jueves, 16 de diciembre de 2010

Los mítines: en Sada el orador sale protegido por la Guardia Civil


Comienzo una serie dedicada a los mítines, que tengo la sensación de que no se conoce o valora como debiera la violencia de aquella sociedad y su escaso (esto por ser fino y educado) espíritu democrático, contra lo que se viene repitiendo, que si los perdedores luchaban por la libertad y la democracia: tururú.

Me gustaría también destacar un denominador común a estos mítines republicanos. Cuando el mitin es de izquierdas, si se suspende o revienta, es porque lo revientan las propias izquierdas, o porque los disturbios o tono encendido del orador, hacen que el delegado gubernativo lo suspenda. Quiero decir con lo anterior que no me he encontrado un solo caso en Umbilicus mundi o su entorno en el que los muchachos de Falange o los de la JAP fuesen a reventar mítines de izquierdas. Pero cuando el mitin es de derechas, van izquierdistas a reventarlos, y si no se cuenta con una protección adecuada, las izquierdas consiguen su objetivo -como en el caso que veremos- de reventar o provocar disturbios con los que hacer ver su superioridad en la lucha por la calle.

Campaña electoral para las elecciones de febrero de 1936. Se lee en Heraldo de Madrid correspondiente a 24 de enero de 1936:

EN SADA (CORUÑA) LA CEDA SALE PROTEGIDA POR LA GUARDIA CIVIL

Nuestro corresponsal en Sada (Coruña) nos comunica interesantes noticias en relación con el mitin recientemente celebrado en aquel pueblo en el Salón Moderno y que había sido organizado por la CEDA.

Concurrieron al acto más de doscientas personas.


Al llegar el ex diputado Sr. Gil Brandón, rodeado por una docena de jóvenes de la J. A. P., fue acogido burlonamente con unas trompetitas estridentes y vivas entusiastas a la República del 14 de abril, a Azaña, a Largo Caballero y al partido socialista.


Al empezar el acto hubo vivas y mueras a Gil Robles y fueron expulsadas del salón unas 25 personas.

Desde este momento los oradores fueron continuamente interrumpidos por el público. El ex diputado Sr. Gil Brandón perdió el hilo del discurso. Y a los veinte minutos hubo necesidad de suspender el acto.


Los oradores y sus acompañantes salieron del pueblo protegidos por la Guardia Civil. La indignación es grande, pues Sada es eminentemente izquierdista y la organización del mitin fracasado constituía una provocación intolerable. El pueblo espera con los brazos abiertos a los hombres de izquierda.

Me he permitido señalar en rojo los aspectos más democráticos del suelto. Para conocer el estado social de esta población durante la II República, aquí. En cuestión de mítines, ya iremos viendo que siempre empezaban las izquierdas realizando actos violentos; los de derechas se cansaban y ejercían también violencia; finalmente los represaliados o sus defensores, enarbolan el discurso victimista porque los trataron fatal, que si los represores eran muy malos-muy malos, y que fueron objeto de represión unos perfectos ciudadanos, respetuosos de la ley, y sobre todo, demócratas: tururú también ¿Quién empezó con los episodios de violencia?




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