Yo no sé hasta que punto hago bien entrando en el juego que plantea el P$O€ sobre la media memoria, organillos, paniaguados y comunity managers a su servicio incluidos. Por otra parte, esto de que una mentira repetida muchas veces acaba convirtiéndose en verdad, tiene un ejemplo de lo contrario en la indiferencia de la ciudadanía hacia las políticas de memoria histórica. Hablando de ejemplos de indiferencia, uno reciente lo podemos encontrar en la "multitudinaria" asistencia a la colocación de la placa, hoy escognada, que me da pie para hacer esta anotación.
Hace cosa de dos años, los de la media memoria se imbuyeron de espíritu coreano dedicándose a la acción directa y así decapitaron monumentos o arrancaron placas de calles, como se puede ver en las imágenes que acompañan a esta noticia.
Como entiendo que retirar las placas de caídos por Dios y por España y a la vez poner otras dedicadas a los perdedores no tiene un pase, imagino que algún vecino de O Vicedo (Lugo), cabreado por la arbitrariedad, decidió pagarles con la misma moneda. Tentado estuve yo de tirar algún que otro tomate a las placas de la calle que homenajea a los hermanos de la Lejía, pero entre que eso no va conmigo y creo que lo que publico está al alcance de cualquiera en la red y sirve más a la verdad que esto de saltarse la ley rompiendo placas poniéndome a la altura de los de la media memoria, prefiero darle a la tecla. Porque romper la placa que ilustra este comentario es lo que se ha hecho en O Vicedo a los pocos días de haberse colocado.
Y una cosita más... En el texto del azulejo cualquiera diría que, una vez más, se quiere trasladar la idea de que los perdedores luchaban por la libertad y la democracia, a ver si una mentira repetida como un mantra acaba convirtiéndose en verdad. Parece que alguno no tragó con el camelo. Es lo que tiene promulgar leyes inspiradas en la del embudo y hacerlas de arriba abajo, de espaldas a la sociedad, mediante campañas mediáticas y subvenciones; campañas que por lo que se ve en la imagen, para algunos no cuelan.
Hace cosa de dos años, los de la media memoria se imbuyeron de espíritu coreano dedicándose a la acción directa y así decapitaron monumentos o arrancaron placas de calles, como se puede ver en las imágenes que acompañan a esta noticia.
Como entiendo que retirar las placas de caídos por Dios y por España y a la vez poner otras dedicadas a los perdedores no tiene un pase, imagino que algún vecino de O Vicedo (Lugo), cabreado por la arbitrariedad, decidió pagarles con la misma moneda. Tentado estuve yo de tirar algún que otro tomate a las placas de la calle que homenajea a los hermanos de la Lejía, pero entre que eso no va conmigo y creo que lo que publico está al alcance de cualquiera en la red y sirve más a la verdad que esto de saltarse la ley rompiendo placas poniéndome a la altura de los de la media memoria, prefiero darle a la tecla. Porque romper la placa que ilustra este comentario es lo que se ha hecho en O Vicedo a los pocos días de haberse colocado.
Y una cosita más... En el texto del azulejo cualquiera diría que, una vez más, se quiere trasladar la idea de que los perdedores luchaban por la libertad y la democracia, a ver si una mentira repetida como un mantra acaba convirtiéndose en verdad. Parece que alguno no tragó con el camelo. Es lo que tiene promulgar leyes inspiradas en la del embudo y hacerlas de arriba abajo, de espaldas a la sociedad, mediante campañas mediáticas y subvenciones; campañas que por lo que se ve en la imagen, para algunos no cuelan.
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