domingo, 28 de junio de 2009

Escándalo de los mss. vincianos: la opinión de Martín Abad


La web del Instituto de Ingeniería de España recoge el vídeo sobre la Jornada Internacional "Leonardo da Vinci el ingeniero y su contexto". Podéis ver la intervención de jefe de Manuscritos de la BN, J. Martín Abad, que tiene interés y desmiente, entre otras cosas, que Piccus entrase solo en los depósitos de la BN, ya que según Martín Abad, lo hacía en compañía de López de Toro de acuerdo con un documento escrito por Piccus que consultó -lo que no queda claro es si Piccus manifestó que entraba con López de Toro en los depósitos para no comprometerlo, o realmente entraba solo como dice su viuda; como también consta a Martín Abad que las copias en microfilm de los documentos fueron realizadas por la propia institución, contra lo dicho por el microfilmador en la prensa de la época, o mejor, lo que decía Miguel Bordonau y Mas, que nos trasladaría la opinión del microfilmador según el cual "no recordaba" haber procesado estos documentos.

La versión de este bibliotecario se resume en que difícilmente se conocerá lo sucedido, y que el caos es fruto de un deseo incontenible de usurpación de la fama de Leonardo.

Llama también la atención que el mismo Martín Abad en un momento deternimado señala que pierde su "respeto" en López de Toro y sugiere una cierta "compliciad" entre Piccus y el subdirector de la BN, que se jubila de forma anticipada el 31 de marzo de 1967 e incluso intentó ingresar en una cartuja catalana. El director de la Biblioteca Nacional, Miguel Bordonau y Mas, que por lo que leí, nada tiene que ver con el asunto como no sea la responsabilidad de dirigir la institución, cesa el 4 de abril de 1967.

Sin menoscabo de la opinión de Martín Abad, que tiene interés, echo de menos la tradición oral, y me resulta llamativo que ignore la versión que proporcionó la viuda de Piccus y se publicó en El Mundo. En un caso como este, creo que uno no puede guiarse sólo por los documentos oficiales, sino que se debe ir más allá, y a veces la tradición oral da pistas suficientes para revelar lo que la burocracia o la versión oficial y el corporativismo ocultaron. Aunque hayan muerto Piccus -conocemos la versión de su viuda- Bordonau, Sánchez Belda, López de Toro y demás, es de suponer que tendrán familia y compañeros a los que se podría preguntar. Está afortunadamente vivo M. Carrión Gútiez y otros trabajadores de la BN que en mi opinión tuvieron que conocer directa o indirectamente alguna versión de lo sucedido, y tengo la sensación de que no se quiere contar con todas las fuentes de información posibles y que tal vez, sólo tal vez, al menos a juzgar por lo que escribe Carrión en un artículo que cita Martín Abad en el Enredijo de mil y un diablos, del que nos ocupamos, que no se quiere contar todo lo que se sabe.

Para mí sigue siendo posible que Piccus hubiese identificado, que no descubierto los manuscritos. El hecho de que Martín Abad señale que localizó un documento en el que Piccus desmiente haber bajado al depósito solo, no contradice la versión de su viuda, que relató cómo su marido bajaba al depósito solo, pero para no comprometer a López de Toro, declaró haber descubierto los documentos en su mesa tras haberselos servido al proporcionar una signatura equivocada. En archivos con fondos desorganizados, o que contaban con unos instrumentos descripción manifiestamente mejorables, el permitir que un investigador bajase al depósito era la solución que se adoptaba cuando se le conocía. Todavía a mediados de los 80, sé que un director de archivo se puso ante la puerta del depósito para decir a un investigador de los de toda la vida, que no podía acceder al depósito personalmente, que al depósito sólo entraban los trabajadores del archivo, y por cierto que lo aceptó muy bien. Por otra parte, si Piccus no hubiese identificado los manuscritos y no tuviese nada que ver en el asunto, ¿qué sentido tiene el primer contrato? ¿Lo forzó López de Toro para beneficiar a Piccus por motivos que se escapan? Una vez que cesa Bordonau y se jubila López de Toro, ¿cómo se justifica la presencia de Piccus en la novación del contrato, si no es porque algún reconocimiento se le estaba tributando?



1 comentario:

Esther Burgos Bordonau dijo...

Hola. Por primera vez leo esta entrada con información sobre la polémica de los códices de Leonardo. Como bien dices en tu escrito, habría que consultar a familiares, amigos o conocidos de los protagonistas de aquel suceso qué fue lo que realmente pasó. Aunque a lo largo de los años he intentado averiguar exactamente qué ocurrió, sí puedo afirmar (y soy nieta del ex Director Miguel Bordonau) que él fue un mero chivo expiatorio de todo este escándalo que, como bien señalas, le costó el puesto. A poco que preguntes entre personas que le conocieron te darán cuenta de su valía personal y profesional.
Esther Burgos Bordonau