararon a Manuel y José Quiroga. El primero dio su nombre auténtico y el segundo dijo que José Fernández. Preguntaron entonces quien era Francisco Quiroga. En ese momento entraba en el bar por la puerta que comunicaba con la taberna o cocina, Francisco, hermano de los anteriores, de 31 años. Respondió que era él. Los violentos le hicieron fuego y cayó desplomado dadas las gravísimas lesiones que le ocasionaron en un pulmón y en el hígado, mortales de necesidad. Una vez más, cuando se le hizo la autopsia se dio como causa de su fallecimiento "hemorragia interna".
¿SE EQUIVOCARON DE OBJETIVO?
El alcalde de Oleiros había recibido en junio de 1946 una carta con un papel en el que sólo se había escrito ¿Cuándo? Se adjuntaba un casquillo de pistola. Como el anónimo iba dirigido a Francisco Quiroga no se llegó a saber si el destinatario era el padre o el hijo.
Al reivindicar el atentado --cometido por el comando del Moncho, Francisco Rey Balbís, del que era comisario político José María Díaz Pan-- se dice que Francisco Quiroga Cornes "se distinguió por los asesinatos cometidos contra los antifascistas en el año 36" (El Guerrillero, 3, 25 de marzo de 1947. Un ejemplar en la causa 370/1948 contra Antonio Seoane Sánchez y otros del Tribunal Militar Territorial IV, depositada en el Archivo Intermedio Militar Noroeste).
Pulsando la tradición oral de Oleiros en su vertiente izquierdista me dicen que los Quiroga tenían un carácter chulesco al comenzar la guerra civil. Una persona incluso fue a ver al padre de los mozos para que los controlase, porque de no hacerlo le dijo que emplearía métodos expeditivos... Parece que el padre llamó la atención a sus hijos y dejaron de burlarse de este vecino. En la tradición oral recogida no se les achaca ninguna muerte, cosa que parece probable porque si la reivindicación publicada en El Guerrillero respondiese a la verdad podrían hacer una acusación concreta, proporcionando los nombres de esos supuestos antifascistas en cuyo asesinato dicen que se distinguió Francisco Quiroga Cornes. Pero no. Como siempre en la propaganda comunista se quedan en acusaciones genéricas, que no es posible comprobar.
Revisando prensa comunista de la época, el Mundo Obrero. Boletín del Partido Comunista de España en Francia (núm. 54, 20 de febrero de 1947) ofrece la siguiente versión a los pocos días del asesinato:
ASESINATO EN LA TABERNA DE PACO QUIROGA
En el año 1947 era alcalde de Oleiros Francisco Quiroga Fontenla, que vivía en esa casa de la imagen, --lugar de Campamento, parroquia de San Jorge de Iñás, término municipal de Oleiros-- en la que junto con sus hijos explotaba un bar y taberna o cocina. Sería como la una de la madrugada del 14 de febrero de 1947 cuando salía la gente del establecimiento porque era hora de cerrar. Se encontraban en el interior los hermanos Juan, Manuel y José Quiroga Cornes. En el momento que salía el público Juan Quiroga también salió para evacuar una necesidad. Se encontró en la puerta a dos individuos que se quejaban del frío y hacían ademán de entrar a la vez que indicaban su propósito de tomar unas copas. No les dejó pasar dado que no era hora pero uno de los desconocidos le dio un empujón con un hombro a la vez que sacaban pistolas y decían ¡manos arriba! Le preguntaron cómo se llamaba respondiendo que Antonio Casal. A continuación se encararon a Manuel y José Quiroga. El primero dio su nombre auténtico y el segundo dijo que José Fernández. Preguntaron entonces quien era Francisco Quiroga. En ese momento entraba en el bar por la puerta que comunicaba con la taberna o cocina, Francisco, hermano de los anteriores, de 31 años. Respondió que era él. Los violentos le hicieron fuego y cayó desplomado dadas las gravísimas lesiones que le ocasionaron en un pulmón y en el hígado, mortales de necesidad. Una vez más, cuando se le hizo la autopsia se dio como causa de su fallecimiento "hemorragia interna".
