martes, 18 de octubre de 2011

¿Interventores de derechas con guardaespaldas?


En la anotación anterior vimos que Alcacio o Arcacio Rodríguez abandonó la ciudad en vista de los métodos violentos y corajudos que empleaban con él los sindicalistas apoyados por el gobierno del Frente Popular.

Este obrero es protagonista de otro episodio en el que sólo apunto la posibilidad de que los interventores de la Unión Regional de Derechas se viesen obligados a acudir a los colegios electorales protegidos con guardaespaldas.

Poco antes de las diez de la noche del lunes 17 de febrero de 1936, unos guardias de Seguridad presentan en Comisaría a Arcacio Rodríguez, súbdito portugués de 24 años que se encontraba embriagado y promovía un fuerte escándalo en la entonces calle de Castelar, antes y hoy, rúa Nueva. Le ocupan un poder electoral por el que el candidato de la Unión Regional de Derechas, Manuel Ponte López, nombraba apoderado a un tal Rafael Araújo Bentureira. Parece ser que uno de los obreros que trabajaban en las obras de los fuertes militares de Punta Herminia, Lázaro Landeta, dijo a Arcacio que si quería trabajar en las elecciones del 16 de febrero para las Derechas fuese a su local. Allí le pagarían por su trabajo 40 pts. Esta cantidad podía ser el jornal de una semana para un obrero de la época. Se presentó en el local y le dieron un poder a nombre del tal Rafael Araújo. El domingo 16 de febrero de 1936 salió de la sede con otra persona que no conocemos y se fueron al colegio electoral del entonces único instituto de segunda enseñanza, en donde estuvieron hasta la tarde. De regreso al local de las Derechas, le entregaron las 40 pts. prometidas. No sólo eso, sino que de forma llamativa si antes del 16 de febrero Arcacio trabajaba en las obras de construcción del ferrocarril Coruña-Zamora, tras las elecciones pasa a trabajar en las obras de los fuertes militares en compañía del antedicho Lázaro Landeta.

Alcacio o Arcacio Rodríguez era analfabeto, un obrero manual que podría usar sus puños llegado el caso de tener que defender a quien acompañaba, parece que algún apoderado de la Unión Regional de Derechas, organización formada por comerciantes, miembros de profesiones liberales, burgueses con estudios, etcétera, que para defenderse podrían manejar pistolas, pero no muy bien sus puños en caso de ser coaccionados o violentados de algún modo. Es sólo una posibilidad la que planteo, que diesen a Arcacio ese poder para con él y usando el nombre de Rafael Araújo, estar en el colegio electoral y en su caso defender al apoderado de las Derechas al que acompañaba. La investigación judicial no concluye con la perfección necesaria porque el supuesto delito de uso de nombre supuesto de que se acusaba a Arcacio Rodríguez, por su matiz político, estaba comprendido en el decreto de Amnistía de 21 de febrero de 1936 y nos quedamos sin saber con mayor seguridad para qué se le dio el poder a nombre de otra persona. Os dejo mis notas.


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