martes, 1 de septiembre de 2009

Ordeno, mando, dispongo...


...no porque lleve razón, sino porque yo lo digo, porque yo lo valgo y porque no me sale de los ísimos darte/daros la razón, aunque resulte evidente que la tienes/tenéis, como lo demuestra el hecho de tener que acudir, no a un argumento lógico, sino a una falacia retórica como es el argumentum ad verecundiam.

Esto mismo, estoy persuadido, es lo que piensan en determinada plaza regia sobre un atavismo evidente que una cabecita feliz puso de manifiesto este verano y citó hace pocos días el P. Karras, cita que además de ser de una lógica aplastante, afecta a cualquier usuario de archivos. Y todo apunta a que siguen erre que erre, que le vamos a hacer... Cualquiera diría que en el fondo se quiere hacer sentir la bota, ¿porque así se sienten más seguros y reforzados? No lo entiendo ¿o sí? ¿Al enemigo ni agua, verdad? :-)

Estaba yo, tan ricamente, oye, leyendo El Pauperismo (1897), de Concepción Arenal, no porque acostumbre a este tipo de lecturas, sino porque debía comprobar unas citas y demás que no te voy a contar, y me encuentro con un parrafito que me permito señalar en negrita y me sugirió en lectura paralela, tanto el título, como las primeras líneas de esta anotación. Es este:

"El lujo que insulta, la dureza que irrita, la corrupción que seduce, el cálculo que explota, encienden cóleras, impulsan crueldades, sobornan conciencias y determinan situaciones en que el menesteroso puede ser una fiera que ha roto la jaula, o un instrumento vil: se humilla abatido, se somete cobarde, se rebela iracundo, se vende infame, cuando hay quien lo aguijonea, le oprime o lo compra".

Pues eso. Que no me gusta la bota que pisa, sea por llamar la atención, sea por hacer la puestita en escena, sea por darse importancia, o incluso por creer que así se va a ser más respetado o quien sabe si temido. Tururú... Que no, hombre, que no. Que uno cree en la fuerza de la razón y no en la razón de la fuerza. Dicho de otro modo, para mí, nada permanente se construye contra la razón, como no sea lo irracional, y como no me va lo irracional porque dicho en pocas palabras, me parece un timo, procuro que ni me afecte a mí, ni por solidaridad, a lo demás, y también procuro ponerlo en evidencia para sacarnos de encima ese aguijón (preconstitucional), que le vamos a hacer.



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