lunes, 5 de marzo de 2012

Atraco a Anselmo Cea: '¡papel, más papel!'


Sin salir de marzo del 36 sigo con otro episodio en el que intervienen pistoleros. Este atraco figura en la Relación de hechos... (pp. 13-17) que entregó Calvo Sotelo en el Congreso, aunque aparece entre los ocurridos el día 18 de marzo de 1936. En realidad sucedió sobre las ocho de la tarde del lunes 16 de marzo de 1936.

Anselmo Cea, como me decía hace poco la viuda de un exportador de pescado, "estaba bien". No se refería a su físico sino que se encontraba en una posición económica desahogada. Era propietario de una fábrica de salazón, se dedicaba a la exportación de pescado y era por aquellas fechas un pequeño armador de buques pesqueros. Vivía en el número 54 de la avenida de Fernández Latorre, que si como creo, conserva la numeración en ese tramo, se corresponde con la casa de la imagen. Ese 16 de marzo llegó a su casa y al entrar en el portal y comenzar a subir las escaleras, dos individuos le dieron el alto y lo encañonaron con sendas pistolas. Uno de los atracadores cubría el rostro con un pañuelo negro y el otro había enterrado la boina casi hasta los ojos. Le indicaron que no se moviese y procedieron a cachearlo, llevándole 1.400 pesetas en billetes de banco más 285 que llevaba sueltas. Al grito de "papel, más papel", parece que hasta llegaron a descalzarlo, y así le encontraron en el chaleco tres cheques: dos contra el Banco Pastor, de 1.395 y 1.151 pesetas, junto con otro contra el Banco de Bilbao por 420 pesetas. Los talones fueron anulados, pero del papel restante no se volvió a saber. No lograron encontrarle 18.000 pesetas que llevaba en un bolsillo interior de la americana, y que era lo que seguramente buscaban los atracadores al ser día de pagos en el muelle, y tal vez estar enterados que el exportador había realizado operaciones y cobros de cierta importancia.

Sobre el hecho se tramitó un sumario que fue sobreseído en la Audiencia al no capturarse a los atracadores.

Se lee en La Voz de Galicia correspondiente al 18 de marzo de 1936 una noticia con varios errores que rectifican al día siguiente:

UN ATRACO

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En las últimas horas de la noche de anteayer y cuando se reintegraba a su domicilio, en la calle de Castiñeiras de Abajo, el armador de vapores pesqueros y dueño de una fábrica de conservas de pescado, don Anselmo Cea García, fué víctima de un atraco.

Al penetrar en el portal de su vivienda el señor Cea, se encontró con un sujeto que por el momento no le infundió sospecha alguna.

Pero, le ocurrió que, ya dentro del portal, el que quedaba en la puerta y otro individuo enmascarado que estaba en las escaleras le encañonaron con pistolas automáticas.

Le obligaron al señor Cea a que les entregase la pistola que llevaba, y conseguido ésto, le exigieron el dinero que tenía consigo.

Y con efecto, les hizo entrega de mil y pico de pesetas; pero como no estuvieran conformes le cachearon, sacándole varios cheques de importantes cantidades.

Dada la precipitación con que actuaron los atracadores no dieron con 8.000 pesetas en billetes que guardaba en un bolsillo oculto de la americana.

Los ladrones se dieron a la fuga.

El perjudicado avisó urgentemente al Banco donde habían de ser cobrados los cheques, para que no se hicieran efectivos. Desistió de dar conocimiento del hechos a las autoridades.

Una versión corregida, también en La Voz de Galicia de 19 de marzo de 1936:

Detalles de un atraco

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Ampliando lo dicho ayer acerca del atraco de que fue víctima el conocido y apreciado exportador de pescados don Anselmo Cea, podemos decir que el inesperado suceso acaeció a las ocho, aproximadamente, de la noche, en el momento en que el señor Cea se disponía a subir la escalera de la casa núm 54 de la calle de Fernández Latorre.

Dos hombres que penetraron detrás le dieron el alto, en la misma escalera, encañonándole con sendas pistolas. Le intimaron a que no se moviese y procedieron a cachearlo.

Uno tenía cubierto el rostro con un pañuelo negro y el otro había enterrado la boina hasta cerca de los ojos.

Se apoderaron de 1.400 pesetas en billetes del Banco y 285 que llevaba sueltas en los bolsillos del pantalón y de la chaqueta. Le desabrocharon el chaleco y examinaron hasta los zapatos sin mayor éxito.

Lo que buscaban era "papel, más papel", según decían, y fué entonces cuando dieron en un bolsillo con dos cheques contra el Banco Pastor de 1.395 pesetas uno y de 1.151 otro, y además un tercero contra el Banco de Bilbao por 420 pesetas. Como no hallaron más, se fueron, caminando de espaldas y sin dejar de encañonar al señor Cea. Ya en la calle, desaparecieron.

El momento del golpe no estaba mal elegido, por que como era día de pago en el puerto pesquero, el señor Cea había realizado operaciones y cobros de cierta importancia.

En un bolsillo interior de la americana llevaba el señor Cea en un envoltorio la cantidad --18.000-- que sin duda buscaban afanosos los ladrones. Pero no dieron con ella, por casualidad favorable para el conocido industrial. No es cierto que éste llevase arma alguna.

Dicho se está que aquellos cheques sustraídos quedaron anulados en los Bancos.




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