jueves, 12 de abril de 2012

Herido en Arteixo


El domingo 16 de febrero de 1936 se celebraron las famosas elecciones a diputados. En un colegio electoral de Freán, parroquia de San Esteban de Morás, término municipal de Arteixo, surgió un incidente del que se ha ocupado por extenso el P. Blanco Rey (p. 496 y ss.). Con motivo de la protesta de un chico que por su edad no podía figurar en el censo electoral, entraron en el colegio atestado de público, dos izquierdistas, uno de ellos, Jesús Mañana, al parecer esgrimiendo una pistola en una mano y una navaja en la otra. Parece también que su hermano Ramón se subió a un banco y enarboló un palo; todo ello ayudado de la ligereza que proporcionaba el consumo de aguardiente en el colegio electoral, dio pie a que se iniciase un tiroteo en el que fue herido con cinco proyectiles, Jesús Mañana, resultando muerto su hermano Ramón.

Cuando Jesús salió del hospital, el 29 de febrero de 1936, fue a la taberna de Manuel Pombo Capelán, en Uxes, lugar en el que como se ve sigue habiendo taberna con su estanco separado. Allí coincidió con el convecino José Rodríguez Lodeiro. Serían como las diez de la noche cuando entró Jesús acompañado de otra persona. Esta dijo que había que nombrar un concejal para arreglar la carretera, a lo que Jesús repuso que tenía que ser republicano y que "había que quemar a los fascistas" pues uno de estos había matado a su hermano. Intervino entonces José Rodríguez Lodeiro para decir que su tío --procesado pero no condenado-- no había sido, a lo que Jesús replicó que no le dijese eso porque le ponía mala sangre; y como siguieron, uno afirmando que era el tío, y el otro negándolo, se enzarzaron. Cuando se separaron José se encontró herido teniendo que ser trasladado a La Coruña por haber recibido una puñalada en la región hepática.

La causa no llegó a condenar a Jesús Mañana porque apareció muerto en el lugar de la Choupana, parroquia de Pastoriza, en el mismo término municipal de Arteixo, el 18 de septiembre de 1936, lo que motiva el archivo de las actuaciones. Estoy convencido de que fue considerado un elemento de acción, con antecedentes violentos; en definitiva, que de acuerdo con los criterios que empleaban lo consideraron peligrosísimo para el mantenimiento del orden público, y se lo cargaron. En mi opinión, en Arteixo, como en ¿todos? los municipios debió funcionar algo así como una junta de orden público, de la que formaban parte las fuerzas vivas de la población, sea por su posición económica, política o por ocupar cargos relevantes. Allí se decidía quienes eran las personas consideradas más peligrosas en la población, las que podrían tomar armas, o las que habían detenido tras la proclamación del estado de guerra con armas que presentasen señales de haber sido disparadas recientemente; los dirigentes que por su carácter podrían organizar huelgas, colocar bombas, producir boicots, etc. Los seleccionados ya se sabe que eran fusilados sin formación de causa. El método con nuestra mentalidad repugna, pero insisto en que aquella sociedad no es esta, que en algo habremos evolucionado, y que en el otro bando se aplicó un criterio similar, por ejemplo a la hora de seleccionar a los que integraban las famosas expediciones de las cárceles de Madrid que acababan en Paracuellos y otros lugares. Hace tiempo fui a la parroquia de San Félix de Suevos a preguntar en donde estaba el lugar da Rega. Me encontré con tres paisanos muy simpáticos sentados en el muro de mampostería de una finca, echando una parrafada. Como buenos gallegos se interesaron por los motivos de mis preguntas. Les conté. Me preguntaron si era descendiente de los que habían fusilado en A Rega. Contesté que no, y con una sonrisa, uno de ellos subió el tono de voz para decir que ¡ANTES ERA ASIIIIIIIÍ! y se echó a reír y con él todos. Era una forma de decir, mira que eran bestias, siendo conscientes a la vez que los otros no eran mejores.




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