lunes, 20 de diciembre de 2010

Los coruñeses dan la espalda a la memoria histórica


No os oculto que me produce una cierta satisfacción ver que la gente no se deja engañar. Esta tarde acudí a la inauguración de un monumento dedicado a unos 600 individuos que fueron pasados por las armas, con o sin formación de causa (paseados), entre 1936 y 1939. Eran vecinos de Umbilucus mundi y nueve ayuntamientos más de su provincia. Como los medios de comunicación, en especial los que hacen bucle a las campañas melodramáticas del PSOE, suelen indicar que cualquiera de estos actos fue un éxito, que acudió una barbaridad de público; o ilustran las noticias con imágenes en primer plano, que no dejan ver en realidad la gente que había, acudí yo y os dejo esta foto. Como veis, son... poned vosotros el número. Se invitó, como mínimo a unas 60 personas, cada una de las cuales leía los nombres de diez fallecidos. Si 60 eran de la organización ¿cuántos formaban el público que acudió espontáneamente al acto? ¿50 personas? ¿100? Si había 600 nombres, lo suyo sería que acudiese al menos un descendiente por cada uno de ellos, y es evidente que en ese acto no había 600 personas ni de lejos ¿200? Todo lo cual nos lleva a considerar, una vez más, que la gente no es tonta como tal vez piensen los gurús que se dedican a hacer AgitProp con estos temas de la memoria histórica ¿Que se cometieron excesos? Sin duda, pero creo que todo el mundo sabe que en ambos bandos cocían pan.

Por otra parte, existe una falta de rigor ¿notable? en la lista que aparece inscrita en el monumento, que se dice está "certificada" (sic) por no sé qué proyecto pomposamente denominado interuniversitario (mal asunto cuando se esgrime el argumento de autoridad, ¿o no?) para mayor vergüenza de las universidades y departamentos que se prestan a hacerle la ola al PSOE. El monumento iba a ser en un principio dedicado a los vecinos de Umbilicus mundi que fueron muertos por los nacionales. Como estos eran 233, supongo que les parecería poco efectista el número, e incluyeron los muertos de diez ayuntamientos de la provincia (dicen que próximos, y yo diría que más y menos próximos, como Betanzos) y así llegaron a los casi 600 nombres. Para eso, tuvieron que incluir a todos los vecinos, represaliados por el bando nacional durante la guerra, incluso los que estaban fuera de Galicia, por ejemplo los que cumplían condenas en establecimientos penitenciarios y fallecieron, etc. Digo que hay falta de rigor en la investigación -es mi humildísima opinión- porque no se hizo una investigación caso por caso, de la que se pudiese concluir de forma indubitada que los fallecidos fueron en realidad fusilados, con o sin formación de causa, pero fusilados, o que los ahogaron, y no se ahogaron, etc. Los investigadores que proporcionaron y certificaron la lista de casi 600 muertos, en líneas generales se limitaron a vaciar los libros de defunciones de los registros civiles. Cuando les aparecía alguien muerto por hemorragia interna, zaca, lo incluían sin más comprobación ni complicación en la dichosa lista certificada, como si la gente no se muriese de hemorragia interna por otros motivos distintos a esto de que les pegasen un tiro. Por ejemplo, en la relación de fusilados que aparecen esculpidos en el monumento se encuentra el nombre de Manuel Arcas Varela, que ciertamente falleció de hemorragia interna, pero porque se cayó de un pino (pp. 1221-1222). De hecho, sé yo de muy buena tinta que la familia de esta persona, que ignoraba el hecho de que su pariente estuviese incluido entre las víctimas de la guerra, se echó las manos a la cabeza porque saben que estaba subido a un pino cogiendo piñas y se cayó de él.

En este mismo sentido, es discutible (por no decir otra cosa), que se incluyan otros nombres, como los de los hermanos de la Lejía; o el de Arturo Meirás, que si bien no se pudo procesar (estuvo detenido), de acuerdo con la declaración del único que al final fue condenado, formó parte del comando que intentó asesinar al presidente de la patronal de la construcción, pegándole un tiro en febrero de 1934 en plena calle. Por no recordar el caso del "teniente" del Ejército Popular Republicano Luis Ardao, que teniendo antecedentes penales (robó vacas y luego las vendió en una feria, o se hacía pasar por perito agrimensor, estafando a los campesinos), durante la Revolución de octubre de 1934 atracó una tienda en Vilarrodís (Arteixo), asesinando a tiros a la tendera de treinta y tantos años, y a su hija de 12, hecho por el que fue condenado por la justicia republicana, amnistiado, y una vez comenzada la guerra, tras un curso de un mes en Asturias, salió con el grado de teniente... Una vez que los nacionales lo detienen, es sometido a consejo de guerra y pasado por las armas, que puede ser un exceso para la mentalidad de nuestros días, pero entiendo que también lo es dedicarle un monumento ¿O no? Ya nos iremos ocupando del tema, que si ellos dan nombres, me temo que más de uno, de dos y de muchos, tendremos que darlos para proporcionar datos, y que la gente decida si se sostiene con ellos el discurso victimista, demonizador de una parte de nuestra historia, maniqueo, etc. Poco a poco.





No hay comentarios: