sábado, 18 de septiembre de 2010

Me han metido en la lista negra


Hace meses un amigo de provecta edad, vecino que fue del Sar en Santiago de Compostela, me comentó que a su familia la habían metido en la lista negra porque su padre trabajaba en un banco y su madre iba a misa. Le pregunté que cómo lo sabía, y me dijo que siempre había alguien que te lo decía: oye, que os han metido en la lista negra por esto o lo otro. Además, a partir del ese momento notaron el rechazo de algunos de los vecinos.

Como de esto de las listas negras los de la media memoria no dicen ni mu y estoy convencido que le preguntas a un muchacho de veintitantos años qué es una lista negra y seguro que no tiene ni repajolera, aclaro que las listas negras eran aquellos documentos que contenían nombres de personas a las que habría que eliminar, y se denominaban negras tanto por el fin fúnebre que perseguían, como porque en general los primeros nombres eran de curas.

Un ejemplito. Nos cuenta el general Ángel Ramos en su Diario de un General con respecto a las listas negras de Umbilicus mundi, incautadas al iniciarse la guerra:

En la Casa del Pueblo cogimos las listas negras. En ellas figuraba Galilea, como fascista clerical y fanático. Yo figuraba como fascistoide. El Comandante Barja de Quiroga figuraba como fanático clerical.

La neocasa del pueblo, instalada completamente en la competición por ver quien adula más y mejor a su jefe político (mamporrerismo), o en el miedo y los nervios ante una posible y nada remota posibilidad de pérdida electoral en las municipales, tener que ponerse a trabajar en algo útil, perder el contrato a dedo de estas o aquellas obras, el cargo de fontanero, etcétera, la neocasa del pueblo ha decidido, digo, que soy peligroso por contar estas cositas, aportar pruebas, hacerlo de modo que me entienda cualquiera, y por no dejarme engañar; y me han incluido a mí amenazándome con que sabemos en donde estás. Pos vale. No hace falta alcanzar una cierta brillantez intelectual para saber donde estoy, que ya me encargo yo de dar (auto)pistas para que se sepa en donde estoy. Tendríais que ver la frialdad y distancia del portavoz de los que dictaron sentencia contra mí, que al parecer estaba todo claro. Si la eliminación es física, quiero que sepáis que es por no dejarme engañar y ponerlo de manifiesto dándole a la tecla -aunque sea de forma modestísima en este blog o en foritos- haciendo evidente que no trago con la manipulación ni la impostura a que están tan acostubrados; y sí, es cierto, tanto por la manipulación como por la impostura, los percibo con una cierta repugnancia. Si esa eliminación que han decidido no es física, ya tendré ocasión yo de defenderme, y veremos quien tiene más que perder. Sin que lo anterior suponga una provocación o un reto, sí sólo que no les tengo miedo, acabo con aquello que decíamos en el colegio cuando alguien nos quería avasallar:

Aquí os espero,
comiendo un huevo,
patatas fritas
y un caramelo.



2 comentarios:

Ramiro dijo...

¡Lo leo y no me lo creo!... ¡Si se pusieran así de farrucos con la CEOE!... Pero no, con esos achantan. En fin, que ya sabe que no me convence del todo su enfoque, pero ya sabe, solidaridad, simpatía y adhesión inquebrantable de un (ir)responsable de Agitación y Propaganda sin cargo reconocido ni sueldo. Y mi agradecimiento... que me estoy pasando unas noches fantásticas con los "Callaica nomina".
P.D.: están rabiosos, hombre, por lo del 29-S. ¡Y más que van a rabiar!

LA NIÑA DEL EXORCISTA dijo...

No sé si van a rabiar más, pero por favor ¡qué colección de mamporreros!

Por nada :-)