lunes, 13 de julio de 2009

Cohecho impropio y archivos públicos


Tenemos estos días muy de actualidad la figura del cohecho impropio, figura introducida en el art. 426 del Código Penal:

La autoridad o funcionario público que admitiere dádiva o regalo que le fueren ofrecidos en consideración a su función o para la consecución de un acto no prohibido legalmente, incurrirá en la pena de multa de tres a seis meses.

Empiezo por creer que en los archivos públicos nadie recibe regalos en forma de trajes de 6.000 €, pero si en todas partes cuecen pan, no será infrecuente que en las salas de consulta, o incluso escaleras abajo, los trabajadores persigan a un ciudadano, que está empeñado en dejar una propina de 10, 20 o 50 €. Me contó un ordenanza, ya fallecido, que hace años algunos investigadores daban una propina a quien le entregaba el legajo. Como en todas partes los hornos tienen usos similares, imagino que hoy resulta inimaginable ¿Y cuando a media tarde, o a media mañana, una vez concluida la consulta, el ciudadano agradecido invita al empleado que lo atendió a tomar una copa? Sí, sí: ¡una copa en horas de trabajo! Porque creo que por tomar un corto o un corto con gas con la tapa no se alcanza ningún estado extraño, pero imagino que una copa en horas de trabajo dará un puntillo y un olor en el aliento... no sé, un poco raritos para trabajar en una oficina pública ¿o no?

Pero... y si vienen con dos tarritos de miel, o un queso, un libro, unos bombones, una participación de lotería de Navidad, una tarta de Santiago, etc. ¿se puede aceptar cualquier presente menor?¿y un jamón? ¿cuál es el límite? Tal vez el límite esté en procurar no aceptar o en decir que no se puede aceptar porque es un delito. Pero... ¿y en el caso de una señora, que trae con toda su ilusión un pastel hecho por ella, aunque quien la atendió considere que no se trabajó ni mejor ni peor que con cualquier otra persona? ¿y el autor, que agradecido -como si al trabajador no le pagasen un sueldo por intentar trabajar del mejor modo- resulta que hasta te menciona y te trae un libro a título personal, dedicado? ¿Qué hacer? Sigo creyendo que, con matices, en un archivo público no se debe aceptar nada, porque al aceptar el trabajador puede dar un trato más ventajoso al que regala, aunque sea de forma inconsciente; y puede ocurrir también que, a partir de ese momento, el señor que hace el presente se crea con más derechos que los demás.



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