¿SE EQUIVOCARON DE OBJETIVO?
El alcalde de Oleiros había recibido en junio de 1946 una carta con un papel en el que sólo se había escrito ¿Cuándo? Se adjuntaba un casquillo de pistola. Como el anónimo iba dirigido a Francisco Quiroga no se llegó a saber si el destinatario era el padre o el hijo.
Al reivindicar el atentado --cometido por el comando del Moncho, Francisco Rey Balbís, del que era comisario político José María Díaz Pan-- se dice que Francisco Quiroga Cornes "se distinguió por los asesinatos cometidos contra los antifascistas en el año 36" (El Guerrillero, 3, 25 de marzo de 1947. Un ejemplar en la causa 370/1948 contra Antonio Seoane Sánchez y otros del Tribunal Militar Territorial IV, depositada en el Archivo Intermedio Militar Noroeste).
Pulsando la tradición oral de Oleiros en su vertiente izquierdista me dicen que los Quiroga tenían un carácter chulesco al comenzar la guerra civil. Una persona incluso fue a ver al padre de los mozos para que los controlase, porque de no hacerlo le dijo que emplearía métodos expeditivos... Parece que el padre llamó la atención a sus hijos y dejaron de burlarse de este vecino. En la tradición oral recogida no se les achaca ninguna muerte, cosa que parece probable porque si la reivindicación publicada en El Guerrillero respondiese a la verdad podrían hacer una acusación concreta, proporcionando los nombres de esos supuestos antifascistas en cuyo asesinato dicen que se distinguió Francisco Quiroga Cornes. Pero no. Como siempre en la propaganda comunista se quedan en acusaciones genéricas, que no es posible comprobar.
Revisando prensa comunista de la época, el Mundo Obrero. Boletín del Partido Comunista de España en Francia (núm. 54, 20 de febrero de 1947) ofrece la siguiente versión a los pocos días del asesinato:
EL ALCALDE FALANGISTA DE OLEIROS AJUSTICIADO
LA CORUÑA.-- Cuando se jactaba ante un grupo de falangistas en un café del pueblo de Iñás, fue muerto a tiros por un destacamento guerrillero, el alcalde falangista de Oleiros Francisco Quiroga Cornes. Este criminal se había destacado en la represión y era responsable personal de la muerte de varios antifascistas.
Más significativo en torno al posible error de objetivo me parece que el semanario España Popular, editado en México, en su número de 28 de febrero de 1947 dé una primera versión de los hechos:
La Coruña.- Momentos antes de terminar el plazo que daba la orden del Ejército de Guerrillero de Galicia, a las dos de la mañana del día 14 de febrero, dos guerrilleros penetraron en el establecimiento que posee el alcalde de Oleiros y dieron muerte a Francisco Quiroga, hijo de dicho alcalde. Los guerrilleros salieron tranquilamente de la casa, uniéndose a otros guerrilleros que les esperaban, y huyeron. La Guardia Civil, que realiza intensas pesquisas, no ha logrado encontrar a los guerrilleros.
En el número siguiente de España Popular correspondiente al 7 de marzo de 1947, dan otra versión indicando que el fallecido era el alcalde, aunque le atribuyan los apellidos del hijo:
EL ALCALDE FALANGISTA DE OLEIROS, AJUSTICIADO
El alcalde de Oleiros (Coruña), llamado Francisco Quiroga Cornes, que se había destacado en la represión y que era responsable personal de la muerte de varios antifranquistas, ha sido muerto a tiros por un grupo de guerrilleros en un café del pueblo de Iñás.
Hasta aquí podemos llegar con las fuentes disponibles, llamando la atención sobre la posibilidad de que se hubiesen equivocado de objetivo y que buscasen al alcalde de Oleiros, que por el cargo que ostentaba sería una víctima de bastante más relevancia que su hijo y con mayor efecto propagandístico.