sábado, 21 de mayo de 2011

Los de la Lejía: antidisturbios voluntarios


Esta tarde acudí con un cierto recelo a una asamblea de las que celebran ahora los más jóvenes, cabreados como todos pero ellos más por el paro que les afecta. Si tenía un cierto recelo a que todo fuese un montaje de ingeniería social similar a Nunca Mais, similar a las tropecientas mil plataformas, que van de apolíticas aunque al final resulta que las cabezas visibles de las mismas tienen una militancia clara, tengo que decir que en esta asamblea a la que acudí realizada en el Obelisco umbiliqueño, sin estar de acuerdo con todo lo dicho, salí con una impresión muy favorable. Oí cositas que me encantaron, y tuve ocasión de charlar con algún amigo sobre el fondo de la cuestión que entendíamos ambos corrompe nuestra democracia: las listas cerradas, que fortalecen las férreas estructuras orgánicas de los partidos, a las oligarquías políticas, que los hacen funcionar a estilo cuartel. Aquí como tiempos del tío Paco, en un partido político tengo la sensación de que la democracia interna es nula: quien tiene que mandar manda, los que tienen que obedecer obedecen, y el que se mueve no sale en la foto. Hablamos de lo perverso e inconstitucional la disciplina de voto, cuando la Constitución dice que diputados y senadores no pueden tener mandato imperativo, y se les sanciona si no votan con su grupo o se arriesgan a que los expulsen.

Si estos chicos que hablaban con un modesto megáfono me ganaron por algo, fue porque uno de ellos hizo un alegato contra la violencia, que ellos no podían ser violentos, entre los aplausos enfervorizados de los que allí estaban y los gritos de ¡NO A LA VIOLENCIA! ¡NO A LA VIOLENCIA! ¡Magnífico! Precisamente lo que sostengo en este blog, contra las milongas que venden los señores de la memoria histórica, es que la violencia sólo engendra violencia, y que la desatada por aquellas izquierdas alocadas de la II República fue algo así como los polvos que trajeron los lodos posteriores.

Al parecer quieren disolver las asambleas y acampadas de Democracia Real Ya, y me parece un anacronismo. Todos a estas alturas hemos decidido no votar, o como en mi caso, votar a los que considero menos malos. Todo ello me recordó un episodio ocurrido el 23 de enero de 1936 con ocasión de la huelga de estudiantes antimarxistas y monárquicos, de la que ya nos ocupamos, anotación en la que he introducido una corrección. Recordaréis que se detuvo a Emilo Veiras Astray por enarbolar una bandera roja, o según El Ideal Gallego, colocar en la estatua de Eusebio da Guarda una camisa roja. En aquella sociedad, en aquel contexto me parece comprensible que se le detuviese, pero ahora sería un anacronismo ¿O no?

Lo que no os conté es que mis amigos los de la Lejía, como dice El Ideal Gallego, tuvieron el atrevimiento de ofrecerse al director del Instituto de segunda enseñanza para obligar a los estudiantes a que entrasen en clase. Ellos para variar, de makokis tenían poco... ¿Qué daño van a hacer los de este (glorioso) Movimiento 15-M por mantener sus asambleas y acampadas? ¿Pero es que no resulta anacrónico aquello que figuraba en los bandos de la II República cuando se declaraba un estado de Alarma, prohibiendo los grupos de personas en la vía pública? ¿Van a tener que sellar también en la Subdelegación del Gobierno sus hojas de propaganda antes de repartirlas como en los tiempos de aquella república? Un poquito de seriedad y de porfavor...

Os dejo con la noticia publicada en El Ideal Gallego de 24 de enero de 1936:

EN LA CORUÑA

Ayer por la mañana la mayor parte de los estudiantes del Instituto y gran parte de los de la Escuela de Comercio y Normal no entraron en clase. No hubo incidentes dignos de mención.

A media mañana se presentaron en las inmediaciones del Instituto unos cuantos elementos extraños entre los cuales figuraban unos conocidos por "los de la lejía" que tuvieron el atrevimiento de ofrecerse al director del Instituto para obligar a entrar en clase a los muchachos. Tal ofrecimiento fue rechazado de plano.

Poco después se destacó del grupo un muchacho de 14 años llamado Emilio Veiras Astray que colocó una camisa roja en la estatua de Da Guarda. Fue detenido por la policía. Se comprobó que es aprendiz de mecánico y que nada tenía que ver con los estudiantes.

Entre tanto una comisión se había destacado al Gobierno civil con objeto de que les sellasen unas hojas de propaganda exactamente iguales al manifiesto publicado ayer en nuestras columnas. Se negaron a ello. Iban con todos los requisitos legales. Se comisionó a otra persona y entonces el Gobernador pidió se las dejasen para consultar con Madrid.

A primera hora de la tarde y antes de que se recibiese contestación del Gobernador se presentaron en nuestra imprenta de orden del Fiscal a retirar los ejemplares, avisando a la Directiva de los estudiantes Católicos para que compareciesen en Comisaría donde les tomaron la filiación pasando luego al Juzgado.

Para estos hechos se habían utilizado las hojas que habían quedado en el Gobierno civil y que aún no habían sido selladas por la primera autoridad de la provincia en el orden civil.

He aquí lo sucedido ayer. Hoy parece ser que los estudiantes insisten en la huelga.

Por cierto que nos ha visitado una comisión para decirnos que eluden toda responsabilidad si hoy como ayer vuelven a tolerarse que elementos extraños comparezcan por las inmediaciones del Instituto tratando de mezclarse con los estudiantes y de intervenir la vida estudiantil desviando una reclamación que estiman justa.
Enlace
Al hilo de lo anterior, la causa abierta sobre injurias a las autoridades contra los estudiantes católicos por la publicación de esas hojas, fue sobreseída.



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